Estados Unidos, la Unión Europea, algunos países latinoamericanos que siguen las órdenes de Washington y los medios de comunicación occidentales han hecho y hacen lo imposible por derrocar al legítimo Gobierno venezolano encabezado por su presidente Nicolás Maduro. El Gobierno del magnate Donald Trump aplica a Venezuela, días tras días, sanciones económicas y financieras a […]
Estados Unidos, la Unión Europea, algunos países latinoamericanos que siguen las órdenes de Washington y los medios de comunicación occidentales han hecho y hacen lo imposible por derrocar al legítimo Gobierno venezolano encabezado por su presidente Nicolás Maduro.
El Gobierno del magnate Donald Trump aplica a Venezuela, días tras días, sanciones económicas y financieras a la par que presiona a sus aliados para que sigan su mismo derrotero.
Hace pocas semanas, Washington vetó el financiamiento necesario de los bonos que Venezuela ha emitido y tiene que pagar, y de los bonos que iba a colocar en el mercado internacional.
Al unísono, las llamadas agencias calificadoras de riesgo Fitch y Standard & Poor’s rebajaron la nota de deuda de Venezuela hasta ponerla en C, la más baja de la escala. Ambas argumentaron que la decisión se debió al anuncio hecho por las autoridades bolivarianas el 3 de noviembre de realizar una renegociación de sus obligaciones de la deuda externa soberana.
Este es un proceso soberano aceptado por los principios de las Naciones Unidas en el cual el país no descarta ni abandona sus compromisos internacionales pero sí exige como pagador confiable, que se realicen los términos de desembolso en mayores condiciones para esa nación y para los acreedores.
Esas arbitrarias medidas se impusieron pese a que la República Bolivariana ha sido uno de los pocos países del mundo que ha pagado en tiempo y forma, en los últimos cuatro años, más 71 100 millones de dólares de sus deudas,
Recordemos las injerencistas declaraciones del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, el pasado 25: «la acción impuesta contra Caracas esta dirigida a la prohibición de acceso de Venezuela a los mercados de deuda. Estas medidas también van a minar la capacidad de Maduro de pagar a los partidos y simpatizantes del gobierno y va a aumentar la presión sobre Caracas para que abandone su desastroso camino».
Ante el violento bloqueo financiero, económico y petrolero, que sufre Venezuela, que llega al extremo de bloquear sus transacciones más elementales para el pago de deuda externa e importación de medicamentos y alimentos, Nicolás Maduro anunció la creación de una criptomoneda denominada petro que ofrece una alternativa a esas sanciones, ya que podría funcionar como mecanismo de financiamiento en divisas y pago por fuera de la banca estadounidense y estará respaldada por las reservas de petróleo, diamantes, gas y oro de la nación.
Se trata de una moneda virtual de intercambio que ofrece mayor dinamismo y seguridad al público al momento de gestionar todas las operaciones financieras y dependerá del Gobierno la cantidad de criptomoneda a emitir, sus condiciones, y determinar en qué cantidades de onzas de oro, barriles de petróleo, metros cúbicos de gas o kilates de diamantes para fijar su valor, así como su inserción en el mapa de pagos de criptomonedas a nivel mundial.
Maduro anunció que el observatorio del Blockchain (cadena de bloque) en Venezuela será la base institucional, política y jurídica para el lanzamiento de la criptomoneda nacional. Esa instancia estará integrada por un equipo multidisciplinario de 50 especialistas en las áreas de tecnología, economía y finanzas, legal, área monetaria y mediática, y será un órgano adscrito al Ministerio para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología.
El sistema operará bajo el Observatorio del Blockchain en Venezuela como base institucional, política y jurídica, y permitirá realizar transacciones, contrarrestar el bloqueo y acceder a nuevas formas de financiamiento internacional, fortalecerá la soberanía monetaria nacional y aparece como una especie de nuevo vértice en el marco de transiciones fuera del dólar.
Esa moneda virtual se utilizará como parte de una estrategia financiera que busca mecanismos alternativos para hacerle una bifurcación a las limitaciones de la banca estadounidense para realizar pagos e importar insumos vitales para la vida de la población.
Esta moneda digital , que se puede usar para pagar bienes y servicios, está protegida bajo encriptación; y eso garantiza que no se pueda duplicar, falsificar o gastar dos veces el dinero; las comisiones por cada transacción son muy bajas debido a que no pasan por ningún banco.
La primera mneda virtual que se creó fue el Bitcoin en 2009 y su popularización y sobre todo su precio han aumentado exponencialmente, expresando no sólo la alta demanda para su adquisición sino también las facilidades, bajos costos en transacciones y la seguridad que ofrecen, ya que pueden ser monitoreadas por quienes integran la red y no están sujetas a intermediaciones de la banca internacional.
Contrario a las monedas emitidas por los Bancos Centrales del mundo (dólares, euros, yen, yuanes), la particularidad de las criptomonedas consiste en que su «producción» depende de contingentes de personas naturales o jurídicas no sujetas a regulación o intermediación de las instituciones financieras globales (dirigidas por Estados Unidos) y estatales.
Ese proceso de producción se conoce como «minado», en el cual redes de personas o grupos (llamados mineros), dotados de procesadores de alta potencia compiten en Internet para obtener la recompensa (bitcoin u otra criptomoneda), mediante la resolución de problemas matemáticos complejos probando números al azar con alta velocidad.
A diferencia de las monedas o billetes que llevas en los bolsillos, el bitcoin y otras criptomonedas (ya existen cerca de 600 en el mundo) no son acuñadas por bancos ni gobiernos y existen fundamentalmente online.
La alarma entre los que desean ahogar económica y financieramente a la República Bolivariana, por la creación del petro los ha puesto nervioso y un ejemplo es el artículo de Leonid Bershidsky aparecido en la revista Bloomberg.
Indica el texto que «la criptomoneda venezolana podría saltarse las sanciones financieras de Estados Unidos, con la posibilidad de emitir deuda y ofrecer cierto grado de anonimato en su sistema Blockchain centralizado, protegiendo a los acreedores de ser sancionados y lograr el necesario acceso a divisas».
Como se puede apreciar, la República Bolivariana, con inteligencia y decisión, busca la forma de continuar enfrentando las constantes agresiones procedentes del norte, todas las que hasta ahora ha podido derrotar o minimizar.
Hedelberto López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano, especialista en política internacional.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.