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El sometimiento de la Unión Europea a Washington

Fuentes: Rebelión

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen firmó un convenio con el presidente Donald Trump mediante el cual se somete a las leoninas decisiones comerciales, económicas y financieras impuestas por Washington.

A partir de ahora todos los productos de la UE que entren a Estados Unidos deberán pagar un arancel del 15 % mientras los miembros del bloque no cobrarán nada por los bienes estadounidenses que llegan a sus países. Así de simple, como se dice, la ley del embudo.

No obstante, con un gran dejo de sumisión, Von der Leyen lo calificó como «lo mejor que podíamos conseguir», porque se evitó el gravamen del 30 % que Trump había amenazado con imponer.

Recordemos que durante 24 años, Washington aplicó solo aranceles del 1,7 % al 2 % a los productos europeos.

Como parte del acuerdo la Unión Europea aceptó comprar 750 000 millones de dólares en productos energéticos estadounidenses, principalmente gas natural licuado y energía nuclear, rechazar los adquiridos a mucho menor precio en Rusia, invertir 600 000 millones en la economía de Estados Unidos, abrir sus mercados al comercio con aranceles cero y obtener «grandes cantidades» de equipamiento militar del país norteamericano. 

A mediano y largo plazo, según los expertos, esas medidas conducirán a una mayor desindustrialización de Europa y un fuerte golpe a los agricultores, que deberán pagar mucho más por colocar sus productos en ese mercado.

A finales de junio y bajo fuerte presión de Trump, los miembros de la OTAN acordaron en la cumbre de La Haya destinar para el año 2035 el 5 % de su Producto Interno Bruto (PIB) a la seguridad y el gasto militar, lo que representará una erosión para esos países de 500 000 millones de euros anuales.

Para el vicepresidente del Consejo de Seguridad y expresidente del país, Dmitri Medvédev, Donald Trump ha destruido la economía europea con el nuevo acuerdo comercial y agregó: «Es completamente humillante para los europeos, ya que solo beneficia a Estados Unidos: elimina la protección del mercado europeo, reduciendo a cero los aranceles a los productos estadounidenses». 

La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova señaló que al aceptar las exigencias de Washington para no comprar el gas ruso,  Europa Occidental multiplicó los costos para sus ciudadanos y destruirá sus propias industrias, lo que significará un retroceso de décadas.

Medios de prensa y funcionarios de países occidentales han criticado abiertamente el tratado. La agencia inglesa Reuters señaló que «el acuerdo ha demostrado la incapacidad de Europa para resistir la presión del presidente estadounidense y podría perjudicar gravemente a la industria de Francia y Alemania.

El diario Le Monde apuntó que las consecuencias del acuerdo podrían ser especialmente duras para las empresas francesas que aún no se han recuperado completamente de la pandemia, mientras Maxime Lemerle, analista francés de Allianz Trade aseguró que «la guerra comercial iniciada por Estados Unidos podría provocar un número de quiebras superior a nuestras previsiones para 2025 y 2026, estimadas en 67 500 y 65 000, respectivamente».

Más fuerte aún fueron las declaraciones ante la Asamblea Nacional de la líder del partido derechista francés Agrupación Nacional, Marine Le Pen al denunciar que «el acuerdo es un fiasco político, económico y moral».

La vieja Europa, encabezada actualmente por funcionarios derechistas y millonarios, está perjudicando a sus propios ciudadanos al ceñirse a las directrices del convicto presidente Donald Trump.

Con la decisión de abstenerse a comprar petróleo y gas ruso, tratan de debilitar al Gobierno de Moscú, nación a la que han impuesto miles de extorsiones llamadas eufemísticamente «sanciones».

Pero esa ecuación no le ha dado resultado sino al contrario, cada día se comprueba que la economía y el papel de la Unión Europea va de capas caída mientras Rusia avanza fortalecida.

Y muchos analistas nos preguntamos ¿será el principio de la desintegración de la Unión Europea?

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.