Corregir trabajos o exámenes es quizás la menos agradable de las funciones de un profesor, si a eso añadimos que en la redacción de un monográfico encargado a estudiantes universitarios el 80 % se limitó a copiar y pegar el articulo relacionado con el tema que aparece en la wikipedia y el resto acude como […]
Corregir trabajos o exámenes es quizás la menos agradable de las funciones de un profesor, si a eso añadimos que en la redacción de un monográfico encargado a estudiantes universitarios el 80 % se limitó a copiar y pegar el articulo relacionado con el tema que aparece en la wikipedia y el resto acude como mucho a las tres primeras recomendaciones del google, pasando siempre la corrección automática del Word, por si se escapa alguna tilde, eso sí, la corrección podría limitarse entre bostezo y bostezo, a valorar el tipo de letra utilizada o los gráficos que ilustren el trabajo.
Pero sin entrar en valorar la falta de interés, o los errores que seguro cometemos los profesores, sería interesante detenerse a analizar si en nuestra «sociedad de la comunicación» la inmediatez, facilidad de acceso y el ingente volumen de la información que manejamos asegura algo tan simple como la «verdad».
Los defensores de la globalización argumentan como una de sus principales virtudes la existencia misma de internet en cuanto a la «universalidad» de acceso a la información que supone. Por su puesto olvidan que más de las dos terceras partes de los habitantes del planeta no solo carecen de acceso a internet, sino que además en su vida han visto, ni verán un teléfono.
En cualquier caso la propia velocidad y cantidad de información que manejamos sin duda actúa como un potente amnésico en nuestra memoria y como un bálsamo en nuestras conciencias, sirvan de ejemplo cualquiera de las noticias referidas a los conflictos bélicos actuales inmediatamente enlazadas con otras de contenido más que irrelevante, acerca del corazón y otras órganos de los famosos oficiales, futbolistas, toreros o promiscuas siliconadas, que sin embargo ocupan portadas y minutos en los más prestigiosos de los medios.
El análisis tampoco soporta una crítica en cuanto a la objetividad de los medios de información masiva, que permítanme el juego de palabras, se han convertido en los últimos tiempos en «armas de distracción masiva», puesto que la mayoría de los miles de los medios informadores no son en realidad generadores sino mas bien comunicadores de noticias que provienen de las grandes agencias que a su vez pertenecen a las grandes empresas que manejan el destino de las economías y políticas en medio mundo.
Precisamente el control por parte de sectores interesados de la mayor parte de los medios de comunicación de masas, tradicionales y digitales, debería hacernos dudar de la objetividad de los mismos, y hacernos sospechar del peligro de establecer monopolios donde todos acudamos a documentarnos dando por hecho, sin más análisis, sin más contraste, que aquello que estamos leyendo es la única verdad.
En el libro «1984» George Orwell imaginaba una sociedad controlada en la que los libros de historia se cambiaban en función de los deseos de los gobernantes. Teniendo en cuenta nuestras actuales fuentes de información y quienes las controlan: ¿Cuánto tiempo tardaría en ser aceptada como verdad universal una nueva versión de la guerra de Afganistán, el conflicto de palestina o la invasión de Irak?
Hoy bastaría con cambiar una entrada de la wikipedia y posicionar una web en las primeras sugerencias del Google. Y eso se puede hacer con dinero
Puede ocurrir, o quizás ya esta ocurriendo. Solo un ejemplo:
El pasado 23 de mayo el REAL DECRETO 885/2008, concede la Gran Cruz de Carlos III a Su Alteza Real el Jeque Mohamed Bin Rashid Al Maktoum». Primer ministro y vice presidente de los Emiratos Árabes Unidos y emir de Dubai .
Si buscamos su nombre en la wikipedia aparece su biografía, donde nos cuentan su inmensa fortuna, su pasión por las carreras de caballos, e incluso en la versión inglesa los yates y coches de lujo que atesora.
Hasta hace unos días se incluía en la pagina en castellano (1), una referencia acerca de su presunta relación junto con su hermano en múltiples casos de secuestro de menores de los que fueron acusados en 2006 en los tribunales de estados unidos con enlace a paginas americanas donde se desarrolla el tema.
Esta referencia ya no aparece en el universo wiki ni en el todopoderoso google. Ha sido eliminada de la enciclopedia más consultada del mundo y del principal buscador y por tanto de nuestra frágil memoria digital.
En casi todas las guerras de la historia ni los más sofisticados medios de captación de señales, ni los más costosos satélites y medios de espionaje han sido incapaces de detener los mensajes que portaban las pequeñas palomas mensajeras atados a su pata.
Quizás en estos momentos la existencia de medios de comunicación alternativos, algunas webs, blogs, medios digitales o impresos independientes del poder de los gigantes de la información, sean los únicos aires por donde las palomas puedan volar en libertad portando en sus patas los últimos resquicios de lo que llamamos verdad.
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(1) http://es.wikipedia.org/wiki