El triunfo del Partido de los Trabajadores en Brasil de la mano del primer obrero metalúrgico que llega a la presidencia de un país latinoamericano respaldado por 52 millones de votos, fue vivido por las fuerzas populares de la región con mucha esperanza. Este triunfo venia a dar aires renovadores. Las decadas de politicas neoliberales […]
El triunfo del Partido de los Trabajadores en Brasil de la mano del primer obrero metalúrgico que llega a la presidencia de un país latinoamericano respaldado por 52 millones de votos, fue vivido por las fuerzas populares de la región con mucha esperanza. Este triunfo venia a dar aires renovadores. Las decadas de politicas neoliberales quedarian en el recuerdo. Era un tiempo en donde los sentimientos de que «un mundo mejor es posible».
Este partido nació al calor de las huelgas obreras de 1979/80 en el ABC paulista, fruto de la crisis economica que sacudia a toda la region (RECESION DE 1974). Estaba basado en un proletariado joven y combativo, que en su gran mayoria pertenecia a la gran industria automovilista. Participó de luchas por reivindicaciones democraticas ( la campana «Directas Ya» en1984), impulsó la creación de la Central Única de los Trabajadores (CUT), y las luchas agrarias que dieron origen al Movimiento Sin Tierra. Todo esto modeló su génesis, perfil y contenido.
Su carta de principios de 1979 declaraba: « en una sociedad como la nuestra, basada en la explotacion y la desigualdad entre las clases, los explotados y oprimidos tienen permanente necesidad de matenerse organizados en forma independiente, para que les sea posible ofrecer resistencia seria a la desenfrenada sed de opresion y de privilegios de las clases dominantes.»
Nunca habia sido realmente un partido socialista estricto ya que jamas asumio programaticamente la defensa de la expropiacion de los medios de produccion, pero si tenia puntos de contacto como ser su pretensión de representar a la clase trabajadora como clase antagonica a la burguesia. El partido surgia en el escenario nacional como un «partido de clase», producto de la combinacion de un sindicalismo opositor a la dictadura militar con sectores de las organizaciones de izquierda de la iglesia (Comunidades eclesiasticas de base).
Sus lineas politicas estaban marcadas por su posicion anti imperialista, la ruptura con el FMI y el no pago de la deuda externa. En su encuentro de 1987 asumieron una serie de posturas que los marcaban hacia una transicion al socialimo: estatizacion de la industria farmaceutica, estatizacion de los servicio de transporte, estatizacion de la industria del cemento para viabilizar un vasto programa de construccion de viviendas populares, creacion de un unico sistema de salud estatal, publico, gratuito y de buena calidad, con participacion de la poblacion autorganizacion de los tranajadores, formas de lucha por el control de los trabajadores de las fabricas (a partir de la generalizacion de las comisiones de de fabricas o de empresas) y el control popular de los barrios
Su motor de desarrolo estaba en el moviemto obrero y los sectores populares: «estas formas embrionarias de poder proletarios son escuelas de autorganizacion y particiapacion politica de los trabajapodres, que apuntan en la construccion de un socialismo efectivamente democratico, en el que el poder sera ejercido por los trabajadores y no en su nomnbre»… «El PT lucha para que todo el poder economico y politico venga a ser ejercido directamente por los trabajadores. Unica manera de poner fin a la explotacion y la opresion»
El Partido a partir de los ’90 empezó a tomar como eje central de su estrategia politica a la via electoral, distanciandose cada vez mas de toda la problematica vinculada a la revolucion social y la transformacion estructural de la sociedad. La via parlamentaria en su busqueda de poder a través de cargos, como ser concejales, diputados, intendencias, gobernaciones, y por ultimo, la presidencia, se transformo en su objetivo central. Lejos estaban los principios de los programas de 1987 o de 1989.
Mas alla de los slogan de la ultima campana electoral del 2002, donde se hablaba de garantizar las 3 comidas diarias, o FOME CERO; enunciados que eran solo eso: pronunciamientos vacios , muy lejos de la realidad de los desocupados y los trabajadores brasileros.
Las practicas politicas del gobierno de Lula estan marcando las contradicciones entre el decir y el hacer. Y entre ello está la eleccion como vicepresidente del senador Jose de Alencar, magnate de la industria textil, defensor del ALCA y miembro de la Iglesia Evangélica de neto corte conservador; su alianza con el Partido Liberal, junto con la aceptacion del acuerdo con el FMI realizado por Fernando Henrique Cardoso en setiembre del 2002 (que marcaba la continuidad de las politicas neoliberales para el Brasil); o el nombramiento en la presidencia del Banco Central de un claro exponente de los sectores financieros internacionales (un ex presidente del Banco de Boston, con un sueldo 700 mil dolares anuales); o el apoyo dado por los ex presidentes, hoy senador Jose Sarney y el gobernador de Minas Gerais Itamar Franco; o el apoyo dado por sectores de la oligarquia nordestina como el reaccionario Antonio Carlos Magallanes.
La nueva politica basada en una alianza de clase de otro tipo, con un nuevo discurso, apunta a una práctica colaboracionista, una especie de pacto de los sin tierras con los latifundistas, del trabajo con el capital.
La tension entre la pretension original del PT de representar cambios estructurales en la sociedad y el curso real cada vez mas de adaptacion al orden capitalista ha llevado a que una serie de dirigentes luchadores del PT a la ruptura y hoy sean definidos como los «radicales», porque no claudican y salen a criticar esta politica de continuismo liberal de los gobiernos de Collor o de Fernando Enrique Cardoso, basados en la alianza con el Fondo Monetario y el capital Financiero internacional.
Estos «radicales» manifestaron sus criticas por la nueva politica de alianzas que instauro la cupula del PT para poder llegar al gobierno. Han criticado las designaciones en puesto de gobierno de hombres vinculados a los sectores financieros, y en los ultimos tiempos han encarado una publica oposicion a la reforma de la Previdencia (Sistema de Jubilación).
Estos luchadores (algunos fundadores del PT) por sus claras manifestaciones de oposicion a la nueva politica, fueron victimas de sumarios elaborados por parte de la direccion Nacional del PT, vía la comision de etica. Y su posterior expulsión del partido el 14 de diciembre del 2003 pretendió acallar la entrega del sistema jubilatorio a manos del capital financiero. Estos dirigentes son: Heloisa Helena, Luciana Genro, Joau Batista Araujo «Baba» y Joao Fontes. Esta politica de castigo, de corte stalinista, basada en silenciar mediante la expulsion, clarifica aun mas su nueva politica, chocando con su carta de principios, y sus pronunciamientos originales.
Las expulsiones de diciembre originaron el efecto boomeran, ya que si el objetivo fue frenar la critica y la protesta, los hechos politicos posteriores confirman lo contrario. A partir de esa fecha, empezo un movieminto desde abajo de busqueda de un espacio politico que pueda aglutinar la protesta politica y social. Los dias 5 y 6 de marzo fueron el marco temporal para la conformacion de un nuevo partido de izquierda de la mano de los expulsados y de todos aquellos que ven traicionados los ideales originarios del PT.
El PT ya no sera mas el Partido de los Trabajadores, en cuyo paraguas se aglutinaba a diferentes corrientes ideologicas. Sus practicas diarias en el ambito gubernamental, como sus acciones partidarias, manifiestan un claro reposicionamiento que no admite ningún tipo de confusion: si el PT de Lula tiene cara de raton, cuerpo de raton y cola de raton, podemos afirmar que no es un leon.
Es el desafió del pueblo brasilero, de sus mejores luchadores, el sobreponerse a la traición y llevar adelante en forma organizada aquellos principios y reivindicaciones por las cuales nacieron a la vida politica como opción auténtica de transformación social.
Mayo 2004