A solo treinta y tres días de las elecciones presidenciales del 7 de octubre en Venezuela, la sociedad venezolana se encuentra inmersa en intensos debates, entre los partidarios del presidente venezolano Hugo Chávez y el opositor Henrique Capriles, la sociedad se ha dividido en dos propuestas, la bolivariana con una propuesta socialista, por su parte […]
A solo treinta y tres días de las elecciones presidenciales del 7 de octubre en Venezuela, la sociedad venezolana se encuentra inmersa en intensos debates, entre los partidarios del presidente venezolano Hugo Chávez y el opositor Henrique Capriles, la sociedad se ha dividido en dos propuestas, la bolivariana con una propuesta socialista, por su parte de la oposición propone el retorno al modelo capitalista, con una propuesta similar a la española, con ajustes drásticos en aéreas laborales, salud, educación, vivienda, seguridad social y pensiones, generando una brecha entre ambos modelos económico.
Ante conceptos de desarrollo bien diferenciados, los medios de prensa privados nacionales e internacionales asumen su papel de instrumento de la denominada guerra de cuarta generación. Son parte de un laboratorio de guerra sucia, donde se crean matrices de opinión preconcebidas, que aparecen desde el comienzo de esta campaña presidencial, ante la importante diferencia a favor de Chávez sobre Capriles. En el marco de esa diferencia determinante según las encuestas, se han armado varias estrategias. Una de ellas intenta limpiar la imagen del candidato opositor de derecha, con un pasado golpista en el 2002, presentándolo como un político de centro izquierda, denominándolo » progresista » , bajo el emblema de admirador del modelo socialdemócrata del ex presidente Ignacio » Lula » Da Silva en Brasil. Para acompañar esta falacia política, sus asesores y medios de prensa crearon su consiga » un solo camino » , un jingle que sin decir nada es repetido por los partidarios de la denominada Mesa de Unidad Democrática (MUD).
La otra estrategia al inicio de su campaña fue hablar de hacer un Ley de Misiones, refiriéndose a la Misiones sociales venezolanas, que han dado oportunidades a miles de venezolanos, de acceder a la educación, salud, alimentación, vivienda, seguridad social y pensiones dignas. Pero esa propuesta no paso de ser un gancho para su imagen «progresista», porque uno de los slogans de campaña es que el gobierno «le regalaba el dinero a los pobres». Igualmente la oferta de Capriles a los empleados públicos de mantenerlos en sus cargos, no importaba su afiliación política, pero esto fue desmentido por la propia realidad. En su cargo de Gobernador del Estado Miranda, despidió a más de mil empleados, porque eran chavistas (partidarios del presidente Chávez).
La MUD y su agenda desestabilizadora para la elección del 7 oct.
Luego del reciente simulacro electoral han surgido a la luz pública, una peligrosa afirmación en la prensa privada, no solo en Venezuela, también en España a través de El País, en Colombia con El Tiempo, la CNN y varios impresos de Miami. A través de unos voceros de la MUD, con Leopoldo López a la cabeza se difundió que ese domingo arrasaron en los centros electorales, dando por sentado el triunfo de Capriles el 7 de octubre. Llamativamente en este ensayo no se contabilizaron los votos, además en casi la totalidad de la mesas, se demostró que los chavistas fueron mayoría en este procedimiento. Otro elemento que han venido manejando los líderes de la MUD en varias declaraciones públicas es que en las elecciones ellos tendrán los resultados varias horas antes que el Consejo Nacional Electoral (CNE), en una clara actitud desafiante al poder electoral venezolano, el único autorizado a dar los resultados.
Esta técnica de resultados a boca de urna fue usado en las décadas del 60 al 90 en Venezuela, cuando el conteo de los votos era manual, pero ahora el sistema de votación es computarizado, con sistema de capta huellas, para evitar que voten personas no registradas. En agosto varios veedores internacionales, entre ellos el Centro Carter de EEUU y diputados españoles, avalaban el sistema como el más moderno del mundo, el más confiable, y sin embargo el candidato de la MUD Capriles, no firmó el acuerdo de reconocer los resultados del CNE, bajo el argumento que estaba de gira interna.
Al hacer una visita a todos los medios se mantienen varias matrices. Cada suceso como el accidente trágico de la refinería, la caída de un puente, o las inundaciones de poblaciones por el desborde de ríos, es producto de la ingobernabilidad, pero ante la solución inmediata de estos 3 hechos en menos de 72 horas, lo medios no informan de la capacidad de las instituciones para resolverlos y buscan nuevas aristas, en una campaña de desinformación y desprestigio.
Es indudable que al unir las distintas informaciones dadas por voceros de la MUD, a los medios de la prensa nacional e internacional privados, queda claramente establecida la existencia de un peligroso plan, sustentado en las encuestas que maneja Capriles, las cual son realizadas por empresas fantasmas, porque aún las encuestadoras privadas que no están con el gobierno, reconocen una diferencia de casi un 20% de Chávez sobre Capriles.
Además la actitud de cuestionar en cada acto a los funcionarios del CNE, así como montar una sala situacional paralela para dar a conocer sus resultados, hablan de un plan preconcebido de deslegitimar las elecciones y cantar fraude. Esta táctica no es nueva se, aplicó en el 2004, a través de la Fundación SUMATE financiada por EEUU, de la ex candidata presidencial y diputada de la MUD, María Corina Machado.
Publicación Barómetro 06-09-12
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