Venezuela inauguró su pabellón en la Exposición Universal de Shanghái, concebido en torno al número «8″ de la octava estrella en la bandera «que pedía el Libertador» y símbolo de la buena suerte en China. El pabellón explica los logros de la Revolución Bolivariana y ofrece a otros países de la Alianza Bolivariana de las […]
Venezuela inauguró su pabellón en la Exposición Universal de Shanghái, concebido en torno al número «8″ de la octava estrella en la bandera «que pedía el Libertador» y símbolo de la buena suerte en China.
El pabellón explica los logros de la Revolución Bolivariana y ofrece a otros países de la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA) un espacio para eventos en su auditorio.
El grupo «Las voces risueñas de Carayaca», llegado de Venezuela, amenizó el acto formal y festivo presidido por el ministro de Turismo, Alejandro Fleming, acompañado del comisionado Temir Porras, la embajadora en China, Rocío Maneiro, y otras personalidades que asistieron al corte de la cinta inaugural en nombre del presidente del país, Hugo Chávez.
«La construcción de la ciudad de buenas prácticas urbanas que propone la Expo 2010 coincide con lo que propone la Revolución en cuanto a inclusión social», manifestó el ministro.
Fleming se refirió a «una mejor patria para tener un mejor país y construir mejores ciudades con participación ciudadana».
Destacó la importancia de acudir a Shanghái, en un país amigo con el que Venezuela comparte una visión estratégica, también para mostrar su belleza y la hospitalidad de su pueblo en el corazón de la Expo, junto al pabellón conjunto latinoamericano y los de Cuba, México y Chile.
«Somos socios y compartimos valores y deseos de desarrollo para nuestros pueblos, no sólo para la ciudad rica, sino en cualquier rincón del país, pues la Revolución nos permitió incluirnos a todos y ser verdaderamente ciudadanos, avanzar en la construcción de la ciudadanía, como justamente propone la Expo», añadió.
Según el titular venezolano de Turismo, hay una campaña de medios de derecha y extrema derecha internacional contra los cambios sociales en Venezuela, «que todos nos esperábamos porque comenzamos a ser libres y verdaderamente independientes, con la política autónoma para los venezolanos».
Pero, afirmó, «felizmente aún hay medios independientes que muestran la realidad de Venezuela, vista por los venezolanos, y no la creada por los grandes poderes que controlan los medios» y que gozaban de los beneficios de la riqueza petrolera.
La coordinadora general del recinto y arquitecta, Andrea Jaurena, explicó a Efe cómo se logró en el tiempo récord de 120 días hacer realidad una idea que desea mostrar, con símbolos y palabras, el ideario y los logros revolucionarios, en un edificio de 3.000 metros cuadrados en el que el aire que entra por patios y terrazas hace agradable el recorrido.
«Mejor vida, mejor calidad» es el lema de un recinto de cuatro plantas, con sótano, auditorio y 5.000 flores rojas que cubren el tejado del pabellón y cuya iluminación nocturna lo cubren de un manto que recuerda, según Fleming, «la sangre del venezolano que construye la Revolución».
El pabellón incluye un espacio de tributo ancestral, el shaphono, casa comunitaria de la etnia yanomani, conformando una galería techada de planta circular en torno a un patio para mostrar diversas formas de vida «profundamente influenciadas por la solidaridad, convivencia, equilibrio y respeto al medio ambiente, conceptos que urge aplicar en la urbanización», según un comunicado oficial.
Ocho personas de edades terminadas en la cifra 8 (desde una niña a un anciano) explican continuamente el porqué de su adhesión a la Revolución en la gran pantalla del auditorio en el que se celebrarán eventos culturales, recordó Porras.
La propuesta del pabellón es «hermosa, muy digna y representa a todo nuestro pueblo y trae al pueblo de China todo nuestro cariño de amistad desde el otro lado del mundo», afirmó el comisionado, también viceministro para Asia, quien destacó «la estrategia de desarrollo compartido que tienen Venezuela y China».
«Hubo un esfuerzo importante, también en la propuesta museográfica de contenido político y social, que interpela al visitante y muestra las facetas de nuestra revolución», concluyó Porras frente a una gran estatua de bronce de Simón Bolívar, alzada en la plaza que, junto al pabellón, emula las que existen en los pueblos venezolanos.