En muchos países de Latinoamérica se siguen, como Argentina, procesos a los militares y civiles que intervinieron en el secuestro, tortura y desaparición de miles de personas en la época de las dictaduras.

Recuerdo con emoción un hecho que me conmovió hace unos años. El rey Juan Carlos de España arengó a las fuerzas de seguridad y ponderó su estoicismo por mantenerse dentro del estado de derecho, cuando irregulares usaban métodos terroristas contra el pueblo.

El terrorismo de Estado utilizado por Francia en Argelia y por los países que integraron el plan Cóndor en América del Sur es un método efectivo pero implica una degradación de la sociedad y la lleva al estado de barbarie (más efectivo sería tirar una bomba atómica en la ciudad en la que hay guerrilleros y así acabar con todos de una vez, aunque eso implique matar miles de inocentes).

No vamos a repetir nombres para no banalizar la información (como pasa a diario con los muertos en Iraq por atentados con coches bomba). Pero… ¿les parece coherente que países de América del Sur que sufrieron el terrorismo de Estado reciban a un presidente que eligió cambiar las leyes nacionales e internacionales a su gusto y que hace uso de algunas opuestas absolutamente a las usadas en estos países, leyes que autorizan métodos y técnicas calificadas como inhumanas en tratados internacionales, que son delitos en esos mismos países? ¿Les parece coherente ser tácitamente cómplices de pisotear a los miles de inocentes que están sufriendo por las mentiras de este señor en Iraq, en Afganistán, en Guantánamo y en cuanto sitio oculto donde tienen a seres humanos peor que a las ratas?

No olvidemos que parte de la Guerra Fría se libró en muchos países de nuestra América. Con gobiernos alineados con Washington la insurgencia fue combatida con terrorismo de Estado. Esas tremendas luchas fratricidas aún dejan heridas y divisiones en nuestros pueblos.

Cuando muchos líderes valientes y la mayoría de los ciudadanos de a pie estamos luchando por una América Latina y Caribe unidos, ¿les parece coherente que países signatarios y partícipes del plan de integración, reciban recibir a quien quiere poner cuñas para deshacer la unidad?

Y esos gobiernos, hoy respetuosos de los Derechos Humanos y ansiosos por la unidad de nuestra América, van a recibir al representante del Imperio con honores militares, le van a rendir honores con la bandera de sus patrias. ¿Qué dirán los próceres, los que dieron su sangre por un mundo mejor?

Guillermo F. Parodi es escritor, profesor universitario, miembro del Observatorio Internacional de la Deuda y de los colectivos de Rebelión, Tlaxcala ( www.tlaxcala.es ) y Cubadebate (www.cubadebate.cu). Este trabajo es copyleft y se puede reproducir libremente, a condición de mencionar al autor y la fuente. URL de esta página: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=47108