Enganchado al «Escenario Jazz», ahora llega el «Escenario Blues» al espacio creado por las Madres de Plaza de Mayo. El EcuNHi también programa el ciclo «Pueden venir cuantos quieran», que cruza el rock con la literatura.
Agite primaveral en el EcuNHi. Cuando esta tarde de sábado dos históricos del rock argentino (Emilio del Guercio y Javier Martínez) suban a escena para contar algunos detalles del origen y desarrollo del género visto desde las pampas, el Espacio Cultural Nuestros Hijos estará dando un paso más hacia la resignificación de una identidad colectiva que aún, pese a los embates de una visión de superficie que se pretende monolítica -la industria del entretenimiento, si se quiere-, permanece enganchada al imaginario. El intento se llama «Pueden venir cuantos quieran» y trata de un cruce entre literatura y rock, organizado por el escritor Juan Diego Incardona, que ya lleva un año en el ruedo. Esta vez -hoy a las 18, en Avenida del Libertador 8465- las palabras del ex Almendra y el ex Manal fluirán mediadas por la intervención de Fabián Casas y Horacio Fiebelkorn, los poetas invitados, y la proyección de la película Ocio, de Alejandro Lingenti y Juan Villegas. «Se trata de unas charlas relajadas de las que alguna vez yo fui parte, sobre las letras de nuestro rock que, cómo dudarlo, han dejado una poesía valiosa en la cultura popular argentina», dice otro ex Almendra -Rodolfo García-, esta vez en el rol de presentador y parte del Area de Música del Espacio (junto a María de los Angeles Ledesma) que dirige Teresa Parodi.
El ciclo, que continúa el 9 de octubre con el cruce entre Ciro Fogliatta, Claudia Puyó, Mariana Enriquez y Marina Mariasch, es apenas una más entre las múltiples actividades que el Espacio propone para esta etapa del año. Impulsado por el mismo García, y enganchado al «Escenario Jazz», que ha dejado como estela la visibilización de algunas bandas «ocultas» del género como Saturno, Sudamérica, M3nos, Ommo 6 o el octeto vocal So What?, que, junto al Ensamble Ficus, cerró el jueves la última fecha dedicada al género, empezará a activar el «Escenario Blues», un ciclo de música destinado a solistas y bandas no profesionales. «La idea es ofrecer un espacio, un escenario con luces y sonido a bandas amateur que carecen de lugares donde mostrarse», cuenta el ideólogo, también encargado de seleccionar el material de las bandas.
La primavera blusera en el EcuNHi tendrá como fecha de arranque el primer jueves de octubre, y la previa inaugural -tal como sucedió con el recital de Ligia Piro en el ciclo de jazz- será el viernes 1º de octubre, con las presentaciones de «Alambre» González, Héctor Starc, Claudia Puyó, «Bocón» Frascino, Gady Pampillón y Juan Rodríguez, entre otros. «Es algo que vamos a hacer con los diferentes géneros populares. La experiencia con el jazz nos dio un buen impulso porque, además de descubrir unas bandas muy buenas, le dimos espacio a un género que, tal vez, tiene tanta o más dificultad que el rock para mostrarse, por la sencilla razón de que hay menos lugares que lo reciban. Además, la satisfacción artística, ¿no? En el caso del jazz, aparecieron desde grupos que recrean standards hasta otros que componen sus propios temas, algo que hace unos años no existía», sostiene García.
«Pueden venir cuantos quieran» y «Escenario Blues» van, a su vez y de alguna manera, acoplados a una multiplicidad de actividades que el espacio recuperado por la Fundación Madres de Plaza de Mayo en una parte de la ex ESMA ofrece en otras ramas del arte y la cultura. El jueves próximo a las 19, por caso, con el Ciclo Cine Arte en el EcuNHi como marco, se proyectará la primera parte de No direction home: Bob Dylan, la historia del viaje del viejo Bob entre Minessota y el Greenwich Village retratada por Martin Scorsese y dos horas después, como parte del ciclo de cine documental «Bicentenario latinoamericano», se podrá ver Tekoa Aeandú, el largo de María Cabrejas y Fernando Nogueira, con el eje puesto en los pueblos originarios. El sábado 25, otra vez en el planeta música, habrá un homenaje al baterista Norberto Minichilo, propuesto por el mismo García, a cuatro años de su muerte. «Vamos a recordar su imagen y su voz a través de documentales poco conocidos y también disfrutaremos de la música que siempre lo acompañó, recreada por sus compañeros de ruta, colegas y amigos, un tributo más que merecido para el querido Momo», dice García, que comenzó a trabajar con las Madres hace unos meses, tras unos 20 años de experiencia como productor y organizador de eventos en el Area Música del Ministerio de Cultura de la Ciudad. «La verdad es que renuncié el año pasado, porque sufrí una cosa de no valoración del trabajo por parte de la gestión Macri. Una cosa de ninguneo totalmente contraria a lo que pasa acá. Es un honor para mí trabajar con las Madres, por lo que significan ellas como faro en la lucha por los derechos humanos, algo que toca muy de cerca a mi generación. Estar trabajando codo a codo con ellas en esta tarea me da una satisfacción extra», cierra el baterista de los pelos blancos y largos, desde su nuevo rol.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/3-19301-2010-09-18.html