El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, descartó trenzarse en ‘bravuconería electoral’ con Bolivia en busca de más popularidad ante los comicios del próximo 1 de octubre. Da Silva, quien pretende la reelección, dijo en declaraciones difundidas hoy por la prensa que él espera los comicios con tranquilidad y expresó confianza en que […]
El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, descartó trenzarse en ‘bravuconería electoral’ con Bolivia en busca de más popularidad ante los comicios del próximo 1 de octubre.
Da Silva, quien pretende la reelección, dijo en declaraciones difundidas hoy por la prensa que él espera los comicios con tranquilidad y expresó confianza en que Brasil y Bolivia superen sus diferencias en forma amigable.
Los vínculos entre ambos países se tensaron tras la renacionalización de los hidrocarburos (petróleo y gas) en Bolivia lo cual perjudicó a la empresa estatal Petróleos de Brasil (Petrobras).
‘Si Petrobras deja de explotar el gas, va a faltar gas de cocina y gasolina en Bolivia. Cuando conversé con (el presidente boliviano) Evo Morales, tomé el mapa de América del Sur y mostré la situación de Bolivia, dónde estaba Venezuela.
‘Yo dije ‘saca la espada de mi cabeza, porque si no yo voy a colocar una en la tuya. Si yo no quiero el gas de ustedes, ustedes van a sufrir más que nosotros’.
‘Es como la relación entre marido y mujer, nos necesitamos uno al otro’, dijo el mandatario en entrevista con medios locales la tarde del domingo.
‘Tengo una enorme noción de la situación de Bolivia y quiero ayudarlos.Brasil tiene que ayudar a Bolivia, no hay otra’, afirmó Da Silva.
Según encuestas, Da Silva ganará con un amplio margen la reelección en primera vuelta.
A la pregunta de si el presidente de Bolivia, Evo Morales, ha sido bravucón con Brasil, Da Silva dijo que el gobierno boliviano atraviesa serios problemas internos.
‘Yo me quedo pensando que si hubiésemos ganado las elecciones de 1989, tal vez estuviésemos en la misma situación. Agradezco a Dios por no haber vencido en 89 y haber esperado 12 años para llegar, porque esos 12 años me dieron mucha experiencia’, ponderó el mandatario.
‘Vean lo siguiente: yo nunca le pegué a mi hijo. No voy a pelear con Bolivia, Uruguay o Paraguay. Yo tengo que saber la dimensión, la correlación de fuerzas.
‘No voy a hacer bravuconería electoral. No es relación de político a político, es de Estado con Estado’, subrayó Da Silva.
Da Silva censuró a los sectores del país que pretenden que exhiba dureza contra Bolivia.
‘Hay dos motivos para usted demostrar fuerza: uno es cuando usted es débil y precisa hacer barullo, gritar, hacer ruido. Ahora, cuando es fuerte, no tiene que demostrarlo. Yo tengo la nítida noción de la supremacía brasileña frente a Bolivia’, dijo el mandatario.
La semana vivió un nuevo capítulo del conflicto entre los dos vecinos, a raíz de la resolución firmada el 12 de setiembre por el entonces ministro de Hidrocarburos boliviano, Andrés Solís Rada.
El decreto establecía que serían nacionalizadas sin compensación dos grandes refinerías de petróleo y gas natural de propiedad de Brasil.
El anuncio generó protestas del gobierno brasileño y finalmente le costó el cargo a Solís Rada, quien renunció el viernes después de ser desautorizado por el vicepresidente boliviano, Alvaro García Linera.