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El Sur también existe… y se organiza

Fuentes: Red del Tercer Mundo

La crisis de las finanzas globales que provocó en 2009 la mayor recesión global en ochenta años y el difícil debate que se desarrolla en Dinamarca sobre cómo prevenir el calentamiento global, mitigar sus efectos y adaptarse a las consecuencias ya inevitables han sido las dos grandes noticias del año que termina. Ambas catástrofes, la […]

La crisis de las finanzas globales que provocó en 2009 la mayor recesión global en ochenta años y el difícil debate que se desarrolla en Dinamarca sobre cómo prevenir el calentamiento global, mitigar sus efectos y adaptarse a las consecuencias ya inevitables han sido las dos grandes noticias del año que termina. Ambas catástrofes, la del clima y la de las finanzas, tienen en común su carácter antropogénico (no son fenómenos naturales, sino resultados de actividades y decisiones humanas), su origen en los países más prósperos y sus efectos más dramáticos sobre los países menos desarrollados.

A comienzos de diciembre, en dos reuniones simultáneas realizadas en Nairobi y Ginebra, los diplomáticos de lo que antes se denominaba «Tercer Mundo» y ahora es referido como «Sur global» o simplemente «el Sur» finalmente resolvieron hacer algo al respecto e inaugurar una nueva etapa en su cooperación mutua. La idea no es nueva, y ya en 1978, hace más de treinta años, se había realizado en Buenos Aires la primera Conferencia sobre Cooperación Técnica entre Países en Desarrollo. «Está bien reconocer que los conocimientos, habilidades y tecnologías que pueden ser intercambiados mediante la cooperación Sur-Sur son en la mayoría de los casos los más aptos para resolver los problemas de desarrollo de otros países similares del Sur», dijo Helen Clark, jefa del programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y ex primera ministra de Nueva Zelanda.

Si bien la reunión de Nairobi apoyó el concepto de «ayuda triangular» en la que fondos procedentes de donantes en países desarrollados financian la asistencia técnica de un país en desarrollo a otro, la reunión rechazó diversas presiones del Banco Mundial y los países ricos para someter a la cooperación Sur-Sur a los principios e indicadores que rigen la ayuda oficial para el desarrollo de los donantes «tradicionales» del Norte.

«El rápido crecimiento económico de algunos grandes países en desarrollo ha mejorado dramáticamente las perspectivas de los países vecinos, con un auge del comercio y la inversión Sur-Sur», explicó el ministro sudanés Salih Fidail, a cargo de la presidencia rotativa del llamado «Grupo de los 77» y que hoy está integrado por ciento treinta países y coordina sus posiciones con las de China.

«Cada uno de estos países del Sur tiene algo de valor que poner sobre la mesa para compartir», dijo Yiping Zhou, director de la unidad de las Naciones Unidas que apoya la cooperación Sur-Sur.

El comercio Sur-Sur crece desde 1995 a un ritmo promedio del trece por ciento al año y llegó a 2,4 billones (millones de millones) de dólares, o sea un quinto del comercio global. El superávit de las llamadas «economías emergentes», o sea la parte del Sur de crecimiento rápido, las ha convertido además en un generador de inversiones externas, que han llegado a más de 250.000 millones de dólares en 2007, un octavo del total de inversiones mundiales. Para que este potencial comercial efectivamente resulte de beneficio mutuo, veintidós países firmaron el 2 de diciembre en Ginebra la decisión de cortar los aranceles aduaneros, con lo cual en 2010 establecerán un Sistema Global de Preferencias Comerciales entre Países en Desarrollo. El corte será de al menos veinte por ciento y se aplica a setenta por ciento de los bienes comerciados entre sí por los miembros del grupo: Argelia, Argentina, Brasil, Chile, Corea del Norte y del Sur, Cuba, Egipto, India, Indonesia, Irán, Malasia, Marruecos, México, Nigeria, Pakistán, Paraguay, Sri Lanka, Tailandia, Uruguay, Vietnam y Zimbabwe.

Este acuerdo sobre lo que la jerga comercial denomina «modalidades» será implementado en los próximos meses, cuando se definan los productos específicos a los que se podrá aplicar. Los veintidós países también podrían negociar reducciones más amplias entre miembros, que posteriormente podrían estar disponibles para todo el grupo.

Llega así a su fin la Ronda de Sao Paulo, lanzada en 2004 en la gran ciudad brasileña. Es «un paso muy importante en materia de acuerdos comerciales y cooperación Sur-Sur», dijo a la prensa el canciller argentino Jorge Taiana, quien presidió la reunión ministerial. Taiana explicó que las modalidades de rebajas arancelarias aplicadas al comercio Sur-Sur a partir de esta decisión son mucho más ambiciosas que las de negociaciones anteriores. Se trata, dijo, «de una clara demostración de que los países en desarrollo quieren continuar fortaleciendo el comercio Sur-Sur y un proceso de liberalización comercial compatible con el desarrollo».

En clara alusión al estancamiento de la Ronda de Doha de negociaciones comerciales globales, Taina destacó que la falta de voluntad no viene del Sur. «Podemos llegar a acuerdos, podemos trabajar juntos, podemos avanzar en nuestra agenda y hemos demostrado que los países en desarrollo tienen la voluntad y la capacidad para hacerlo», afirmó.

El canciller brasileño Celso Amorim dijo que los números «hablan por sí mismos». Los veintidós países del Sur participantes del acuerdo representan trece por ciento de la economía mundial, treinta y ocho por ciento de la población del planeta, dieciocho por ciento del comercio global, cuarenta y tres por ciento de la producción agrícola y dieciséis por ciento de la industrial. «Esto no es insignificante. Es una parte importante del comercio y la producción del mundo», agregó.

El ministro de Industria y Comercio de India, Anand Sharma, dijo que «los países del Sur están convirtiendo los ideales de cooperación en instrumentos concretos y tangibles» y que «el comercio Sur-Sur tendrá su parte en la solución de la crisis económica global».

Por su parte, Supachai Panitchpakdi, secretario general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), dijo que «la emergencia de este acuerdo es tan significativa como la emergencia de diversos grupos de países en desarrollo en el proceso negociador, tales como el G-20, el NAMA-11 y el G-33», todos ellos representando intereses específicos de subgrupos de los países del Sur.

Según declaraciones de Celso Amorim recogidas por el boletín SUNS de Third World Network (TWN) en Ginebra, el Sistema de Preferencias es distinto de las fórmulas que maneja la Ronda de Doha en la que los cortes en aranceles para productos manufacturados de los países del Sur son negociados a cambio de concesiones del Norte en áreas como la agricultura: «Esta es una negociación horizontal entre países de nivel similar y estamos acordando reducir las tarifas efectivamente aplicadas. O sea que los cortes van a tener efectos reales y de inmediato va a aumentar el comercio Sur- Sur».

La UNCTAD estima que un corte de veinte por ciento en los aranceles de los veintidós países participantes aumentará su comercio en unos 8.000 millones de dólares.