El periodista y analista político, Alberto Nolia, calificó como una «payasada» de la derecha española, la moción presentada por el parlamentario vasco-venezolano Iñaki Anasagasti para que el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero «proteja» a los «presos políticos» que están siendo procesados por la justicia en Venezuela, señalando que entre los delincuentes está el sujeto […]
El periodista y analista político, Alberto Nolia, calificó como una «payasada» de la derecha española, la moción presentada por el parlamentario vasco-venezolano Iñaki Anasagasti para que el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero «proteja» a los «presos políticos» que están siendo procesados por la justicia en Venezuela, señalando que entre los delincuentes está el sujeto que colocó una bomba en el consulado de España en Caracas.
«Uno de esos presos políticos es el que puso una bomba en la Embajada de España. ¡Qué ridiculez: un terrorista que puso esa bomba, ahora merece protección del Senado de ese país!», afirmó Nolia, en contacto telefónico con el programa Dando y Dando, donde estaba siendo entrevistado el alcalde de Caracas Jorge Rodríguez.
«Es indignante esa farsa de un país que dice ser democrático y tiene un reyezuelo, además, gobernado por delincuentes…» espetó el periodista.
«Es indignante que esa gentuza nos venga a dar lecciones de democracia a Venezuela…» reiteró el periodista, contrastando el hecho cierto de que en España existen leyes que permiten mantener aislados, incomunicados y detenidos indefinidamente a los acusados de cualquier delito político.
«En España, las curiosas leyes de esa peculiar democracia tutelada, permite que a las personas acusadas de delitos políticos estén detenidos por períodos larguísimos, en régimen de incomunicación y sistemática tortura. Y vienen a dar clases de democracia cuando en Venezuela todos los detenidos por cualquier motivo tienen comunicación con sus familiares y abogados», comparó.
«Esto es una cosa que indigna: un país que tiene una monarquía, donde un alcohólico consume cada año centenares de euros para vivir como multimillonario; es el más rico del mundo, y una publicación hizo una caricatura donde se menciona a un familiar suyo y detuvieron a los periodistas y condenaron penalmente a los caricaturistas», recordó.
«¿Entonces esos payasos nos van a venir a dar clases de democracia y proferir injurias contra Venezuela?», se preguntó Nolia.
Payaso autoexpatriado y Ledezma trabajaron la moción:
Informó que la moción fue aprobada por representantes derechistas del llamado movimiento Franquista y organizaciones nacionalistas reaccionarias, tras la propuesta de Iñaki Anasagasti, nacido en Venezuela pero quien renunció a su nacionalidad para dedicarse a la política en la tierra de sus padres.
Además, Nolia acusó también de esta tramoya al alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, opositor que se ha dedicado a viajar a Europa para despotricar contra Venezuela.
«Ridícula resolución del senado español que la trabajó el vámpiro Ledezma, el mismo que fue incapaz de mover un dedo ante la violación de derechos humanos de los venezolanos que viajan al aeropuerto de Barajas y son vejados, incomunicados por horas y torturados por los funcionarios españoles».
Para más señas, el alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez, reveló que el «payaso» Iñaki Anasagasti, además de renunciar a su nacionalidad venezolana, fue el mismo personaje que en 2005, actuando como Observador Internacional del Parlamento Europeo, pretendió votar ilegalmente con una cédula forjada durante las elecciones de la Asamblea Nacional.
«Ese señor, ese payaso, vino como Observador Internacional a petición del Gobierno español. Ese señor renunció a su nacionalidad venezolana, vino como Observador y sacó una cédula de identidad venezolana e intentó votar, por supuesto, no tenía ningún derecho y forcejeó en la mesa; fue sacado por el Plan República y entonces la oposición montó toda una alharaca de la que ellos están acostumbrados».
«Me gustaría decir que está loco, pero no lo está…», advirtió el Alcalde de Caracas, al recordar que el personaje cometió un delito electoral en forma intencionada para montar un escándalo mediático.