Perdón por la contundencia de la palabra estúpido, pero diré en mi descargo que es la traslación a la actual situación de nuestro país de un eficaz y contundente slogan de la campaña electoral de Clinton frente a Bush padre. El original era «Es la economía, ¡Estúpido!». Con esa contundencia que ofrece utilizar un lenguaje […]
Perdón por la contundencia de la palabra estúpido, pero diré en mi descargo que es la traslación a la actual situación de nuestro país de un eficaz y contundente slogan de la campaña electoral de Clinton frente a Bush padre. El original era «Es la economía, ¡Estúpido!». Con esa contundencia que ofrece utilizar un lenguaje sencillo los estrategas de Clinton consiguieron convencer al electorado que lo importante no eran los logros en política internacional, era la época de la primera guerra del Golfo; del presidente republicano, sino su incapacidad de hacer frente a los problemas económicos de EE.UU.
En el caso de nuestro país sorprende lo desatinado de las políticas del PP ante la indiscutible evidencia que ofrecen las cifras. Frente a la indiferencia con la que los mercados financieros han reaccionado a la presentación por parte del gobierno de los PGE-2012, que recortaban el gasto público del estado en unos 17.000 millones de euros (Fuente: Libro amarillo presentación PGE-2012. M º Hacienda y Administraciones Públicas.), el gobierno respondió anunciando otros 10.000 millones de recortes adicionales en el tiempo de descuento. Dentro de un plan suicida de reducción de 50.000 millones de déficit público en dos años, para llegar al 3% en 2013, que va tener efectos demoledores en nuestra economía. Lo estúpido de las políticas del PP es que ignoran una cifra mucho más contundente que se había conocido apenas unas semanas antes. En la subasta de liquidez del BCE realizada el 29 de febrero de 2012 la banca española había solicitado 160.000 millones de euros. Los prestamos preferenciales a un tipo de interés del 1% de la banca española con el BCE, esto es el volumen de dinero público europeo en nuestro sistema financiero, ya asciende a 312.000 millones de euros, un 30% del PIB.
El banco suizo UBS responsabiliza en un reciente informe al sector bancario español del deterioro de las finanzas públicas: «los casi cuatro puntos porcentuales sobre el PIB que se va a desviar el déficit acumulado de 2011 y 2012 están fundamentalmente causados por la falta de crédito en la economía y la tardanza en reconocer el pinchazo de la burbuja inmobiliaria». Hay que recordar que los propios inspectores del Banco de España advirtieron ya en 2006, al entonces Ministro de Economía Pedro Solbes, de los riesgos inmobiliarios a los que estaba expuesta una parte importante de nuestro sistema financiero y que tanto él, como el gobernador del Banco de España que nombró, ignoraron completamente la advertencia. Los analistas de UBS ya estimaban en 2010 que la morosidad del sistema financiero español podría estar en el 12%, frente al 8% que actualmente reconoce el Banco de España, debido a la mala práctica de algunas entidades de disfrazar morosidad, al canjear créditos fallidos por inmuebles que valen mucho menos del valor con el que figuran en sus balances. El volumen de provisiones a las que el Banco de España ha obligado a los bancos y cajas de ahorro, unos 50.000 millones de euros, será insuficiente si la situación económica empeora, como ha reconocido el propio gobernador. Dicho informe llega a asegurar que el sistema financiero español puede causar un daño «material» a la eurozona. Por tanto parece evidente que la causa real de las incertidumbres que genera la economía española en los mercados financieros es que tenemos un buen número de bancos con los pies de barro, o de ladrillos podridos para ser más exactos.
Según el informe del banco suizo UBS, aquellos bancos con financiación pública del BCE superior al 10% han terminado siendo intervenidos o han necesitado grandes ampliaciones de capital para garantizar su continuidad. Bankinter, que en práctica está vinculado al Santander por el elevado peso de la familia Botín en su accionariado, con un 16%, Banco Sabadell con un 13%, Bankia con un 11,5% y Banco Popular con un 10% serían los cuatro bancos españoles que entrarían en esa zona de riesgo.
Mientras se da barra libre a los bancos privados se niega esa financiación preferente, con mucho menor coste, a los estados nacionales. Si la nueva deuda pública emitida por España tras la crisis, unos 300.000 millones de euros desde 2007 (Fuente: Libro amarillo presentación PGE-2012. Mº Hacienda y Administraciones Públicas.), lo hubiera sido a un tipo de interés del 1%, el mismo que paga la banca privada, frente al 5% o 6% que como media vienen pagando las emisiones en los últimos 5 años, se habría ahorrado a la hacienda pública española unos 12.000-15.000 millones de euros, una magnitud cercana al recorte de gasto del estado que el gobierno del señor Rajoy ha presentado. ¿Cómo definiría usted esta situación?