El proyecto socialista de Venezuela tiene que llevar a cabo una revolución agraria que garantice la seguridad alimentaria, incremente las fuentes de trabajo y cree condiciones para un despegue industrial que debe liberar al país de su dependencia de las importaciones de alimentos y manufacturas. «Necesitamos avanzar más enérgicamente en la solución del problema alimentario […]
El proyecto socialista de Venezuela tiene que llevar a cabo una revolución agraria que garantice la seguridad alimentaria, incremente las fuentes de trabajo y cree condiciones para un despegue industrial que debe liberar al país de su dependencia de las importaciones de alimentos y manufacturas.
«Necesitamos avanzar más enérgicamente en la solución del problema alimentario de la población, que es la base de sustentación para la prosperidad de cualquier sociedad, a lo cual se une el desarrollo industrial que toda revolución agraria ha provocado siempre allí donde ha ocurrido», explicó Alí Rodríguez Araque, 71 años, actualmente Ministro de Economía y Finanzas.
El esfuerzo financiero que demanda el proyecto socialista recae en el Estado, cuyos recursos provienen de la extracción y exportación de petróleo, motor de la economía venezolana desde hace casi un siglo. El socialismo destina hoy la renta petrolera a mejorar las condiciones de vida del pueblo y a promover el desarrollo del país, mediante una reorientación de las finanzas públicas que provoca la ira de una oposición de derecha que absorbió, disfrutó y derrochó los ingresos de los hidrocarburos durante un siglo, abandonando al pueblo a su suerte.
Las cifras de la macro economía son buenas, mejores que hace 5 años, cuando el presidente Hugo Chávez definió el carácter socialista y anti-imperialista de la Revolución Bolivariana. El Producto Interno Bruto (PIB) lleva 20 trimestres, justamente 5 años consecutivos de crecimiento a una tasa mayor al promedio latinoamericano. En el tercer trimestre 2008 creció 4,6%, con una tasa acumulada de 5,7% entre enero y septiembre, muy cerca de la meta anual del 6%. El PIB asciende a 328 mil millones de dólares, con una estimación de crecimiento real también de 6% para el próximo año.
El presupuesto nacional de 2009 asciende a 77,8 mil millones de dólares y equivale al 23,7% del PIB. Supera en 14 mil millones de dólares al de 2008, pero privilegia una racionalización del gasto público y disminuye consumos superfluos. Para el próximo ejercicio fiscal se prevé una producción de 3.666.000 barriles diarios, exportaciones diarias de 2.996.000 barriles (159 lts) y un precio promedio de 60 dólares.
– Con los precios actuales del petróleo, ¿es sustentable el futuro económico y financiero de la Revolución Bolivariana?
«La Revolución Bolivariana no surgió porque tuviésemos precios del petróleo muy altos, ni se ha sostenido principalmente porque hayamos tenido precios altos. Precisamente, el gobierno del presidente Hugo Chávez se inició en un momento de profunda depresión de los precios del petróleo. La cesta venezolana para comienzos del año 1999 estaba en 7 dólares y si tomamos en cuenta que la cesta venezolana tiene un porcentaje importante de productos elaborados, pues estamos hablando de venta de petróleo crudo por debajo de los 5 dólares por barril.
Deb ido a los bajos precios del petróleo,todo el primer año del primer gobierno del presidente Chávez estuvo caracterizado por penurias fiscales. Fue, precisamente, gracias a las políticas de re-fortalecimiento de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que se aplicaron entonces, de ir recuperando progresivamente la soberanía tributaria del Estado, que se logró se incrementar significativamente el ingreso petrolero, además de factores extra nacionales y extra OPEP, como ha sido la muy elevada actividad de especulación en el mercado de futuro que llevaron los precios del petróleo a cifras desmesuradas, como 147 dólares por barril en el mes de julio de este mismo año.
De manera que la revolución bolivariana ni comienza con precios altos del petróleo ni va a terminar porque bajen esos precios».
Visión optimista del futuro
El ministro Rodríguez Araque (71 años, abogado, especialista en política petrolera, ex parlamentario y ex guerrillero en los años 60) tiene una visión optimista del futuro. Se basa en que la política petrolera del actual gobierno rescató la soberanía de nacional sobre su principal recurso natural y en la esperada estabilización del mercado internacional que llevaría el precio del petróleo a un rango de 75 dólares por barril.
-¿Cómo inserta UD. el futuro de Venezuela en la crisis financiera y económica mundial?
«Mi convicción es que la crisis financiera hasta ahora se está viendo muy superficialmente. Es cierto que la ausencia de regulaciones que estableció el sistema neoliberal es un factor, pero creo que fue un factor de aceleración de la crisis, no la causa de la crisis. Cualquiera que analice cómo ha sido el desempeño de la economía norteamericana en las últimas décadas se va a encontrar, por un lado, con el hecho de una sostenida declinación de la producción de bienes, y por el otro, con un fuerte incremento de la generación de servicios. Y muy particularmente de los servicios financieros.
Pero en el sector financiero se han producido verdaderas aberraciones. Al declinar la actividad productiva también declinó la actividad de intermediación, generalmente asociada a la actividad productiva. El sector financiero, que maneja una impresionante masa de dinero, siguió buscando cómo garantizar el proceso de reproducción de ese dinero y comenzó a desarrollar sofisticados sistemas de ingeniería financiera, que llaman «derivados», notas estructuradas, en fin, todo ese sistema de grosera especulación que se transformó en una descomunal estafa a escala planetaria.
Está crisis no tendrá una salida más o menos sustentable sin un gran reacomodo de la economía norteamericana, a la que -por la globalización- están estrechamente vinculadas la economía europea y también la de otras regiones. En buena medida, China está afectada también por esta crisis, debido a las fuertes inversiones norteamericanas en ese país, y el significativo mercado que Europa y EEUU representan para las exportaciones chinas.
Esto, desde luego, ha impactado el precio del petróleo, que se vio afectado o atacado por dos flancos. En primer lugar, por la declinación de la demanda, a consecuencia de la recesión, que ya es un hecho en EEUU y Europa, y que ha provocado la desaceleración en otras regiones, en Asia y particularmente en América Latina.
Pero lo que más ha impactado los precios del petróleo ha sido el ataque por el otro flanco, por el llamado mercado de futuro, donde ha tenido particular intensidad la actividad especulativa del sector financiero. Existe un verdadero absurdo –no resuelto todavía– y es que los dos grandes marcadores de los precios petroleros son el West Texas Intermediate (WTI), que tiene una producción inferior a los 600 mil barriles diarios. El WTI es un petróleo liviano, de bajo contenido de azufre, en tanto el otro marcador es el Brent, cuya producción va declinando, mientras la OPEP produce más de 27 millones de barriles diarios. Sólo Arabia Saudita o Rusia producen 10 millones de barriles diarios.
El petróleo West Texas, que es el emblemático, sirve como marcador de referencia para el NYMEX de Nueva York [sigla en inglés de Bolsa Mercantil de NY], un mercado que negocia contratos a futuro. Allí sólo se compran y venden papeles. Cuando los especuladores perciben que por cualquier razón puede haber un aumento en los precios, compran papeles, compran contratos a futuro. Cuando perciben que puede haber una caída, venden. Eso provoca un movimiento artificial de los precios que no tiene ninguna relación con los movimientos de la oferta y la demanda. Por ejemplo, ellos siempre siguen muy de cerca el nivel de los inventarios comerciales en EEUU y en estos días estiman que hay una sobreoferta de 2 millones de barriles. Y en consecuencia, habiendo sobreoferta y existiendo acumulación de inventarios, los especuladores venden y venden papeles hasta que provocan la caída. Como consecuencia de la crisis financiera, todo el mundo busca liquidez, se retiran de la actividad especulativa en el NYMEX y eso provoca el derrumbe que se ha producido entre julio de este año y el momento presente, de 147 dólares a 42 dólares. Ése es un modo de mercado.
Hacia 2005, en ese mercado hubo una relación de 1 a 5: por cada barril físico que se negociaba, se transaban 5 barriles de papel en los mercados de futuro. Para comienzos de este año, por cada barril físico se transaban 18 barriles de papel, de manera que eso subió artificialmente los precios, generando por supuesto grandes ganancias para los especuladores.
En la última reunión entre consumidores y productores que se hizo en Riad (Arabia Saudita) el 22 de junio, la OPEP propuso que se introdujeran medidas de regulación en esos mercados, pero los grandes consumidores se opusieron y todavía se mantiene esa situación de verdad irracional. Seguramente la crisis llevará a que algo se haga en esa materia».
¿Cuánto aportaba el petróleo hasta 1999 y cuánto aporta hoy al Estado?
«Quizá la cifra que mejor refleje una respuesta correcta, porque engloba el conjunto de la cuestión, es que para comienzos del gobierno del Presidente Chávez, en 1999, nuestras reservas internacionales, que son alimentadas principalmente por el ingreso petrolero, estaban en 13.000 millones de dólares: hoy están en 40.000 millones de dólares, y debemos tomar en cuenta que, por una reforma que se hizo de la ley del Banco Central, parte de lo que antes se convertía en reservas del Banco Central ha pasado a nutrir un Fondo de Desarrollo Nacional (FONDEN), que tiene hoy alrededor de 39 mil millones de dólares, destinados fundamentalmente al desarrollo de actividades productivas en el país y también a ciertos proyectos sociales para mejorar la situación de la población. Además hay un Fondo de Estabilización, no muy alto pero que tiene cerca de 900 millones de dólares. Eso mide los resultados de nuestra política.
Además, esos 13 millones de reservas estaban cayendo, declinando sistemáticamente, porque al no haber suficiente ingreso, había que apelar, necesariamente, a las reservas internacionales para cumplir con un conjunto de obligaciones.
-¿Cuál sería un precio óptimo del petróleo, según Venezuela?
«Hemos analizado esta materia con los otros miembros de la OPEP. En la última reunión que hubo en El Cairo del 28 de noviembre, el ministro de petróleos de Arabia Saudita, Ali al-Naimi, expresó que 75 dólares sería un precio justo, adecuado. Nosotros coincidimos con esa apreciación. El año 2001 se introdujo la banda de precios, una proposición que hizo Venezuela, entre 22 y 28 dólares. Desde entonces hasta ahora la pérdida del valor del dólar, la inflación, el incremento de los costos, hicieron que el precio deba reflejar también esos fenómenos y muy particularmente la necesidad de mantener las grandes inversiones que reclaman la exploración, la extracción, el transporte y la refinación de petróleo. De manera que esa estimación de Ali al-Naimi nos parece correcta. Venezuela ha insistido ahora en la reintroducción de una nueva banda de precios que buscaría un promedio de 75 dólares. Punto más punto menos por allí está el nivel de precios que hoy podría permitir mantener las inversiones y en consecuencia, la satisfacción de la demanda creciente de energía».
-¿Cuál es el precio de referencia para el Presupuesto?
«Hicimos un estimado de 60 dólares para el año próximo, con una producción de 3.666.000 barriles y exportaciones por 2.900.000 barriles. Es decir, proyectamos un incremento de más de 200.000 barriles diarios de la producción de este año, que es de 3.400.000 barriles.
Ahora estamos analizando todos los posibles escenarios que provoca la crisis, tanto en precios como en producción, por si la OPEP se ve forzada a reducir la producción** a fin de ajustar la oferta a los niveles reales de la demanda. Sin embargo, no hemos hecho ningún pronunciamiento público porque tenemos que ser cuidadosos en este orden y porque todavía, lo que caracteriza al escenario mundial es la incertidumbre. Nadie en este momento se atreve a hacer predicciones de cuándo comenzará la superación de la crisis».
-Venezuela mantiene todavía sus refinerías en EEUU. ¿Sigue siendo EEUU el principal consumidor del petróleo venezolano?
«El principal destino de nuestras exportaciones es EEUU. Hacia allá se dirigen entre 1.200.000 a 1.500.000 barriles diarios, entre petróleo y productos, pero la meta que nos hemos planteado es diversificar los mercados y diversificar también las fuentes de inversión. Así, hemos incrementado las exportaciones hacia China y hacia otros destinos, y a Venezuela se han atraído inversiones desde muchos países, de muchas fuentes.
-¿Qué compañías extranjeras operan en Venezuela?
«Trabajan aquí compañías que han tenido excelentes resultados. Shell se mantiene, trabajando en un «mejorador»* en la Faja del Orinoco, asociada con Venezuela a través de PDVSA. Y la mayoría de esas empresas mantienen mucho interés: en volver las que se fueron y en mantenerse las que se quedaron. Se fueron Exxon Mobil, que planteó incluso un conflicto jurídico, y Conoco Phillips, pero las demás se mantienen. Algunas se fueron porque no les parecía buen negocio tener minoría en las acciones de las asociaciones [con el Estado], y porque no les gustaron las medidas en materia tributaria que tomó Venezuela, pero nosotros tenemos suficiente experiencia para tomar las medidas correctas, analizando antes los posibles escenarios y correr modelos que nos indican hasta dónde la presión tributaria les permite a las empresas obtener una ganancia promedio razonable. Y es lo que hemos hecho. Para eso tenemos toda la experiencia acumulada a través de PDVSA».
¿Quién es Alí Rodríguez?
«Fui miembro del PPT, pero lo abandoné cuando el Presidente llamó a la conformación del Partido Socialista Unido. Estuve en la fundación del PPT y estuve en la fundación del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Considero que la unidad de los revolucionarios es clave para avanzar en este proceso. Estuve primero en el ministerio de Energía y Minas de Venezuela, luego estuve en la secretaría general de la OPEP, en Viena. Luego, después del golpe de estado en abril de 2002, el Presidente me pidió que asumiera la presidencia de PDVSA. Allá estuve hasta el 2004, cuando el Presidente me pidió que me encargara del ministerio de Relaciones Exteriores. Luego, por problemas de salud, tuve que salir de allí y me fui como embajador a Cuba y regresé este año a la fundación del Partido para formar parte de la dirección PSUV, donde fui designado responsable del trabajo ideológico y vicepresidente para la región de Los Andes. Pero desde que el Presidente me designó ministro de Finanzas cedí el cargo de vicepresidente, porque ahora tengo que encarar los problemas de esta cartera, que pasa a ser un nuevo ministerio. Antes era de Finanzas, ahora es de Economía y Finanzas».
Notas:
*) «Mejorador», refinería que convierte el crudo pesado extraído de la Faja del Orinoco en petróleo sintético de alta calidad.
**) El 19 de diciembre la OPEP acordó en Viena recortar la producción en 2,2 millones de barriles diarios. Ese mismo día el precio WTI-NYMEX cayó a menos de 34 dólares el barril, el más bajo desde el 2 de abril de 2004. Esta entrevista fue realizada en Caracas el 3 de diciembre.