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Comentarios del sociólogo James Petras desde Estados Unidos

«El retorno de la derecha como fuerza mayor en Chile refleja el agotamiento de la Concertación»

Fuentes: CX36 Radio Centenario

Chury: Oyentes, estamos aquí como todos los lunes aguardando la comunicación con James Petras y ya estamos en comunicación directa con él. Petras buen día, ¿cómo estás? Petras: Aquí estamos, en el invierno frío como es normal, pero seguimos y con envidia por el tiempo que viene por el Sur. Chury: Aquí no nos está […]

Chury: Oyentes, estamos aquí como todos los lunes aguardando la comunicación con James Petras y ya estamos en comunicación directa con él.

Petras buen día, ¿cómo estás?

Petras: Aquí estamos, en el invierno frío como es normal, pero seguimos y con envidia por el tiempo que viene por el Sur.

Chury: Aquí no nos está tratando con mucho calor. Para salir por las mañanas hay que ponerse un abrigo porque las temperaturas han sido las más bajas en promedio en décadas para un mes de diciembre así que no tenemos demasiado calor por aquí.

Petras: Bueno, van contra la corriente de opinión de que se está calentando el mundo.

Chury: Ah, sí, vamos contra todas las corrientes aquí.

Petras, hubo una elección en Chile, ganó el candidato de la derecha, ¿qué balance has podido hacer con estos primeros resultados?

Petras: yo creo que el retorno de la derecha como fuerza importante en Chile, refleja el agotamiento del proyecto del centro izquierda, que mucha gente de las clases populares piensa que ese desarrollismo donde el principal eje de la política gubernamental es mantener las cuentas fiscales en situación de acumular reservas y estimular la inversión no ha tenido el efecto de redistribuir los ingresos. Las desigualdades en Chile siguen como antes en la época de Pinochet.

Segundo, hay episodios de corrupción, aunque no sistemáticamente, entre diferentes sectores oficiales.

Tercero, creo que no tienen ningún proyecto alternativo sobre cómo enfrentar el problema de la dependencia en sectores extractivos y cómo fomentar un desarrollo social más igualitario. Y la falta de alternativas y los otros factores que mencionamos, abre paso para que un multimillonario gastando mucho dinero pueda influir a partir de los medios de comunicación sobre la insatisfacción de la gente.

Eso por un lado. El discurso de la derecha es el cambio frente a algo que no está funcionando para la mayoría de la población.

Pero del otro lado tenemos también el surgimiento de dos candidatos aparentemente de centro izquierda, que critican al gobierno y hacen promesas de que van a terminar con este vacío político que representan el oficialismo de los socialdemócratas, democristianos.

En ambos lados entonces hay una polarización.

Pero debemos anotar dos cosas. El candidato Ominami es de un discurso vacío y contradictorio; tiene elementos de la derecha y del populismo y Arrate, el candidato supuestamente de izquierda: Alianza Socialista, disidentes y comunistas, han anunciado que van a apoyar la candidatura de Frei, el candidato del centro continuista. Y eso me parece una indicación de que no es una izquierda seria, que es una izquierda que busca utilizar un caudal de votos para negociar algunos puestos en el próximo gobierno del centro, sin ningún poder y sin mucho respaldo popular en este momento, un 6 % creo que consiguieron.

Y Chile entonces va a pasar por un proceso de continuismo con el pasado con Piñera, pero con algunos aspectos tal vez de la derecha más dura. Hay que ver cómo se va a expresar este componente de la derecha dura. Tal vez mayor autoritarismo; más represión a las fuerzas populares o tal vez simplemente no compartir algunos eventos como recuerdos de Allende etc. que el gobierno oficial ha expresado.

Chury: ¿Qué pasaría si ese candidato que tiene ingredientes de derecha pero también populistas, decidiera acompañar a Frei?

Petras: Hoy día declaró que no va a acompañar a Frei porque dice que no está dispuesto a prestar el prestigio, el voto, y la confianza de que realmente representa una alternativa.

Yo creo que Ominami es joven y está mirando hacia el futuro, dispuesto a sacrificar al candidato del centro para prepararse para ser el principal candidato de centro izquierda en las próximas elecciones cuando va a tener cuarenta y pocos años.

Mantenerse independiente es importante como postura y para la imagen que quiere generar de que es un hombre de principios frente a la ambigüedad.

Chury: Petras, ¿qué otros temas han estado ocupando tus horas en materia de análisis?

Petras: Bueno, en este momento estoy analizando las relaciones de Estados Unidos con Venezuela en los últimos 20 años y anotando dos cosas importantes. Primero, que las iniciativas radicales y progresistas de izquierda en Venezuela, siempre salen como una reacción a la agresión norteamericana.

Es decir, cuando Bush anuncia la guerra contra el terrorismo, el intervencionismo, forzosamente Chávez tiene que irse a la oposición, rechazando la guerra contra el terrorismo diciendo que no se puede luchar contra el terrorismo utilizando métodos terroristas. Eso provocó que los Estados Unidos lanzaran el golpe de estado en abril del 2002 y después el lockout de los gerentes de la compañía de petróleo. Y como consecuencia de eso es que Chávez empezó realmente el proyecto de construir un modelo que él llama socialista, nacionalizando empresas, Bancos, reforma agraria y otras medidas que se puede decir populares.

Washington lanza esfuerzos de aislar a Venezuela entonces como contrapartida Venezuela lanza el ALBA; Washington llama al boicot de productos militares a Venezuela y como consecuencia Venezuela abre relaciones con Rusia comprando armas.

El padrón es acción-reacción. Los EE.UU. inconscientemente han provocado realmente las transformaciones. No digo que Chávez no tenía ideas profundamente populares. Pero el detonante para que estos proyectos de Chávez tomen cuerpo es precisamente la agresión del imperio.

Y la segunda cosa que hay que notar para explicar el extremismo de Bush y Obama, es que viven de la nostalgia, lo que yo llamo el romanticismo reaccionario, que es soñar con los años 90 cuando con el presidente Caldera, con Menem, con Sánchez de Losada, era la época de oro con privatizaciones, entregas y robos de grandes fondos y transferencias de América Latina a Washington y un conformismo con la política neoliberal. Y cuando se quitaron estos colaboradores con el imperio, queda grabado en la cabeza de los oficiales norteamericanos que esa debe ser y debe seguir siendo la relación entre EE.UU. y América Latina. No pueden superar y reconocer que hay un nuevo mundo, unos cambios por lo menos en las orientaciones económicas y políticas hacia un proyecto burgués independiente diversificando sus relaciones y no dispuestos a subordinarse completamente en la manera anterior. Y cuando funcionan con esta nostalgia reaccionaria, no están capacitados a responder y siguen usando los modos políticos como por ejemplo tratar de imponer el Tratado de libre comercio que está afuera de toda posibilidad y reciben un golpe de todos los países. Después lanzan una política para aislar a Cuba y generan otra vez un rechazo unánime.

Viven en este mundo fantástico que tienen pero llaman y tocan el bombo y nadie responde, queda como una política sin ningún respaldo.

Es como ver a un conductor de orquesta que con la batuta trata de liderar a los músicos y no hay ningún músico para dirigir y parece algo fantasmagórico.

Eso es parte del proyecto que estoy elaborando.

Por otro lado Venezuela ha diversificado sus relaciones, ha fortalecido el sector público, ha creado una base popular sólida y mayoritaria pero con enormes contradicciones porque dentro mismo del gobierno de Venezuela hay sectores conciliadores con el imperio; hay políticas que van en zig zag: un día dicen que deben romper con Colombia y el próximo día dicen debemos conciliar con Colombia entonces Chávez no tiene exactamente -por lo menos en la política exterior- un equipo coherente. Hay sectores que son de diferente orientación frente al desafío del imperialismo. Pero cada vez que Washington lanza una agresión, como las bases en Colombia, forzosamente los sectores más antiimperialistas han ganado fuerza. ¿Cómo se puede plantear políticas de conciliación con Colombia y buscar un acuerdo con Washington, cuando están estableciendo bases militares para aviones de guerra a 20 minutos de Caracas?

Otra vez es esta política de acción y reacción: Washington lanza el proyecto Colombia y las siete bases, lanza el golpe en Honduras, y como consecuencia hay poco espacio para los sectores conciliadores para encontrar una base e influir sobre la política conciliadora.

Chury: Petras, para terminar: realmente lamentable lo del Comité Nobel y el recibimiento del premio Nobel de la paz por parte de Barack Obama en momentos en que envía miles de soldados a seguir la guerra.

Petras: Sí, es una farsa. Si es cierto que Obama está muy desprestigiado en general. Lo que pasa ahora es que el Comité y el mismo premio están devaluados. Con este acto creo que el prestigio del premio Nobel ha perdido mucho valor. Ahora nadie cree que el premio está dado por alguna excelencia que refleja el sentimiento mundial de que es un buen mérito para una buena conducta.

Creo que el Comité se hace ridículo, materia para los cómicos. Creo que lo que pasa es que cada vez que se comprometen en estas políticas pierden reconocimiento en el mundo.

Lo mismo en Copenhague ahora con este esfuerzo de manipular la agenda y los procedimientos para favorecer a los países imperialistas. En Europa y en Estados Unidos se ha convertido en un boomerang y hoy día hay un boicot de 78 países unidos para no asistir a las sesiones.

Imagino que en la tarde se van a volver a reunir pero hay un ambiente conflictivo que muestra la división entre el Norte y Sur, entre los países imperialistas y los que están cuestionando el orden mundial actual.

Chury: Bien Petras, como siempre te agradezco en nombre nuestro y de la audiencia estos análisis. Te mando un abrazo desde Uruguay

Petras: Un abrazo para vosotros también y aprovechen el buen tiempo.

www.radio36.com.uy