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El resultado de la huelga de camioneros y petroleros y su incidencia en la situación del país

Fuentes: NODAL

1.- Sobre el carácter de la huelga de los camioneros Mucho se discutió en los primeros días sobre el significado de la enorme huelga del transporte camionero. ¿Sería ésta producto de un lock-out patronal o se trataría de una paralización impulsada por los reclamos laborales de los trabajadores del transporte de carga  por carretera? En […]

1.- Sobre el carácter de la huelga de los camioneros

Mucho se discutió en los primeros días sobre el significado de la enorme huelga del transporte camionero. ¿Sería ésta producto de un lock-out patronal o se trataría de una paralización impulsada por los reclamos laborales de los trabajadores del transporte de carga  por carretera? En la medida que el paro se prolongó, empezó a quedar en evidencia que, en realidad, tenía elementos de las dos caracterizaciones, reflejando un crítica realidad sectorial.

En 2017, el sector comprendía 111.743 empresas, 274 cooperativas y 374.029 autónomos transportadores de carga (CNT). Las diez mayores empresas, entre las cuales se encuentran las muy reconocidas JSL, Centro Oeste y JBS, tenían en febrero de 2018, 11.486 camiones y 17.723 acoplados. En 2016, todas las sociedades transportistas sumaban 1.170.578 vehículos, entre las cuales las cooperativas referían 21.837 vehículos y los autónomos 783.656 (ANTT).

Los datos divulgados en la prensa señalan cifras menores para 2018 en todas las categorías, tal vez fruto del débil desempeño de la economía del país. Esta distribución explica, en cierta manera, la percepción diferenciada presentada por los varios informes compartidos a lo largo de la huelga en diversos grupos de whatsapp, unos enfatizando la actuación de autónomos y otros la participación activa de las empresas.

La composición del sector también explica, en parte, la ausencia de nítido liderazgo del movimiento, aunque está representado por once entidades. Esta representación fue duramente cuestionada cuando el 24 de mayo hubo un intento de acuerdo con el gobierno cuyo rechazo dio continuidad a la huelga.

2.- El movimiento cala hondo en otros segmentos de la población

Aunque los camioneros luchan por un pliego relativamente extenso de reivindicaciones, el reclamo central es el precio del combustible diesel, que registró un aumento del 56% entre el 31/07/17 y el 22/05/18. Este aumento fue resultado directo de la política de precios implantada por el presidente de Petrobras, Pedro Parente, que aumentó el precio de los derivados del petróleo cada vez que se elevó la cotización del barril del petróleo a nivel internacional.

De tal forma, priorizó el valor patrimonial de los accionistas a pesar del impacto sensible de la elevación del precio de los combustibles, incluyendo las naftas, y su incidencia en los procesos productivos, en el transporte en general y en la vida cotidiana de los brasileños.

Es por eso que, al contrario de lo que el gobierno esperaba, la huelga de los camioneros rápidamente encontró eco en otros sectores, tales como las  empresas que trabajan con fletes, y ha recibido el apoyo de los más diversos sectores de la sociedad. La huelga de los camioneros está poniendo en cuestión la política de precios de Petrobrás.

En su estela, pone también en evidencia los aumentos abusivos del gas e incluso de la luz, cuyos precios no son han sido considerados por su naturaleza como esenciales para el sostenimiento y la  reproducción de la vida familiar.

3.- La pérdida de control del gobierno y la apertura de una caja de Pandora

Probablemente, en ningún momento como éste el cuestionado gobierno de Temer estuvo tan débil. No fueron pocos los momentos en que se vio atacado, pero en todas las oportunidades logró, de una manera u otra, eludir el problema, aun siendo que su grado de aceptación en la población ha sido durante mucho tiempo el más bajo de aceptación pública para un gobierno desde el final de la dictadura militar.

Ahora, se lo percibe abandonado por todos: por el presidente de la Cámara de Transportistas en el momento de la votación del primer acuerdo, por  los gobernadores por no ayudar  al desbloqueo de las carreteras cuando Temer anunció el uso de las fuerzas armadas y, más recientemente, por posicionamiento contrario de 7 gobernadores (Bahia, Ceará, Paraíba, Pernambuco, Piauí, Sergipe e Minas Gerais) ante su declaración  pública  de la «solución» de la huelga anunciada por él el domingo del 27 de mayo. No por casualidad, su discurso por cadena nacional ese día fue acompañado por «panelaços» (caceroladas) en algunos barrios de las grandes ciudades del país.

El país está prácticamente parado: las fábricas cerraron sus actividades por falta de materias primas o elementos, los autobuses urbanos transitan con una flota extremadamente reducida, los hospitales y otros servicios de salud se resienten de la falta de materiales e insumos, las escuelas y las universidades paralizaron sus actividades, las mercancías faltan en los mercados, los aeropuertos están sin combustible y otros trabajan con bajo nivel de inventario y todo esto sin mencionar que los combustibles no llegan a las gasolineras.

Aún sin ser una tendencia generalizada, entre los camioneros y en las manifestaciones de apoyo a su movimiento en las carreteras y en las ciudades, reapareció con fuerza la demanda de intervención militar. Se mezclan a clamores contra la corrupción y los abusos  con la negación de todas las instituciones (ejecutivo, legislativo y judicial), presentándose a la intervención militar como única solución que garantizaría la vuelta al orden, o a una situación ideal deseada.

Al mismo tiempo, como ya se ha mencionado, se suman las manifestaciones de apoyo al movimiento, de los más diferentes segmentos de la sociedad. En los últimos días se han unido a los camioneros los trabajadores de Petrobras, que anunciaron una huelga que comenzó a las cero hora del miércoles 30 de mayo. Entre las reivindicaciones se planteó el bloqueo a su extranjerización, principalmente con relación al presal (grandes yacimientos petrolíferos en las profundidades del mar brasileño) y el cambio de su política en la determinación de precios. El viernes 1, después de una semana caótica, Parente presentó su renuncia «indeclinable» a la presidencia de Petrobras y el gobierno acordó reducir y congelar los precios de los combustibles hasta fin de año: un enorme triunfo de la movilización.

Es como si, de hecho, se hubiera abierto la caja de Pandora. Todo es posible.

4.- Unificar las luchas en forma consecuente con el «Fuera Temer»

En ese marco, es necesario que los trabajadores, mediante sus sindicatos, centrales, movimientos, frentes y partidos, trabajen en el sentido de unificar las luchas, preparar la huelga general y dar al enorme descontento que abrió la huelga de camionero. Si, hasta hace poco, las luchas se caracterizaban por ser fundamentalmente defensivas, el cuestionamiento de la política de precios de Petrobrás y de su entrega al gran capital extranjero las han colocado en otro nivel al entrar directamente en colisión con los fundamentos básicos con los que se ha movido el gobierno Temer.

Es hora de unir a todos para dar concreción al «Fuera Temer» y exigir nuestras elecciones. El PSOL tiene en este proceso un papel fundamental a jugar, debiendo presentarse como la alternativa posible a la profunda crisis que atraviesa el país.

María Rosa Márques es profesora titular del departamento de Economía y del Programa de Posgrado en Economía Política de la Universidad Católica de Sao Paulo, ex presidenta de la Sociedad Brasileña de Economía Política (SEP) y ex presidenta de la Asociación Brasileña de Economía de la Salud (ABrES)