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El plan económico laborista carece de ambición keynesiana

Fuentes: Sin permiso

El actual clima económico de aversión al riesgo exige un aumento de la inversión pública para atraer al reticente capital privado. Pero la insistencia del Primer Ministro británico, Keir Starmer, en atenerse a estrictas normas fiscales pone en duda su capacidad para sacar al Reino Unido de su malestar económico.

En un reciente discurso, la nueva Ministra de Hacienda del Reino Unido, Rachel Reeves, reiteró su compromiso con las «reglas fiscales». Estas reglas exigen que «el presupuesto actual debe entrar en equilibrio» y que «la deuda [nacional] debe estar disminuyendo como proporción de la economía para el quinto año [del gobierno laborista]». Esto implica reducir la ratio deuda/PIB desde su nivel actual del 100% en un plazo de cinco años y eliminar el déficit presupuestario, que se sitúa en 121.000 millones de libras (157.000 millones de dólares), o el 4,4% del PIB.

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