La fuerza oficialista advierte que el bloque opositor comenzó «una guerra» para volver a la presidencia en 2010. Además denuncia una complicidad de los medios masivos de comunicación. Ante la ofensiva del bloque opositor de derecha y después de las concesiones políticas que el presidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva debió hacer para bajar […]
La fuerza oficialista advierte que el bloque opositor comenzó «una guerra» para volver a la presidencia en 2010. Además denuncia una complicidad de los medios masivos de comunicación.
Ante la ofensiva del bloque opositor de derecha y después de las concesiones políticas que el presidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva debió hacer para bajar la tensión de la crisis área, la Comisión Ejecutiva Nacional (CEN) del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) aprobó ayer una resolución política que convoca a la militancia, a quienes detentan mandatos y a los dirigentes del partido a enfrentar la nueva «embestida contra el Gobierno y contra el PT, articulada desde los medios masivos de comunicación».
El texto, aprobado en la sede nacional que el PT tienen en la ciudad de San Pablo, afirma que «la escalada de ataques señala que la campaña de 2008 ya comenzó y que la oposición está en píe de guerra con el objetivo de reconquistar la presidencia de la república».
En primer lugar, el documento denuncia la complicidad del aparato de los multimedios de comunicación con el sector político que estaría intentando debilitar a Da Silva: «Los grandes medios privados son, al mismo tiempo, el mayor instrumento de esta campaña».
En ese sentido, la resolución cita a la cobertura periodística del accidente de la aeronave de TAM como uno de los elementos de esa ofensiva y condena la transformación del episodio en un factor más de disputa política.
Los problemas de la aviación civil de Brasil no son nuevos, relacionados con el crecimiento exponencial del sector -la empresa Gol es sólo un ejemplo- se transformaron en un escándalo nacional cuando el martes 17 de julio un airbus de la compañía TAM se despistó del citadino aeropuerto paulista de Congonhas con un saldo de 190 muertos.
Cuando todavía no se tenía el número exacto de víctimas y las pericias no habían determinado las causas del siniestro, el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) se las ingenió para poner en aprietos a Da Silva, reaccionó con un polémico enroque en el ministerio de Defensa, que tiene a su cargo el tráfico aéreo: entró Nelson Jobim, salió Waldir Pires, un histórico del PT.
Por su parte, Jobim, de 61 años, fue ministro de Justicia entre 1995 y 1997, durante la presidencia de Fernando Henrique Cardoso, líder del PSDB y declarado enemigo de Da Silva. Además Jobim pertenece al conservador Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), principal aliado del Gobierno.
En este contexto, las críticas a llegan porque el PT perdió un cartera a manos del PMDB y, según las estimaciones, con esta designación, Jobim se convierte en una figura presidenciable para el 2010. Cabe recordar que Da Silva, cuando en enero asumió su segundo mandato, convocó a un amplio sector político a formar un gobierno de coalición, donde el PMDB resultó su principal aliado. La concertación de fuerzas se concretizó en el Gabinete, donde cada ministerio fue la moneda de negociación.
En otras palabras, el PT cree que Da Silva ha ganado en «gobernabilidad institucional» pero ha perdido en «gobernabilidad social». La función del partido sería entonces restablecer y garantizar el equilibrio entre esas dos instancias.
El mensaje del PT también indicó que hace tiempo viene proponiendo acciones, pero que no ha sido debidamente escuchado por aquellos que tienen la capacidad de implantarlas. «La solución para la crisis aérea pasa principalmente por tres por medidas: inversión pública en infraestructura, fiscalización efectiva sobre las empresas aéreas, desmilitarización del control del tráfico. Pero las recomendaciones no fueron consideradas debidamente. Uno de los resultados de esta demora fue la reciente substitución, en un contexto de crisis aguda, del ministro Waldir Pires por el ministro Nelson Jobim», explica.
A continuación agrega que «el Gobierno, tanto ahora como antes, tiene las condiciones de implementar estas medidas», pero sin tener «la ilusión de que se puedan resolver en el corto plazo los problemas estructurales e institucionales» que propiciaron la tragedia.
En otro tramo del escrito, la CEN del PT advierte que, «como en 2004-2005, los ataques de la oposición de la derecha no se concentran en cuestionar los aspectos positivos de la acción del gobierno, sino que están concentrados en los puntos mas flacos de nuestra actuación, en lo flancos que dejamos abiertos y en los errores cometidos».
La resolución también permite una lectura bipolar de la coyuntura. Por lado, le sirvió de excusa al PT para hacer una fuerte autocrítica y para marcar ciertos cuestionamientos a la presidencia de su líder y fundador; y por otro, para apoyar al Gobierno en un nivel más general.
«A lo largo del segundo período de Lula, tuvo lugar un conjunto de políticas exitosas que fueron iniciadas en el primer mandato, confirmado en las elecciones 2006 por la mayoría del pueblo brasileño. Después de eso fueron adoptadas nuevas medidas, entre las cuales está Plan de Aceleración del Crecimiento, un conjunto de reformas en el área de Educación y el impulso dado para la constitución de una red pública de TV».
Para la máxima instancia del PT, el escenario descripto en el párrafo anterior, «ayuda a entender el sólido apoyo que el gobierno de Lula continúa recibiendo, según todas las encuestas, de la mayoría del pueblo».
Frente al sólido apoyo popular – marca el documento – «la oposición recurre a la manipulación y a la mentira para desgastar al Gobierno, al presidente Lula y al PT».