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El sucre camina con sus propios pies

Fuentes: Rebelión

Utilizando un atinado símil, se puede asegurar que el sucre, moneda virtual que acordaron los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) para sus transacciones comerciales, ha dejado de ser un recién nacido y ya camina con sus propios pies. La V Reunión del Consejo Monetario del Sistema Unitario de […]


Utilizando un atinado símil, se puede asegurar que el sucre, moneda virtual que acordaron los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) para sus transacciones comerciales, ha dejado de ser un recién nacido y ya camina con sus propios pies.

La V Reunión del Consejo Monetario del Sistema Unitario de Compensación Regional (sucre), sesionó en Managua a finales de octubre para estudiar los avances alcanzados, aplicar nuevas medidas para su consolidación y aportar mayor seguridad a las actividades financieras de ese mecanismo de compensación.

El presidente del Consejo Monetario y del Banco Central de Venezuela, Eudomar Tovar, informó que en solo tres años de gestión, el sucre incrementó de manera significativa su intervención en las operaciones comerciales que desarrollan las naciones miembros.

Se conoció en la cita que en apenas tres años de iniciado este sistema, ya se contabiliza un saldo de 800 millones de sucres, equivalente a 1 000 millones de dólares, mientras estan en curso otras importantes transacciones de compra venta.

Con la intención de tener una unidad contable que facilitara el intercambio comercial entre sus miembros sin depender del billete verde y ante la crisis económica mundial y la consecuente caída del valor del dólar, los miembros del ALBA comenzaron en noviembre de 2008 a estructurar y analizar los asuntos técnicos, financieros y legales para adoptar el sucre.

Su constitución oficial tuvo lugar el 16 de octubre de 2009 cuando los presidentes de las naciones del ALBA firmaron el documento durante la VII Cumbre del bloque efectuada en Cochabamba, Bolivia. Uno de sus objetivos fue que posteriormente se fuera fortalecimiento para formar una unidad de reserva.

Además, primó el interés estratégico de Venezuela, Cuba, Bolivia y Ecuador, (sus fundadores) en fortalecer el uso del sucre en sus exportaciones pues resultaba una plataforma ágil, confiable y a la par reducía los costos operacionales, en un marco de respeto a la soberanía, complementariedad productiva y la solidaridad.

En enero de 2013, Nicaragua entró a formar parte del sistema después de ser aprobado por la Asamblea Nacional y en marzo de este año tuvo lugar la adhesión formal de Uruguay con lo cual el mercado total abarca a unos 78 millones de habitantes.

Si en 2010 solo se registraron seis transacciones que sumaron 10 millones de sucres (12 millones de dólares) el saldo actual se eleva a 800 millones de sucres, o sea, alrededor de 1 000 millones de dólares.

Desde un principio, el valor se estableció en 1,25 dólar y esta respaldado por la asignación de cada país en moneda nacional y otra en divisas que son utilizados por los Bancos Centrales.

El sistema tiene tres instancias: el Consejo Monetario Nacional, la Cámara Central de Compensación y Pagos, y el Comité de Fondo de Reservas y Convergencia Comercial.

El Consejo representa el máximo órgano donde los miembros tienen el mismo derecho independientemente del volumen comercial de que dispongan, lo cual no ocurre en otros mecanismos financieros capitalistas como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, donde los que más aportan, controlan a su antojo las negociaciones.

Una de las funciones principales del Consejo, es la de distribuir a cada país (o sea, a los Bancos Centrales) un monto determinado de sucre con el que funcionarán.

Las operaciones en moneda virtual, aprobadas por el Consejo Monetario, pasan por la Cámara Central y si en un período de seis meses, algún país ha gastado la asignación, liquidará el déficit en divisas, o si por el contrario resultó acreedor, deberá entregar los sucres y recibirá divisas.

Tovar puntualizó durante el evento que los beneficios trascienden el ámbito mercantil al estimular cadenas productivas, ingresos, empleos y consumo por parte de la población, bajo la perspectiva del ALBA de privilegiar inclusión social y combate contra la pobreza.

Entre las mercancías que se han intercambiado hasta el presente, aparecen productos agrícolas, químicos y de líneas blancas (equipos), llantas, piezas y partes de vehículos, medios automotores, alimentos e insumos para la construcción de viviendas.

Para Alberto Guevara, presidente del Banco Central de Nicaragua y cuyo país tiene en proceso nuevas operaciones en sucre por el equivalente de 211 millones de dólares, el sistema es una importante herramienta para la construcción de una nueva arquitectura financiera regional, capaz de aminorar la dependencia de divisas externas y sentar bases a fin de fomentar comercio justo e integración.

Otra ventaja consiste en que al usar la moneda virtual, disminuyen costos transaccionales, lo cual resulta importante para pequeñas y medianas empresas, al bajar sus erogaciones por concepto de comisiones bancarias y evitar pérdidas debido al canje de divisas, pues cobros y pagos se realizan en las monedas locales de cada país.

Cada día se comprueba en la práctica las palabras pronunciadas por el presidente de Ecuador, Rafael Correa cuando en la VII Cumbre del ALBA en Cochabamba, explicó que cuando el dólar es usado en las transacciones entre países, Estados Unidos «está captando parte de la producción nuestra», en base a lo que se conoce en términos económicos como «ingreso por señoreaje».

Quien emite la moneda, dijo, se lleva parte de la producción y seguidamente recordó la frase de un intelectual, «Denme el poder de emitir moneda en su país, y me reiré de sus leyes».

Con el sucre, por tanto, la dependencia y el control del dólar sobre la economía de sus miembros se minimizan.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.