Recientemente pudimos saber que la justicia alemana a obligado a Rapidshare a eliminar miles de archivos contenidos en sus servidores (Ars Technica). En concreto, la GEMA (gestora de derechos alemana) dice que el valor de los archivos ahí almacenados es de 24 millones de euros, aunque la justicia aún no ha dictaminado a cuánto ascenderá […]
Recientemente pudimos saber que la justicia alemana a obligado a Rapidshare a eliminar miles de archivos contenidos en sus servidores (Ars Technica). En concreto, la GEMA (gestora de derechos alemana) dice que el valor de los archivos ahí almacenados es de 24 millones de euros, aunque la justicia aún no ha dictaminado a cuánto ascenderá la multa (si la hay).
Durante años, gurús de todo tipo vienen anunciando que el futuro de la compartición de archivos es la descarga directa. Este tipo de movimientos deja en evidencia esa afirmación y descubre las debilidades de este sistema: si un sólo sitio gestiona todas las descargas, cerrar ese sitio corta todas las descargas.
El cierre de uno de estos sitios no es más que un acicate a la creación de otros muchos, seguramente. Pero cuidado: estas webs se lucran claramente con la transferencia de archivos.
La compartición en redes p2p es interesada, por supuesto, compartimos y bajamos cosas. Pero también tiene gran parte altruista: cuando sabes que tienes un disco raro, o una peli rara, la compartes igual aunque sabes que multitud de gente se va a conectar a tu máquina para irse llevando eso. Ese punto altruista podrán tenerlo sus usuarios, pero no una empresa como Rapidshare, que sabe a ciencia cierta que cobra a sus usuarios por darles carta blanca mirando hacia otro lado. Estoy a favor de la compartición de archivos, incluso he usado y uso de vez en cuando las descargas directas, pero hay que dejar claro una cosa: Rapidshare no es Akamai. No se dedican a la misma cosa aunque los dos compren muchos servidores y gestionen gran cantidad de tráfico web.
Es el problema de renunciar a utilizar el p2p para usar un servicio de terceros que nos permite hacer algo que nosotros ya podíamos hacer de forma autónoma, aunque la descarga fuera menos veloz.
Las sentencias contra los sitios de descarga directa no tardarán en llegar, son un blanco fácil y pronto serán perseguidos. ¿Saldrán muchas más webs de este tipo? Seguro… al menos hasta que condenen a algunos de sus dueños a penas de cárcel y altas multas de indemnización.
Con The Pirate Bay vendido y sus fundadores condenados a penas de cárcel con elevadas multas, y con la industria presionando a los Estados para conseguir regulaciones que maten al intermediario y les otorguen el poder, la aparición de nuevos actores en el sector de la intermediación de descargas seguramente no va a ser tan sencilla en los tiempos por venir como lo ha sido hasta ahora.
Ahí es donde nosotros tenemos un papel que jugar. Asumiendo que, pese a lo que nos dijeran los gurús de turno y pese a lo que le gustaría al(1) poder(2) establecido(3), el p2p es el futuro. Un sistema de distribución de contenidos que, como su nombre indica, sea distribuido, y no centralizado.
A estas alturas, el p2p es nuestra zona temporalmente autónoma. Quizá deje de serlo en el futuro, pero mientras así sea, es de ahí de donde deberán salir las respuestas.