El mundo del absurdo impera. Lo correcto en el mundo vaga sin saber qué es lo correcto. El sentir correcto de las cosas delibera entre espacios y tiempos buscando destrabar los engaños y las mentiras conceptuales y prácticas a lo que nos exponemos por la verdad.
La civilización va de salto en salto en la era de la inteligencia artificial, en la era del mundo complejo manejada por una hipercultura de ilusiones y fantasías seductoras con lo que se atrapa al hombre para hacerle desconocer la realidad, para hacerle sentir un mundo sin alteraciones sociales, pero lleno de patologías mentales que desorientan la sociedad, al amparo de una comunicación sin identidad.
La seducción, postura del capitalismo, su padre creador, es el mundo de hoy donde se confabulan contrastes de poder fascinante para entorpecer el querer hacer del hombre que es su verdadera libertad. La seducción está cargada de palabras, voces y anuncios retóricos, cuya fuerza demoledora es una implosión y explosión de embusteros procesos contra la paz, facilitadores de guerras divisionistas para fortalecer los imperios. Queda a quienes luchamos contra este flagelo universal, el cambio y el pensamiento protector de la vida integral de nuestros pueblos. Sembrando penas esperamos se cosechen esperanzas, pues nuestros pueblos han sido presa del desorden social, político, administrativo, factores donde un cambio requiere acciones pedagógicas, de estudio para poder estructurar las transformaciones con solidez futura y no meros cambios emocionales que nuevos gobiernos los puedan volver trizas con su oposición vengativa colmada de envidias.
Empezamos, denunciando estas criminales posturas que van y vienen haciendo historia en todas las esferas públicas y aun privadas. Vinculadas a cada estructura de poderes… Legislativo, ejecutivo y judicial cubriendo todo el entorno país, económico, político, social, y mucho más, esto es, no queda espacio libre dejado de cubrir. Y es que la seducción tiene también arraigo político, partidista, donde clanes criminales, se asocian para reinar ajustando sus candidatos para controlar el país, durante las elecciones, y para ello recurren a la compra de votos y otras maniobras fraudulentas, como avalando candidatos con prontuarios judiciales, es decir, la delincuencia a gobernar.
La seducción orquestea anidando para gobernar y enriquecerse con el erario producto del ingreso del pueblo. Vemos también en este fluir, un congreso centro de operaciones de las empresas del país bajo negociados lobistas buscando que las leyes sean tramitadas para favorecer los intereses de los capitalistas. El poder seductor perverso, elemento social atrae para engañar y mentir, haciendo terrorismo social, con sus destrezas diabólicas… La seducción con su sentir satánico desarrolla genocidios sociales que manipulan la sociedad, doblegando la libertad y la autonomía humana con una aparente no violencia. Podemos decir, que la seducción convirtió a la sociedad en una masa deambulante, consumidora, productora de placeres, programada, despojada de su expresión y poder de decisión. Con la seducción se aplica al pueblo desgracias que con el correr de los tiempos se convierten en un principio trágico de la vida.
La seducción es un enemigo visible, actuante y prolífico que en apariencia no es represivo, pero como barbarie, está implícita en el seno del mundo causando estragos. Sus efectos giran y giran formando conductas alucinantes, llenas de paradigmas intensos difíciles de contener debido al montaje llamativo, encantador e irresistible, pero que de otra parte surte el efecto de esclavizar a los débiles, a los necesitados, a quienes también les intoxican su dignidad, su autonomía y su decisión. El ser, cuando es dominado por la seducción, deja de ser tal, vive en el vacío , al amparo del arbitrio inquisidor. La seducción es la vía para que el capitalismo caníbal y genocida se vincule más y más con los pueblos. La industrialización y la masiva tecnología inteligente mata las esperanzas de los pueblos, sembrando penas, para que el hombre coseche tempestades de muerte.
Los actos catastróficos del hombre no tienen límites, ni fronteras. No sabemos vivir, y no nos dejan vivir. Vivir es una actividad riesgosa porque tenemos una naturaleza vulnerable, vulnerabilidad que nos hace presa de las estructuras del poder, y de quienes la condición humana les hace necios… El mundo vive la seducción de la técnica y otras miles que se encarnan en la sociedad. El filósofo de turno al respecto nos dice que …hemos conquistado la realidad y perdido el sueño…. Si, la seducción nos ha llevado a perder el contacto con el mundo, y en ese incierto, se nos va la existencia y todos nuestros quereres, perdida donde algunos medios de comunicación son insidiosos deformantes, y muchos opositores balbucean epítetos vulgares. Basta ya del mundo contra el cambio.
Si al pasar por este mundo no nos cuestionamos, ni nos asombramos, no podemos despertar de tantos conjuros seductores. Nos estamos sumergiendo en un vacío que asfixia. Ser es estar presentes como verdaderos referentes de vida en lo social y lo político, conscientes para el cambio, Pensadores, solidarios, rebeldes como el Hombre rebelde de Camus, dando valor al sentido de la vida, transformando lo que no funciona, generando inquietud con amor social. El vacío que genera el capitalismo seductor se articula con la violencia que desborda la estructura social. La comunidad debe estar y todos también, abiertos a derrocar todo flagelo contra el mundo, a enfrentar los canallas que roban los territorios y de tajo los derechos de los pueblos y la vida de tantos hermanos que claman liberación, donde vivir en una tierra propia.
Quien domina el mundo, es la pregunta que nos debemos hacer ante ciertos sucesos inciertos, que a veces nos lleva a declinar. En todo proceso hay altos en el camino para aprender a ver de nuevo el horizonte, porque el dominio seductor con sus audacias busca distraer. Esto indica buscar, rescatar la fragilidad del mundo y su precariedad. Dentro de los escenarios tenemos que defender el mundo pues allí está la Génesis de todo cambio. Siempre tenemos que estar revisando nuestros procesos, y es en el mundo donde vivimos el cambio, allí cualquier incierto precisa una nueva revisión, siempre estamos en evolución, para atrevernos a hacer nuevos diagnósticos como protector de la vida.
Toda lucha, todo cambio obliga a esta alerta ante el enemigo, quien está dispuesto a hacernos un dobles para desubicarnos con sus seductores, y opositores con los gremios a la cabeza usando, al pueblo apático, con posturas temerosas. Los poderes están en alerta para atacar la democracia y lo que ella pretende. Mientras las hidras contaminan con la seducción. Los cambios van descorriendo los velos atrofiados del sistema. Con la voz del pueblo, del conocimiento, la nuestra, la voz rebelde que proclama que queremos llegar hasta la conciencia de aquellos que penetraron en nuestras vidas, con engaños prometiendo soluciones, pero solo han ofrecido tristes decepciones.
Seguimos llenos de contrastes irracionales con pulsaciones inverosímiles que gravitan entre concupiscencias y seducciones donde los deseos de bienes desordenados a la luz de la codicia y los placeres deshonestos atraen y se oponen a la razón, negando el cambio. Hoy se están dando programas de transformación muy puntuales, que desde ha no se habían solucionado, pero una oposición perversa, muta con fecundas formas que afectan la humanidad. impide se ejecuten proyectos de nuevos planes de gestión social con la anuencia de hordas de intelectuales desgastados, profiriendo ante la comunidad inusitadas, observaciones económicas y políticas.
La frivolidad de un país se sumerge en el entorno de tantas gamas inútiles, del imbécil que se deja seducir cual bambalinas en un juego de palabras electoreras que interpretan falsamente los quehaceres de un pueblo, aludiendo pasiones que alborotan las conciencias con cumplidos de algo que nunca será. Las campañas políticas son propias para las hordas de rapiña de aquellos filántropos de la miseria humana que viven evolucionando como futuros corredores de bolsa para apropiarse del erario, pensadores, dirigentes gremiales que caraqean cual aves hambrientas ante las reformas sociales, para luego desmembrar a quienes luchan por la vida y el desarrollo social.
El mundo está lleno de bestias humanas, porque no pueden ser personas quienes sus rentas son productos de operaciones de muerte de mujeres, niños y todo tipo de seres de nuestra naturaleza, rapiñeros que tienen el aval de la justicia y los órdenes de control para que la impunidad los perdone. Porque son los negocios corporativos quienes sostienen los cárteles de la política y sus partidos, porque al decir del vulgo y sus compinches todas las relaciones políticas están sostenidas por el dinero del pueblo en medio de torcidos contractuales, de coimas, y todo negociado estatal corrupto, impuro, inmoral, que engloba pánico gremial, de los medios y de los opinadores
La gula humana propia de todas las estirpes disidentes sociales, viven planeando maquiavélicamente sus intereses con sus oposiciones y nuevas formas de expansión social atrayente. Estos grupos lanzan sobre sus pueblos seducciones para combatir la arremetida, basados en atracciones económicas, señuelos para que olviden sus quereres de vida. La muerte se vuelve sensible y el manejo de los negocios son los medios de poder, con avales de las hordas, clásicas maquinarias de guerra sucia que rompe todo pudor, toda justicia ante malabares cual escuelas del crimen de cuello blanco. Los medios de disuasión se filtran en todos los entornos de la casa común creando una hegemonía, cuya existencia conserva los nefastos relatos con sus hilos conductores del pasado.
En la medida que el tiempo avanza entre espacios y sucesos cósmicos, creemos que ya el país y el mundo trata de enderezar caminos, pero después de muchas treguas vuelven las tormentas bajo perspectivas y explicaciones con sabor amargo, porque los carteles arremeten con prácticas insociales, genocidas con elecciones donde cunde el pánico y el terror para silenciar y querer opacar toda transformación, que no son otra cosa que el querer no solo particular, sino universal.
La voracidad revuela con la hegemonía mortal de los dirigentes que viven los temores de sus crímenes que reposan en sendos folios que se quieren archivar bajo la toga de los poderes, pero la justicia es una y como dice la filosofía del pueblo, cojea, pero llega, o si no, llegara la justicia del eterno y allí será el chirriar de dientes. La cultura del cambio lucha contra todo lo atávico. Ilegítimas fuerzas de estado, anquilosadas en sus vicios y pasiones. El cambio es la nueva época de la historia, es evolución de una democracia limpia que los pueblos vienen exigiendo. Verdad de apuño es que se viven muchos espacios terrenales toda clase de pulsiones donde no se ha sabido gobernar. Son esos que no dejan gobernar y como dice el adagio, ni rajan ni prestan el hacha, verdaderos hostiles que ven en la guerra la esencia de una política instrumental.
Pulsiones de poder emanan, llevando por el mundo emociones reaccionarias. Este itinerario se refleja en las intervenciones humanas, donde las convicciones no corresponden, acentuando violaciones a la praxis del pensar libre. Acaso no es violación a la autonomía de los pueblos, imponer sanciones y bloqueos a países, acaso no es violación las invasiones genocidas, acaso no es violación llegar a acuerdos para doblegar y someter a quienes no comparten ideologías. La masa necesita conocimiento, información sin sesgos, necesita leer, analizar, ser crítica con pensamiento constructivo, no saber de odios ni venganza, ni dejarse seducir por retóricas palabras.
Surgen en este panóptico, alternativas de cara al futuro. Una anarquía solidaria que profundiza despejar a los tiranos de los esclavismos tomando el devenir de la justicia. Es la anarquía que en medio de la masa y su poder se lanza a hacer deponer a quienes se consideran dueños de la verdad y el amor social, de su trono caduco. Esta nueva alternativa va firme para no tolerar seducciones con miserias. Con la esencia profunda de sus principios solidarios busca lo justo con la alternancia de la ley pura que vincula al hombre en aras de su liberación. Siempre dispuesta a enfrentar al corrupto, la anarquía solidaria y de apoyo conjuga su potencia para flagelar las crisis del capitalismo y sus mutaciones. Pero también ante las contradicciones ideológicas que sobrevivan, avanza hacia cambios sostenibles, hacia transformaciones con propósitos, no con caprichos ideológicos, todo en defensa del don de la vida y la dignidad humana. Los falsos absolutos no tienen cabida en el espíritu de los pueblos, que debe estar, libre, circundando por una nueva vida, sin atajos, sin seducciones.
El monstruo capitalista se surte de aquellas fantasías que atraen con la vanidad propia de quienes se obnubilan, que se dejan seducir por ideas de servirse y no para servir a los demás. El mundo ya no ve con ningún interés a los tóxicos partidos vengan de donde vengas sus ideologías carentes de toda envergadura social, sin moral, sin política, con una dimensión panóptica, acumuladores de incapacidad, que sólo constituyen ataques, mentiras y engaños. como dicen los saberes son ritualidades simbólicas, que crean comunicación sin vigencia y sin sentido.
La única ilusión que asoma en el panorama es aquella anarquía veraz, lejos del caos, cuna de ataques, que se desplazan con ilusión germinadora de cambios, con luz para un naciente devenir que desafía todo límite del absurdo, , sin identidad, que produce pérdidas, desgastes, desorientación y frenos para gobernar. El hombre mediocre quiere controlar todo con seducciones narcisistas, cuyas erosiones fatalistas no tienen la capacidad de liberación, sino de estorbo. Tenemos que aprender a ver el mundo, aún bajo el dominio de los imperios con sus ejércitos de arrogantes inútiles, que contaminan con sus rituales tecnológicos. Urge que el estado haga mención de sus realizaciones que son de alto valor social, de control y de imagen corporativo y que el congreso se dedique a sus funciones, sin holgazanería ni guachafitas como es su costumbre,
Seductores, opositores e irascibles contra el cambio, se limitan a crear genealogías perversas, preñadas de fantasías ambiciosas, proyectando llamadas incendiarias visualizando pensamientos de podredumbre. El panorama es tan concluyente, que precisa señalar que no debemos tener más indecisos mediocres, correr el velo para recuperar su visual teniendo así la capacidad transformadora que le de vida a su existencia dormida dándose un despertar plácido a su condición humana. La seducción positiva es aquella que ha perfilado los contornos donde fluye la transparencia, donde la existencia es el llamado a servir y amar lo social y la esperanza.
No podemos seguir siendo conducidos como señuelos de la gobernanza. Es sabio dar giros para conocer las causas de la existencia del capitalismo. No estamos viviendo una democracia. Lo sabemos, los hechos son evidentes, festín burocrático no tiene futuro bajo las riendas de hordas multipolares adictas a crear fragilidades para obtener fuertes caudales. Por ello en todo este peregrinar socio político, estamos viviendo procesos degenerativos de política de enseñanza curricular. O sea, la educación bancaria que predicaba Paulo Freire. sin crítica alguna, y una religiosa cuya esencia era el miedo, viviendo la cultura de la muerte, el hambre y los sin tierra.
En otras palabras, los cambios buscan eliminar esos vacíos del pasado con el que se creó una cultura del desconocimiento. La revolución está encaminada a que la comunidad se gobierne para restituir los desequilibrios sociales y para buscar que seamos los pueblos los que nos representamos, pues nunca el pueblo ha sido representado. Repensar la democracia es devolverle al pueblo sus derechos, que siglos antes entre criollos y déspotas ilustrados configuraron gobiernos de decadencia.
Ser humanos, es no dejarnos seducir, es ser denunciando el esclavismo, pero si no renunciamos, al menos seamos humanos. El mundo es esa herencia que nos dio la vida y como dice el autor de la vida nueva…Lo recibimos entero, pero cuando lo destrozamos, sabemos lo que era…. Si los hombres destruimos todo, quien lo cuidara-., El mundo es un equilibrio y los hombres estamos para dar ese equilibrio. A la comunidad hay que dejarle para que se gobierne y se estructure, porque la podredumbre está destruyendo el mundo, la política, las elites. Los poderes, que buscan su propio bien. DESCUBRAMONOS ABRIENDO NUEVOS HORIZONTES CON SOLIDARIDAD Y AMOR SOCIAL.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.