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El pasado y el presente de la prensa brasileña

Fuentes: Carta Maior

Traducido para Rebelión por Susana Merino

La revista Epoca hizo lo que se espera de O Globo (1) uno de los pilares de la dictadura militar: rescató la agenda de la Guerra Fría y puso en primera plana el «pasado de Dilma»(2) El huevo de la serpiente está siempre presente en la sociedad brasileña. Lo que debería ser tema de orgullo para una sociedad democrática se muestra en una de las principales revistas del país con aires sospechosos. Los editores de Epoca honran así el pasado autoritario y antidemocrático de su empresa y nos lo muestran vivo y activo. El diario Zero Hora de Rio Grande do Sul aplaude la suspensión de las indemnizaciones a las víctimas de la dictadura y habla del riesgo de instalar una «bolsa de amnistía»

Las empresas de comunicación tienen la costumbre de presentarse como portavoces del interés público. ¿En qué medida una empresa privada cuyo principal objetivo es el lucro puede ser portavoz del interés público? Dichas empresas participan activamente en la vida política, económica y cultural del país, asumiendo posiciones, haciendo escuela, pretendiendo decir a la población cómo debe ver el mundo. En el caso del Brasil, la historia reciente de muchas de esas empresas está marcada por su apoyo a violaciones constitucionales, a la destitución de gobernantes elegidos mediante el voto popular y por la complicidad con crímenes cometidos por la dictadura militar (complicidad muchas veces activa como en el caso del uso de vehículos de San Pablo durante la Operación Bandeirantes) Hasta ahora ninguna de esas empresas consideró necesario justificar su posicionamiento durante la dictadura. Muchas de ellas no usan actualmente la expresión «dictadura militar» al referirse a ese triste período de la historia brasileña sino que prefieren hablar del «régimen de excepción». Actúan como sí su elección (de apoyar a la dictadura) y los beneficios que obtuvieron entonces sean también expresiones de «interés público»

¿Apoyar el golpe militar que derrocó al gobierno de Jango fue una expresión de interés público? Ser cómplice de una dictadura que pisoteó la Constitución brasileña, torturó y mató, es una credencial para presentarse como defensor de la libertad? El silencio de esas empresas ante esas preguntas ya es una respuesta. Lo que es importante destacar es que la semilla del autoritarismo, de la perversidad y de la violencia subsisten, activos, como se vio este fin de semana (y prácticamente todos los días)

La revista Epoca hizo lo que se espera de O Globo uno de los pilares de la dictadura militar: rescató la agenda de la Guerra Fría y puso en primera plana el «pasado de Dilma». El huevo de la serpiente está siempre presente en la sociedad brasileña. Lo que debería ser tema de orgullo para una sociedad democrática se muestra en una de las principales revistas del país con aires sospechosos. Los editores de Epoca honran así el pasado autoritario y antidemocrático de su empresa y nos lo muestran vivo y activo.

Indemnizaciones a las víctimas de la dictadura

De modo similar, en Río Grande do Sul el diario Zero Hora, publicó un editorial apoyando la decisión del TCU(3) de cuestionar las indemnizaciones que se están pagando a las víctimas de persecuciones y malos tratos durante la dictadura o «régimen de excepción» como prefiere llamarla la publicación. Se trata según el RBS(4) de defender un «principio de razonabilidad». «Nadie tiene derecho a indemnizaciones que son despilfarro ni a jubilaciones ni a pensiones que extrapolen criterios de prudencia, moderación y equilibrio» dice el texto. ¿Prudencia, moderación, equilibrio y razonabilidad fueron los valores que llevaron al diario y a su empresa a cerrar filas junto a los militares que destruyeron la Constitución brasileña?  ¿Cuánto dinero ganaron los propietarios de RBS apoyándolos? ¿No sería acaso razonable y considerado que fueran ellos los que indemnizaran a la sociedad brasileña por el daño que le hicieron a la democracia?

Es cansador pero necesario recordar. Siempre. Como la mayoría de los grandes medios brasileños, la empresa gaucha apoyó el golpe que derrocó a Joao Goulart. El diario Zero Hora ocupó el lugar de Última Hora, cerrado por los militares por apoyar a Jango. Esa fue la fecha de bautismo del nacimiento de Zero Hora , la violencia del Estado Democrático de Derecho. Tres días después del Acta Constitutiva nº 5 (13 de diciembre de 1968), Zero Hora publicó informaciones sobre el tema diciendo que «el gobierno federal viene recibiendo la solidaridad y el apoyo de diversos sectores de la vida nacional» El 1 de setiembre de 1969 el diario publica un editorial titulado «La preservación de los ideales» exaltando la «autoridad y la irreversibilidad de la Revolución». La última frase del editorial habla por sí misma: «Los intereses nacionales deben preservarse a cualquier precio y por encima de todo»

¿Intereses nacionales?

La expansión de la empresa se consolidó en 1970 con la creación de RBS. A partir de las buenas relaciones establecidas co los gobiernos de la dictadura militar y de la actividad articulada con la Red O Globo, RBS fue obteniendo nuevas concesiones y diversificando sus negocios.

Como la revista Epoca, Zero Hora es fiel a su pasado y practica uno de sus deportes favoritos, pisotear la memoria del país y ofender la inteligencia ajena. El editorial trata de ser ingenioso y defiende las indemnizaciones como respondiendo a decisiones correctas y justas Pero luego los señores comienzan a enumerar las exageraciones en las indemnizaciones de Ziraldo, Lula, Jaguar y Carlos Lamarca «otro caso aberrante según el procurador» La presión ejercida por sectores militares, el gobierno y el poder judicial y convenientemente omitida por el editorial que habla del «riesgo» de que las indemnizaciones se transformen en «un bolso amnistía».

El presidente de la Comisión de amnistía del Ministerio de Justicia, Paulo Abrao Pires Junior, difundió una esclarecedora nota con relación a la decisión del TCU y de las presiones que están siendo ejercidas contra los procesos de las indemnizaciones. La tapa de la revista Epoca y el editorial de Zero Hora muestran que las empresas responsables de esas publicaciones siguen impregnadas del autoritarismo que alimento su nacimiento y expansión. Es muy triste ver que hay periodistas que prestan su pluma a los enemigos de la democracia y de la libertad. Pues es exactamente que de eso se trata. Ese es el contenido que todavía mora en la caja negra de buena parte de la prensa brasileña.

Notas

(1) O Globo la más importante cadena de medios brasileña

(2) Dilma Rousseff, actual candidata a Presidente de Brasil

(3) TCU – Tribunal de Cuentas de la Unión -Gobierno de Brasil

(4) RBS Red Brasil Sul de Comunicaciones

Fuente: http://www.cartamaior.com.br/templates/materiaMostrar.cfm?materia_id=16886

rCR