Traducido para Rebelión por Gorka Larrabeiti
En 2008 los Estados salvaron de la quiebra a los bancos, los mismos bancos que habían causado la crisis. Comenzó entonces un dominó mundial. De la crisis financiera, que duró ciertos meses, el tiempo necesario para inyectar liquidez a los bancos, se pasó a la crisis económica que progresaba como una reacción en cadena. Cierre de empresas, despidos masivos, caída del consumo, derrumbe del valor del mercado inmobiliario, disminución de los ingresos fiscales. Para evitar el colapso, los Estados recurrieron a la deuda pública. Endeudaron a los ciudadanos inconscientes (en el imaginario la deuda pública siempre es de otro); primero para mantener en vida los bancos, luego los gastos corrientes. El aumento de la deuda tuvo como efecto el aumento de los intereses que los Estados debían pagar a quien había comprado nuevas emisiones de títulos. Los intereses son un lastre para el desarrollo de un país. A más intereses por la deuda, menor capacidad de política económica. Cuanto más crece la deuda, más fácil resulta recurrir a los recortes del Estado social como única solución posible.
Si un Estado, antes de la crisis, tenía una alta deuda pública, tuvo que endeudarse más allá del punto de no retorno. La pregunta que se hace todo el mundo es: «¿Cuándo se alcanza el punto de no retorno?». Es sencillo: cuando ya nadie compra títulos de Estado. A falta de compradores el Estado debe declarar la bancarrota, entra en quiebra, no paga los salarios a los empleados públicos ni las pensiones. Otra cuestión que hemos de plantearnos es: «¿Qué Estados tienen mayor probabilidad de quebrar?». También en este caso la respuesta es sencilla: aquellos que, además de una gran deuda pública anterior a la crisis y a un fuerte aumento posterior a la crisis, han disminuido su capacidad productiva. Producen menos (el llamado PIB), y a la vez aumentan su deuda. En la UE, los Estados con estas características son al menos tres: Grecia, Italia y España.
A Grecia e Italia les une la misma estrategia: venden su deuda a los Estados extra UE, ya que la UE no consigue dar abasto a la oferta continua de Tremorti (1) y de Yorgos Papandreu. Tremorti vendió nuestra deuda a China el mes pasado; curiosamente, como la deuda es nuestra, ignoramos el valor de la venta. China, mediante la deuda, compró parte de nuestra soberanía nacional, acaso Termini Imerese (2) o atajos privilegiados para el comercio exterior.
Pero incluso la Gran China tiene sus límites, y tras haber digerido a Tremorti, no compró los 25.000 millones de euros de títulos griegos que propuso la semana pasada Goldman Sachs.
En Davos están discutiendo sobre economía mundial las mismas personas que provocaron la mayor burbuja de los últimos 150 años. Corre por ahí una pregunta: «¿Quebrará antes Italia o Grecia?». Los inversores internacionales ya han dado una respuesta técnica. Los títulos de Estado de los países en peligro están cubiertos por un seguro de riesgo llamado CDS, Credit Default Swap [Permuta financiera de cobertura por incumplimiento crediticio].
Italia es la primera con diferencia, a mucha distancia de la segunda (3). Grecia sólo es quinta. Hacia la catástrofe con optimismo.
http://www.beppegrillo.it/2010/01/il_punto_di_non_ritorno/index.html
Notas del Traductor:
-
El autor llama «Tremorti», «Tres muertos», al ministro de Economía italiano, Giulio Tremonti.
-
Complejo industrial que la FIAT está desmantelando en Termini Imerese, Sicilia.
-
Sorpresa: en el gráfico que cita Grillo tomado de The Economist, la segunda en la lista es España.