Desde el 2008 cuando comenzó por Estados Unidos la crisis capitalista mundial, la Unión Europea cayó en un terremoto económico que trató de resolver con extremas medidas de austeridad, las que al cabo de cinco años de implementadas ha lanzado hacia un bolsón de necesidades a la gran mayoría de su población. Los recortes […]
Desde el 2008 cuando comenzó por Estados Unidos la crisis capitalista mundial, la Unión Europea cayó en un terremoto económico que trató de resolver con extremas medidas de austeridad, las que al cabo de cinco años de implementadas ha lanzado hacia un bolsón de necesidades a la gran mayoría de su población.
Los recortes a las prestaciones públicas y sociales, impuestas por la llamada troika integrada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en Banco Central Europeo y la Comisión Europea, han llevado la penuria a grandes grupos poblacionales, mientras los préstamos aportados han recalado en los bolsillos de los dueños y altos funcionarios de los bancos privados.
Para la directora de la Organización No Gubernamental (ONG), Oxfam internacional, existe un nuevo mapa de pobreza como consecuencia de las medidas de austeridad que van desde el aumento del desempleo hasta el desalojo y el desmantelamiento del Estado de Bienestar lo que se ha convertido en un nuevo panorama para toda Europa.
Observemos detalladamente los datos que ofrece la emisora británica BBC para darnos cuenta de lo que han sido estos cinco años de austeridad, los que muchos analistas califican de un marcado carácter clasista que atentan contra los habitantes más necesitados.
«En la eurozona, Grecia vive al borde de una catástrofe humanitaria; España tiene tres millones de personas que sobreviven con ingresos mensuales de menos de 307 euros; las cifras oficiales de Portugal colocan a un 18 % de la población por debajo de la línea de la pobreza, y en países fundadores del proyecto paneuropeo como Italia, el número de pobres se duplicó entre 2007 y 2012.
«La situación va más allá de la llamada periferia. En Alemania casi ocho millones de personas sobreviven con unos 450 euros mensuales de salario y, por fuera de la zona euro, en el Reino Unido, los bancos de alimentos de las organizaciones caritativas, se han multiplicado por 20».
Los franceses también han caído en esa escala descendente de estabilidad social y ya suman 14,2 por ciento los que aparecen por debajo del índice de pobreza. Según el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos del país unos 3,6 millones de franceses tienen problemas de vivienda y 3,5 millones reciben ayuda alimentaria.
A grandes rasgos es un panorama desalentador para países que en siglos anteriores fueron hasta potencias colonizadoras que se enriquecieron con el saqueo de los recursos naturales de América Latina, África y Asia.
Otra importante ONG de Gran Bretaña, la Trussel Trust, afirmó que la situación se agrava más al paso de los días y hay «gente que tiene que elegir entre comer y prender la calefacción. Otros que comen una vez al día. Padres que apenas comen para alimentar a sus hijos. Muchas veces uno se olvida lo fácil que es caer en esa situación».
Agrega la ONG que ocurren «pérdidas de empleo, una cuenta muy alta de electricidad, una reducción de los beneficios sociales, dramas familiares y personas se quedan con poco o nada. A esto se suman salarios bajísimos, empleos temporales o de medio tiempo que hace que la gente entre y salga de situaciones de extrema necesidad».
La agencia de Estadísticas Europea, Eurostat señaló que en 2013, unos 130 millones de personas, alrededor del 25 % de los 28 países integrantes de la Unión Europea, estaban en peligro de pobreza o exclusión social, términos que indican penuria relativa o absoluta. Del año 2008 a la fecha, la cifra en esa peyorativa escala aumentó en un 8 %.
Los datos añaden que los países más afectados son Grecia, Portugal, España, Irlanda, Italia, Lituania y Bulgaria.
En un desesperado intento por trata de solventar la enorme deuda pública que tiene Grecia tras los empréstitos concedidos por la troika, el gobierno ha puesto en venta unas 20 islas e islotes con extensiones que van desde 0,14 a 5 kilómetros cuadrados, con precios que oscilan entre un millón y 150 millones de euros.
La venta se divulga en inmobiliarias internacionales, dirigidas a acaudalados capitalistas que deseen invertir en la nación helénica para impulsar el desarrollo rural y contribuir a los ingresos estatales.
Hasta ahora la propuesta no ha sido victoriosa debido a los trámites burocráticos que deben hacer los posibles compradores internacionales, no así los nacionales como la familia Onassis que cuenta desde hace años con el refugio privado de Skorpios, en el mar Jónico.
Otro impulso neoliberal ocurre en Italia cuyas autoridades culturales tratan de salvar museos nacionales ante la falta de financiamiento para restaurarlos como ocurre con el Coliseo Romano.
El llamado Anfiteatro Flavio o Coliseo fue construido entre los años 72 y 80, Después de Nuestra Era, y resulta uno de los monumentos más visitados del mundo. Ahora para su restauración hacen falta nada menos que 25 millones de euros.
En una reciente licitación, las autoridades italianas han conseguido que la empresa de calzados Tod´s aporte esa enorme cantidad de dinero.
A cambio, tendrá durante 15 años la exclusiva sobre la imagen mundial del monumento, podrá exponer dentro del Coliseo su amplia gama de zapatos, además de tomar sobre el museo, las decisiones que estime conveniente.
O sea, si alguna empresa transnacional o cualquier compañía privada o estatal desea utilizar la imagen del Coliseo para publicitar algún producto, rodar una película o hacer una campaña política, deberá pedir permiso a Tod’s.
Así andan las cosas en el Viejo Continente.
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