Actualización de la noticia.- Merece atención la denuncia de Marcelo Odebrecht, hecha en Folha de Sao Paulo del 4 de febrero de 2018 [resaltado en portada], en la que denuncia a su cuñado, que es vicepresidente jurídico de la empresa, de destruir pruebas. En este reportaje se menciona, de acuerdo con un documento del Departamento […]
Actualización de la noticia.- Merece atención la denuncia de Marcelo Odebrecht, hecha en Folha de Sao Paulo del 4 de febrero de 2018 [resaltado en portada], en la que denuncia a su cuñado, que es vicepresidente jurídico de la empresa, de destruir pruebas.
En este reportaje se menciona, de acuerdo con un documento del Departamento de Justicia de EEUU [sic], de que las claves que permitieron el acceso al sistema my web day en enero de 2016 fueron destruidas, episodio que puede formar parte del acuerdo con la operación Lava Jato.
O Globo fue el único diario del Brasil que informó, en la edición del 29 enero de 2018, de que las claves para abrir los secretos de Odebrecht están perdidas («chaves para abrir segredos da Odebrecht estão perdidas«). En la nota, la fuente es el fiscal Carlos Fernando dos Santos Lima. Ningún otro medio de prensa informó este hecho. La noticia sólo salió en Globo porque esa fue la deliberada elección de la fuente, uno de los jefes de la operación Lava Jato en Curitiba.
Curiosamente, en esta ocasión, el ‘grupo de trabajo’ evitó comunicarse con el conjunto de la prensa a través de una masiva rueda de prensa o a través de una activa campaña en las redes sociales.
El reportaje no aparenta interés periodístico, tan sólo tienen interés como vacuna para la red Globo y la operación Lava Jato en caso de una futura revelación, por otras fuentes, de algo que podría llegar a ser ser un escandalo con un poder destructivo equivalente a una bomba nuclear sobre la Lava Jato.
¿Secretos perdidos?
El reportaje informa de que nunca se podrá tener acceso al my web day, sistema creado por Odebrecht para el registro tanto del pago de los sobornos y coimas como de las contribuciones legales y oficiales para campañas electorales.
Según Carlos Fernando, «el sistema está criptograficado con dos claves perdidas que no se pudieron recuperar. Ni sé si podrá. No se realizo ningún avance a ese respecto«. Según la nota, «ni Odebrecht, ni el MPF chequearon los tokens en el momento de entrega de los datos a la operación Lava Jato» [sic].
Todo es muy extraño, por decir más; siendo muchas las preguntas que surgen y merecen respuesta:
- ¿los justicieros de la Lava Jato, que ostentan severidad y diligencia, recibieron el equivalente a un contenedor cargado de pruebas y ni siquiera se tomaron el trabajo de «abrir la puerta» del contenedor en el momento de su recepción para certificar la existencia o no de algún contenido en su interior?
- ¿la operación Lava Jato concedió beneficios a los 77 delatores de Odebrecht sin exigir, en contrapartida, la entrega efectiva de las pruebas que estarían guardadas en el my web day?
- ¿si el my web day es inaccesible desde el momento de la entrega de los discos duros al MPF, qué explica el uso por la Lava Jato de pruebas sólo encontrables en ese sistema para incriminar específicamente a determinados reos?
- ¿en algún momento de la operación Lava Jato se accedió al my web day? ¿Por qué los fiscales, (el juez) Moro y el TRF4, no aceptan el testimonio de Rodrigo Tacla Duran, el ex Odebrecht que denunció el acceso y la manipulación del sistema con el objetivo de fabricar pruebas incriminatorias para determinados reos y destruir pruebas contra otros?
- ¿por qué razón los fiscales, el juez Moro y el TRF4 no atienden a la petición de la defensa de Lula de acceso integral al my web day, si ellos mismos usaron pruebas supuestamente almacenadas en el sistema para condenarlo?
¿Derecho de «no inculparse»?
El argumento [cínico] del fiscal Carlos Fernando, un verdugo adepto a las torturas psicológicas en prisiones ilegales para la obtención de confesiones, es un perla: «él admite que esta es una situación delicada, en función del derecho constitucional de cualquier investigado a ‘no inculparse«.
En este caso, no se trata de «cualquier investigado«, sino de 77 delatores que se beneficiaron de las ventajas de la delación premiada en el marco del acuerdo de clemencia firmado por la Odebrecht.
A cambio de los generosos beneficios que les concedió la Lava Jato, los corruptores están obligados a entregar todas –sencillamente todas– las pruebas de los hechos denunciados bajo pena de anulación del acuerdo y cancelación de los benefícios penales y fiscales.
Una enorme nube de sospechas cubre el Lava Jato. Disiparla es lo mínimo que se tiene que hacer para garantizar que la letra de la Constitución brasileña no sea sustituida por códigos típicos de las mafias en el poder.
Jeferson Miola es integrante del Instituto de Debates, Estudios e Alternativas (Idea) de Porto Alegre (Brasil), fue coordinador-ejecutivo del 5º Fóro Social Mundial y director de la secretaría administrativa del Mercosur.
Traducción distribuida por el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE), revisada por Alfredo Iglesias Diéguez.
Fuente (del original en portugués): https://www.ocafezinho.com/2018/02/04/o-segredo-que-globo-e-lava-jato-escondem/