El pasado fin de semana, entre la noche del viernes y la madrugada del sábado, el canal televisivo Cuatro emitió un documental titulado «Los Guardianes de Chávez» en el marco de su programa REC (Reporteros Cuatro) sobre Venezuela. El documental dirigido por Jon Sistiaga convierte en noticia rumores que el director es incapaz de demostrar, […]
El pasado fin de semana, entre la noche del viernes y la madrugada del sábado, el canal televisivo Cuatro emitió un documental titulado «Los Guardianes de Chávez» en el marco de su programa REC (Reporteros Cuatro) sobre Venezuela. El documental dirigido por Jon Sistiaga convierte en noticia rumores que el director es incapaz de demostrar, aporta datos fuera de contexto y lo envuelve en un sensacionalismo barato que termina por lograr transmitir a los telespectadores una realidad sobre Chávez que queda muy lejos de lo que realmente sucede en Venezuela.
Este documental podría ser catalogado como un perfecto «Manual de la Desinformación» si no fuera porque el propio Sistiaga ya lo hizo hace unos meses cuando viajó a Honduras para denostar al derrocado presidente Zelaya e intentar limpiar la imagen de la dictadura que en ese momento dirigía Roberto Micheletti.
La labor de los grandes medios de comunicación que defienden sus negocios fraudulentos en Venezuela es implacable y sin descanso. No hay una semana desde hace varios años en la que un periódico, una radio o una televisión de alcance nacional deje de sacar informaciones manipuladas sobre el presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Parece lógico teniendo en cuenta que el líder bolivariano invierte el dinero de los recursos hidrocarburos y el producido por los trabajadores en el pueblo y no permite que sean los empresarios extranjeros y la oligarquía venezolana quienes se los repartan.
El documental empieza con Jon Sistiaga de pie en un puente contándole a su teléfono móvil con semblante muy serio, casi preocupado, que, «¿sabe cuántas personas mueren al día en la Venezuela de Chávez? ¿10? ¿20? no. 43. 43 asesinatos al día. Solamente el año pasado fallecieron violentamente 16.000 personas. Se trata de una violencia criminal surgida en los márgenes del chavismo, pero también de una violencia política. Chavistas y antichavistas se están armando, hemos ido a buscarlos y hemos descubierto un universo donde se sacraliza la lucha armada, donde se admira a organizaciones terroristas como ETA, donde se pintan murales de la Virgen María con un kalashnikov, ¿porqué se están armando los grupos chavistas si ya están en el gobierno?, ¿qué conexiones mantienen con la guerrilla colombiana de las FARC o con ETA?, ¿para qué está Chávez entregando fusiles a las Milicias Populares?, viajamos a la Venezuela Armada: esto es REC, Reporteros Cuatro.»
Datos muy interesantes da Jon Sistiaga en su única aparición en el documental que dirige. Merece especial atención el hincapié que hace Sisitiaga en la idea que Chávez gobierna Venezuela a su antojo, concentrando todos los poderes, cuando dice «la Venezuela de Chávez».
En un país como Venezuela donde el presidente Chávez pone a disposición de los ciudadanos su cargo mediante un referéndum revocatorio pedido por el 20% de los votantes, en el que la propuesta constitucional del presidente se somete a voluntad popular, y como se observó, Chávez respetó, como es lógico en democracia cuando la mayoría le dijo que no. En el que los políticos opositores a la revolución que lidera Chávez acceden sin amenazas a los cargos (escaño parlamentario, gobernación, alcaldía) obtenidos por elecciones y las leyes pasan siempre por la aprobación del soberano en el Parlamentarismo Social de Calle, parece complicado que un sólo hombre con un poder tan limitado pueda posee todo el país. Más bien pareciera que quien más poder ostenta son los ciudadanos venezolanos.
El director de REC manipula la realidad achacando esta criminalidad a Chávez, ya que expresa que las 16.000 muertes son fruto de una «criminalidad surgida en los márgenes del chavismo» además de una criminalidad política. A lo mejor Jon Sistiaga piensa que el código penal no tenía sentido antes de Chávez porque la violencia y la inseguridad llegaron de la mano del bolivariano y antes Venezuela destacaba por ser el único país del mundo donde no se cometían homicidios. De hecho en apenas unas horas durante el año 1989, el ex presidente corrupto Carlos Andrés Pérez asesinó mediante sus cuerpos policiales a más de 3000 personas. Aquel presidente nunca nacionalizó el petróleo y siguió paso a paso las recetas del FMI, ¿será que por eso esas muertes no cuentan para el reportero español?
Durante los años previos a la primera victoria electoral que llevó a Hugo Chávez a la presidencia de Venezuela los homicios se producían a miles incrementándose cada año según datos oficiales de cada gobierno de turno.
En la introducción que Sistiaga hace para presentar el documental da por hecho que «los grupos chavistas» sin excepción, se están armando, pero sólo muestra a 4 grupos de menos de 10 personas cada uno en la ciudad de Caracas. También los vincula a los altos índices de criminalidad, especificando que Chávez los permite, para luego oír en el documental que esos propios grupos han bajado la delincuencia allá donde operan y viven.
Por supuesto el director de REC no podía dejar pasar la oportunidad para hacerse eco del auto, basado en un ordenador que resiste bombas, es testigo de una matanza a civiles y es invalidado como prueba por expertos juristas del derecho internacional, del derechista juez Eloy Velasco, para asentar la idea de que Chávez apoya a ETA.
No sería conveniente demostrar la falsedad de las palabras vistas en «Los Guardianes de Chávez» con datos y declaraciones de los afectados por las acusaciones de Sistiaga a estas alturas del análisis, ya que David Beriain, el periodista que aparece liderando el reportaje a partir de ahora, profundiza en ellas según avanza el documental, y es ahí donde la labor contra-argumental tiene su razón de ser.
El viaje empieza en Caracas, en concreto en el barrio 23 de Enero. Desde este mismo instante empieza la labor de manipulación al intentar asociar a los movimientos que apoyan pacíficamente al proceso bolivariano con ETA, para así desarrollar la idea de que si los movimientos de izquierda venezolanos que sustentan a Chávez apoyan a ETA, entonces Chávez también apoya a ETA. Para ello David Beriain va a la Coordinadora Simón Bolívar, la cual ha pintado murales con caras de ex miembros de ETA.
Estos antiguos miembros de la banda terrorista están en Venezuela desde los años 90, cuando mediante un tratado entre los entonces presidentes de España y Venezuela, Felipe González y Carlos Andrés Pérez respectivamente, se extraditó a varios cuidadanos vascos -con la sospecha o confirmación de que eran militantes del grupo armado vasco- a Venezuela, donde fueron recibidos por el presidente sudamericano.
Estos vascos que, como en el caso de Arturo Cubillas, nombrado varias veces en este reportaje, no tenían antecedentes penales registrados en España e hicieron vida en su nuevo lugar de residencia. Se casaron con ciudadanas venezolanas –obteniendo la nacionalidad del país caribeño varios antes de que Chávez llegase a la presidencia– y participaron en política, llevando sus reivindicaciones independentistas a parte del movimiento de izquierda venezolano, que considera que Euskadi está en una situación similar a Palestina. Esta visión no es compartida por la mayoría de la izquierda venezolana, ya que el Partido Socialista Unido de Venezuela la ha rechazado mediante su presidente Hugo Chávez y varios de sus diputados de la Asamblea Nacional.
Por lo tanto, si esos supuestos miembros de ETA llegaron a Venezuela en los años 80, más de 10 años antes de que Chávez llegase al poder, y fueron respetados por los gobiernos anteriores al actual presidente venezolano en base al tratado firmado por González y Pérez ¿cuál era la conexión de Carlos Andrés Pérez o Rafael Caldera -presidentes anteriores a Chávez- con la banda terrorista ETA?; si Chávez ha condenado a ETA en varias ocasiones y el propio gobierno español ha declarado que Chávez no protege a los etarras en su territorio, ¿cuáles son las intenciones de Sistiaga y Cuatro para inventarse una relación que no existe?
También intentan demostrar los vínculos de Chávez con las FARC, aunque éste ha llamado varias veces a la guerrilla a dejar las armas y comenzar una lucha política para lograr sus objetivos. Para ello acuden a la Plaza de Manuel Marulanda, fundador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), donde hay un busto del guerrillero colombiano. Que un barrio caraqueño 23 de enero piense en las FARC como un necesario movimiento de liberación, y eviten llamarlos terroristas, siguiendo en esto último a Piedad Córdoba, senadora colombiana que desempeña una constante e intensa labor por la protección de los Derechos Humanos y por el fin pacífico del conflicto bélico de Colombia, ¿en qué implica a Chávez?
En España, país del que proceden los periodistas que hacen el reportaje, hay varias decenas de calles dedicadas al dictador fascista y genocida Francisco Franco –junto a muchos hombres ilustres de la dictadura– y a nadie se le pasa por la cabeza que haya conexiones del presidente Zapatero con el pasado régimen autoritario por permitir que esas calles continúen ahí.
Después de visitar las instalaciones de la Coordinadora Simón Bolívar el equipo de REC va a visitar a los grupos armados, sentenciando por el camino que «hablar con los grupos armados no va a ser fácil, para Chávez son un as en la manga si las cosas se ponen feas, pero algunos han cometido excesos y el presidente se ha visto obligado a amonestarles. Nadie quiere otro tirón de orejas para mostrar su lado más radical».
Nadie se atrevería a acusar de una manera tan directa sin unas pruebas irrefutables. Nadie excepto el director Jon Sistiaga, que durante todo documental demuestra una maestría absoluta a la hora de hacer sensacionalismo pero una incapacidad absoluta para demostrarlo. Ahora estos grupos armados son un «as en la manga de Chávez», por si algo va mal. Esta frase implica que Chávez los apoya, con armas y/o económicamente y respeta su radio de acción.
Tal y como se espera de Sistiaga, no hay ni una sola prueba de las acusaciones vertidas. Ni un documento, ni un video, ni una grabación de una llamada telefónica, ni un testigo que haya visto absolutamente nada… Apenas las declaraciones de esos grupos diciendo que apoyan el proceso revolucionario y que esperan que se profundice.
Entre otros grupos visitan al denominado La Piedrita, cuyo líder, tal y como se dice en el reportaje está perseguido por la justicia venezolana. Menudo apoyo el que les da el presidente Chávez a sus «ases», ni siquiera intercede para que la justicia no se cumpla, ¿será que en Venezuela hay igualdad ante la ley para quienes cometan el delito, sean del bando político que sean? Algo que en el documental obvian a propósito es lo que piensa el presidente venezolano de estos grupos, por ejemplo de La Piedrita, y en concreto de su líder, «llamé a la Fiscal y le insté a que tome las medidas respectivas (…) Esa persona debe ser detenida, porque es un delito amenazar de muerte a alguien (…) El estado actuará, ellos deben asumir sus consecuencias, pero actuaremos con todo el peso de la Ley. Este señor es un criminal, no es un revolucionario. No toleraré anarquía, aténganse a las consecuencias La Piedrita o la Piedrota.»
Después de la visita a estos grupos sin conexión con Chávez -al menos es lo que dejan claro el reportaje conducido por David Beriain- se van al barrio caraqueño de Petare con la policía para mostrar a los televidentes como la gente que participa en un ajuste de cuentas, que hace del crimen el centro de su vida, no sale corriendo cuando miembros de la policía disparan al aire. Por supuesto los reporteros de cuatro exclamando «¡hostia!» lo sacan de contexto diciéndole a la audiencia de Cuatro que si no salen corriendo es porque están acostumbrados a la violencia de las armas haciendo pasar a los mafiosos como ciudadanos normales que desarrollan su vida ajenos al delito.
Durante esta parte del documental el periodista David Beriain intenta una vez más vincular a los grupos armados de ultraizquierda sin conexión con Chávez con la inseguridad, pero uno de los policías que le acompañan lo desmiente tajantemente, estos son «delincuentes comunes».
Mientras estamos viendo esta parte del documental un sonido y unas letras intermitentes llaman la atención de los televidentes, salen unas letras en mitad de la pantalla, «16.047 homicios en en 2009 en Venezuela». Sin fuentes que lo corroboren, el dato puede ser cierto pero ¿cómo se sabe si lo es? ¿de dónde ha salido ese dato? ¿quién lo ha dado? ¿es imparcial la persona o institución que aporta esa información? Suponiendo que sea cierto, el dato está fuera de contexto ¿quién ha provocado esa situación? ¿cuántos eran los homicidios cometidos en Venezuela antes de Chávez? ¿ha bajado la tasa de homocidios durante el gobierno de Chávez?
Poner un dato llamativo sin dar ninguna explicación no deja lugar a dudas del interés manipulativo del presente documental, más aún cuando se descubre que los datos de los homicidios en Venezuela proceden de fuentes extraoficiales vinculadas a la violenta oposición venezolana. Incluso se basan en estas fuentes sin objetividad para dar otros datos: más de 123.000 asesinatos se han cometido desde que está Chávez y el 91% de los crímenes cometidos quedan en la impunidad. ¿Pruebas de esto?, como siempre, no hay.
Sin embargo, según fuentes policiales, debido a las iniciativas tomadas por el Gobierno de Venezuela, en el año 2006 se redujeron a la mitad los delitos cometidos; por ejemplo, en Caracas, durante el primer trimestre de 2006, se cometieron 250 delitos, mientras que años antes, durante ese mismo periodo, se cometieron 600. Durante el pasado año se volvió a reducir un 12% el índice delictivo según Wilmer Flores Trossell, Director General del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminálisticas, quién ya durante el 2008 llevaba dando datos sobre la disminución en un 20% de los delitos de homicidios producidos en Venezuela.
El desarrollo de nuevas políticas contra la deliencuancia han logrado estos excelentes resultados, como por ejemplo el Plan Caracas Segura. En el año 2008 se desarrolló este plan que ya ha logrado reducir a la mitad los homicidios cometidos en la ciudad, acabar con 20 bandas delictivas, como la llamada «Los Sangrientos», decomisar armas, incautar más de 156 paquetes de marihuana, casi 3000 envoltorios de drogas que iban a repartirse por los barrios y recuperar 24 vehículos robados. Más de 2500 agentes de la ley de diferentes cuerpos fueron designados para este plan, que ha sido alabado por los ciudadanos caraqueños.
Durante este año se está desarrollando el Dispositivo Bicentenario de Seguridad (Dibise), el cual ha reducido los delitos por homicidios en más del 70% según las palabras del Director General de la Policía Nacional Bolivariana, Luis Fernández, «hasta el día de hoy -11 de mayo de 2010- mantenemos una reducción en el delito de homicidios que está por el orden del 72.50 %, una cifra bastante importante en uno de los delitos que constituye el marco de referencia, a lo que el fue el planteamiento del dispositivo de seguridad». El funcionario público expresó que se detuvieron a 572 personas y la efectividad de las acciones judiciales contra los asesison superan el 80%, lo que hace imposible que la impunidad anunciada por el equipo de REC sea verdad.
La increíble reducción de la pobreza, la elevación de las tasas de educación en todos los niveles, el imparable aumento del salario y la reducción en los precios de los alimentos y de la gasolina entre otras acciones del gobierno que dirige el presidente Hugo Chávez han tenido mucho que ver en la reducción de la criminalidad en Venezuela. Esta inseguridad durante los años previos a la llegada del pueblo al poder no dejaba de subir, precisamente por la actuación de los gobiernos pasados privatizando los recursos naturales de Venezuela y vendiendo a las empresas privadas la gestión de le las necesidades básicas de los ciudadanos como la salud y la educación, lo que hacía que la pobreza se mantuviera por encima del 70%, hoy por debajo del 25%.
Al acabar la parte del documental con la policía se presenta otro dato descontextualizado, «300 euros sueldo mensual de un policía». Se abrodará esta ridícula tergiversación cuando en los próximos minutos del documental hagan lo mismo con el «sueldo mensual de un médico».
Llegó el momento de tratar la sanidad venezolana y los reporteros de Cuatro vuelven a tergiversar y manipular los hechos para cargar contra Chávez. Es bien sabido que la mejoría de la sanidad es una de las banderas del proceso bolivariano impulsado por Chávez y qué mejor manera de poner a la gente en su contra que mostrando un hospital desvalijado casi sin servicios que ofrecer mientras los heridos se retuercen de dolor.
Para ello David Beriain y su equipo de desplazan hasta el Hospital Pérez de León en Petare, en cuya entrada se puede ver un cartel que avisa que el centro de atención médica no dispone de rayos x, ambulacias, vendas ni otros equipos médicos básicos para atender a los heridos. Se podría decir que antes de Chávez los centros de salud, incluidos los hospitales, no atendían ni al 50% del pueblo venezolano y ahora más del 90% es atendido gratuitamente, recibiendo el tratamiento -operaciones y medicamentos- necesario, sea cual sea la enfermedad.
También se podría decir que la red de hospitales estaba completamente desatendida antes de 1999 debido a la privatización de la sanidad y que ahora con una fuerta inversión no sólo se han restaurado 128 de los 220 hospitales de Venezuela, dotándolos de salas de maternidad y de todo material necesarios para operar, sino que se han construido además varios hospitales especializados en toda Venezuela como el Toxicológico y Oncológico, en Barinas; el Gastroenterológico, en el estado de Mérida; el Materno Infantil del estado de Apure; el Urológico, en Guárico; el Centro Nacional del Cáncer, en Miranda; y el Cardiológico de Adultos, en el Distrito Capital, Caracas.
Podrían nombrarse los 6500 centros de atención primaria, las miles de clínicas odontológicas y ópticas, que solucionan problemas bucales y dan gafas graduadas gratis a quién las necesite, de los más de 500 Centros de Diagnóstico Integral (CDI) que están repartidos por toda Venezuela y han savlado más de 600.000 vidas… Pero no hace falta dar todos estos datos, ya que el hospital al que se refieren los periodistas españoles está bajo la jusrisdicción de la oposición, ya que el cargo público que gobierna Petare es Óscar Ocáriz, y el alcalde del Distrito Metropolitano de Caracas es el ultraderechista Antonio Ledezma.
La mala situación del hospital es consecuencia de la acción política de la oposición en Petare y el Distrito Metropolinato de Caracas, aunque en el reportaje no se nombra esta situación. La falta de rigor al servicio del capitalismo es una de las carácterísticas del reportaje dirigido por Jon Sistiaga.
Y esa falta de rigor aparece también a la hora de hablar de los salarios de los venezolanos. Sin tener nada que ver vuelven a aparecer esos sonidos y letras intermitentes en los momentos en que el reportaje habla de la inseguridad y del mal estado de los hospitales donde gobierna la oposición. Ahora nos alertan de la pobreza, un policía cobra de media 300 euros mensuales y un médico 500 euros. Por supuesto esos datos se presentan así para que la gente los extrapole a la situación española, para que esos sueldos se vean raquíticos.
Bueno, permitámonos un lujo nosotros también dando un dato así sin más: Venezuela tiene el salario mínimo más alto de Latinoamérica. Vaya, al hacerlo se comprende porque lo hace Sistiaga, asi que demos otro: el salario antes de Chávez era de 75 Bolívares Fuertes (BsF) y ahora es de 1223,89 BsF. Antes la inflación no bajaba del 60% y ahora ronda el 25%. La sanidad y la educación son gratis. Mediante el Programa de Alimentación Escolar más de 4 millones de niños tienen acceso a 2 comidas gratuitas, antes apenas 200.000 tenían acceso a ello. Con los cesta-tickets los trabajadores disponen de una cantidad de dinero suficiente para alimentarse durante su jornada de trabajo gratuitamente. Ahora decenas de toneladas de comida recorren diariamente Venezuela a precios un 60% más baratos que los regulados, los cuales al ser regulados bajaron de precio impidiendo que los latifundistas hicieran negocio con un derecho de los ciudadanos como es alimentarse. La Banca Pública otorga préstamos con un bajísimo interés y varias prorrogas. La vivienda durante el gobierno de Chávez ha sido bastantes veces entragada de forma gratuita a los sectores sociales más desfavorecidos. 300 euros son casi 1000 BsF. 500 euros son más de 1500 BsF. Mediante la Fundación Niño Simón y Los Simoncitos junto con la Misión Niño Jesús los bebés venezolanos tienen asegurado gratuitamente todo lo dispensable -alimentación especializada y servicios médicos- para sobrevivir.
¿Es suficiente ese salario que se muestra intermitentemente en el reportaje de REC? Según el Banco Central de Venezuela el índice de desabastecimiento en Venezuela se ha desplomado al 10% y la tasa de las personas que tienen acceso a una buena alimentación ha subido del 50% al 90% en apenas 10 años. La tasa universitaria está en Venezuela en el 83% mientras que en otros países europeos como Francia y España ronda el 50%. La pobreza ha pasado del 70% al 25%. Los datos objetivos desmienten lo que apuntan los datos sin contexto del reportaje liderado por David Beriain.
Todavía sin salir de Petare, los reporteros de Cuatro hacen especial hincapié, sin dar de nuevo todos los datos, en que en esa barriada pobre la mayoría de los votos no los recibe Chávez, si no el opositor Óscar Ocariz. David Beriain lo relata así: «Petare es quizás la primera barriada pobre que pierde el chavismo, rompiendo así el mito de que los pobres votan a Chávez y los ricos contra Chávez». No sé a qué datos ha tenido acceso el reportero pero observando la web del Centro Nacional Electoral de Venezuela se comprueba que durante las elecciones presidenciales del 2006, Chávez obtuvo el 53,58% de los votos frente al derechista Manuel Rosales que obtuvo un 46,15%. Incluso en las zonas más pobres de Petare votó por Chávez más del 92% de los ciudadanos del barrio.
Por supuesto que estos datos no interesan a Cuatro, ya que en las palabras oídas en el reportaje se observa una intención de silenciar la lucha de clases que está teniendo Venezuela. Si los ciudadanos venezolanos pierden la conciencia de clase que les hizo hace casi 11 años darse cuenta de que sus problemas de pobreza y miseria eran consecuencua del desarrollo del sistema capitalista y reconocer una alternativa en Chávez como salida a su situación, volverían al comienzo de nuevo.
Chávez toma decisiones en favor del pueblo y en contra de los empresarios, debido a ello una aplastante mayoría votó por él en las presidenciales de 2006. Que REC mezcle los resultados de esas elecciones con los de las elecciones regionales de 2008 en las que Chávez no participó es sólo una manera más de tergiversar creando argumentos favorables para ellos mismos.
En Petare se reúnen con su alcalde, el derechista Óscar Ocariz. Por su puesto no sale a relucir el tema de mal estado de los hospitales en su barrio, sino que el reportero español le da la oportunidad de expresarse. El cargo público la aprovecha para decir que los homicidios en Petare bajan, mientras en Caracas suben. Curioso dato cuando Beriain se esforzado anteriormente en mostrar a Petare como una zona realmente peligrosa donde los homicidios desde luego no han bajado. Por primera vez en este análisis estamos de acuerdo con REC, en Petare los homicidios no bajan, sino que según el propio director del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), Wilmer Flores Trosel, suben.
Además Óscar Ocariz comenta que no es la oposición la que está armada, negando cualquier posibilidad de que grupos de oposición sean violentos. Las declaraciones del opositor son suficientes para el euipo de REC, que desestima dar cabida en su reportaje a el opositor Movimiento 13 de Marzo haya asesinado a un joven estudiante militante del PSUV hace unos meses,a varias acciones violentas perpetradas por la oposición, a varios sindicalistas revolucionarios hayan muerto en Aragua a manos de sicarios y a la población venezolana del estado Táchira, fronterizo con Colombia, que sufre los abusos de los paramilitares vinculados al gobierno de Álvaro Uribe Vélez.
Después de la amistosa charla con Ocariz, los españoles van a visitar a Carlos Melo quién de nuevo acusa sin dar pruebas de que el anterior alcalde de Caracas, el socialista Freddy Bernal, repartió armas a los sectores chavistas de forma pública. Extraño que Carlos Melo no disponga de una prueba si estos intercambios de armas eran efectuados a la vista de todo el mundo. Cabe destacar que Melo se midió en las elecciones regionales de 2004 contra el revolucionario Bernal, quién obtuvo una aplastante victoria con el 73% de los votos.
Aún a estas alturas del reportaje, donde no se ha visto una sola persona en la indigencia, Beriain nos cuenta que pese a todos los esfuerzos del gobierno revolucionarios por paliar la situación de pobreza, no se ha conseguido. De esta forma se pone de espaldas a los inmumerables documentos y declaraciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU), y su Comisión Económica para America Latina y el Caribe (CEPAL) especificando que Venezuela lleva una acciones gubernamental excelente contra la pobreza, la cual se ha reducido drásticamente.
Continuando con el reportaje, los intrépidos trabajadores de la empresa Cuatro llegan al «cuartel» de Lina Ron, señora a la que el propio Chávez la ha descartado como «revolucionaria» y «chavista» por sus acciones violentas sin ningún contenido político. Pero Lina Ron y sus gritos agudos son oro para los equipos de los medios de comunicación que quieren presentar a los seguidores de Chávez sin credibilidad de ningún tipo. Lina Ron se apresta gustosamente a ello gritando muy alto y haciendo rápidos movimientos con su brazo, amenazando al canal de oposición Globovisión y expresando sus obsesiones con respecto a Chávez.
Lina Ron atacó hace más de un año al canal opositor Globovisión con bombas lacrimógenas, dándole a la derecha venezolana una excusa perfecta para clamar contra Chávez por la supuesta presión a la que éste les somete. Esta presión consiste en renovarles las licencias para que sigan en el aire respetando así la libertad de prensa.
Lina Ron, actuando favorablemente a los intereses de los reporteros les dice que existe una guerrilla venezolana llamada Fuerzas Bolivarianas de Liberación (FBL) y que su lider se llama Gerónimo Paz. Aquí comienza una nueva labor de investigación del equipo liderado por, al menos por lo que se puede ver mediante las cámaras, David Beriain. Este, en actitud de detective comienza a atar cabos en el hotel acariciándose la perilla y con el ceño fruncido. Se basa en el auto del Juez Eloy Velasco en el que se sostenía, basado en el ordenador de Raúl reyes que en Venezuela había un campo de entrenamiento en el que coincidieron las FBL, ETA y las FARC.
Entre las deliberaciones del periodista no se encuentran que ese ordenador, al ser examinado por expertos informáticos universitarios ecuatorianos se invalidó como prueba, al demostrarse que fue manipulado. Lo mismo expresó la Interpol. Los juristas expertos en derecho internacional expresaron que Colombia lo robó cuando invadieron ilegalmente territorio ecuatoniano.
Beriain, con el Pulitzer demasiado presente en su cabeza sacó conclusiones precipitadas y se basó en un simple ataque de la derecha española, secundado por el gobierno de Rodríguez Zapatero, quién en un primer momento pidió explicaciones a Chávez. Por ello cuando acabó de atar cabos tuvo claro que la clave estaba en la ciudad fronteriza de Guasdalito, pero allí no se encontró nada. Al menos del FBL.
Cuando llega a Guasdalito nos muestra desde lejos un papel arrugado en el que según él hay una larga lista de personas a entrevistar pero que ninguna de ellas ha querido hacerlo. El reportero lo achaca, aún sin dar pruebas de ello a que las FBL controlan todo el pueblo y por eso hay una «ley del silencio». Acto seguido de manera sorprendente se rompe el silencio y sin explicarnos como ahora sí hay alguien que accede a una entrevista con el equipo de Cuatro. David Beriain se reune con un líder campesino del Partido Socialista de Venezuela. Según Beriain se rumorea por el pueblo que el campesino está próximo al FBL, pero ¿no dijo el mismo Beriain que había una ley del silencio? ¿ahora la gente que escapaba de las camaras de Cuatro ha acudido a ellas?, y si esto ha pasado, siendo de vital importancia, ¿porqué no lo enseñan?
REC pregunta directamente al campesino si existe una guerrilla. El campesino no lo confirma, «no hay una presencia determinante ni operativa» pero en cambio sí dice que existen los paramilitares colombianos. David Beriain ni corto ni perezoso nos narra que el campesino confirma la existencia de las FBL, poniendo en su boca algo que no había dicho. Después de todo el camino hasta Guasdalito habían sido 10 aburridas horas en coche, había que compensar algo.
El siguiente en romper la ley del silencio por la que nadie quería hablar, es el párroco jesuita de la ciudad, Jony Veramendi. El religioso les confirma que sí existe esta guerrilla y además asegura que tiene vínculos con el gobierno. Por desgracia no existen pruebas que pudieran corroborarlo. El equipo de Cuatro se traslada ahora a La Garraba en busca de más pistas que puedan confirmar la existencia de esta guerrilla.
Cuando llegan, enfocando una imagen de una escuela infantil nos dicen que un guerrillero del FBL les sale al paso y les prohíbe grabar, por supuesto las cámaras enfobacan hacia otro lado, ya que esta vez tampoco se pueden corroborar las palabras del profesional de la comunicación español.
El coche que traslada al equipo de Cuatro continúa su camino y 10 kilómetros más adelante llegan a un puesto militar donde ahora si, se ve como los militares le explican que no puede grabar sin autorización. El militar responsable del puesto comenta que tienen conocimiento de campamentos de las FARC en Venezuela, a lo que el periodista español se asombra, pero no por mucho tiempo ya que el militar le confirma que el Gobierno de Chávez no consiente su presencia si no que el ejército Venezolano no tiene la suficiente fuerza para hacerles frente. Y es normal, Venezuela es el país de Latinoamérica que más ha recortado su presupuesto al ejército.
Además estos campamentos son temporales y usados en diferentes momentos por la guerrilla, no es un asentamiento permanente.
Durante todo el reportaje no se hace mención al golpe de estado que durante 2002 la oligarquía venezolana – los empresarios, la cúpula militar y la dirigencia eclesiástica- le dió a Hugo Chávez. El golpe y la dictadura que se impuso duro apenas tres días gracias a que los ciudadanos venezolanos salieron por millones en toda Venezuela y cercaron el palacio Presidencial haciendo huir a los golpistas con ayuda de la Guardia Presidencial. Durante esos días se vivió una cruenta represión ordenada por los golpistas que acabó con la vida de decenas de venezolanos.
Precisamente para impedir que la oposición vuelva a dar un golpe de estado tan sangriento que asesine un gobierno democrático que verdaderamente representa al pueblo, acarreando tantas muertes y represión, el Gobierno Bolivariano ha creado las Milicias Populares. Estas milicias son un componente más de las Fuerzas Armadas Bolivarianas y antes se llaman «reservistas». Cualquier ciudadanos puede integrarlas pero para ello debe recibir durante algunos años instrucción militar y por supuesto las armas que exhiben en los desfiles están custodiadas por el ejército durante todo el año, siendo imposible el acceso a ellas.
Precisamente de estas Milicias Populares Bolivarianas se habla en el reportaje, y David Beriain se refiere a ellas por primera vez para contarnos que su grito es Patria, Socialismo o Muerte. Lo que expresa que ellos darían su vida por defender al socialismo en el caso de un hipotético golpe de estado, igual que lo hicieron los españoles en 1936, los chilenos en 1973, los haitianos en 2006 o los hondureños durante los últimos meses. Pero David Beriain se queda satisfecho dejándolo caer como si fuera una amenaza, aunque durante todo este tiempo desde que se popularizó el uso de esta consigna ningún opositor ha encontrado la muerte en un crimen político perpetrado por las Milicias Populares Bolivarianas, las cuales forman parte del ejército.
Al equipo de Cuatro, tal y como relata su narrador, le interesa saber la opinión de la oposición sobre las milicias y por ello van a entrevistar a Antonio Ledezma, alcalde de Caracas. Antonio Ledezma es conocido por participar en conspiraciones golpistas contra Chávez, por expulsar del cuerpo de bomberos sólo a los militantes del Frente Bolivariano de Bomberos y echar a la calle sin pagar los salarios durante meses a simpatizantes y militantes del PSUV, partido en el que Chávez ejerce la presidencia. Ninguno de estos datos aparecen de forma intermitente en el reportaje.
Ledezma refuerza los argumentos dados durante el reportaje por el equipo de Sistiaga, expresando que la revolución es violenta y busca intimidar. El alcalde se destaca así como un valiente ya que no se ha dejado intimidar y ha echado a la calle a miles de personas de los que él llama violentos. Curiosamente ninguno de ellos ha tomado represalias violentas ni intimidatorias contra él. Además el cargo público de ultra-derecha afirma que Chávez tiene una mentalidad militarizada, sin embargo Venezuela cada vez gasta menos en lo militar.
Por último REC va a visitar a un general del ejército llamado Antonio Rivero que afirma que si hubiera un golpe de estado sería una locura dar las armas a los campesinos, ya que «los usarían contra la propia población» y no contra el ejército que los reprimiese. Tal y como se vio en Honduras es mucho mejor dejar que sea el propio ejército siguiendo las órdenes de la dictadura el que masacrase a la población civil indefensa.
Rivero le echa la culpa al gobierno de Venezuela de que se produzca una guerra civil al polarizar a la población. Sin embargo ese mismo gobierno permite manifestarse a los opositores, respeta los resultados electorales cuando no le son favorables, permite que los opositores tengan sus sindicatos y partidos políticos, les renueva las licencias de comunicación aunque sólo las usen para mentir y en los medios de comunicación que pertenecen al estado y al pueblo que apoya al gobierno no se lanzan informaciones contra la oposición. En cambio la derecha está constantemente llamando a un golpe de estado, a asesinar a Chávez, muestran imágenes de represión en otros países mientras afirman que sucede en Venezuela por orden de Chávez…
Mientras tanto Beriain se pregunta qué es lo que pasa con la «gente normal, la gente de la calle». El general Antonio Rivero responde a esa pregunta expresando que los que apoyan a Chávez son un 5% y los que apoyan a la oposición otro 5%, y que el 90% restante prefiere la paz. Si en las últimas elecciones presidenciales el 62% votó por Chávez, ¿no será que la mayoría del pueblo del país sudamericano prefiere seguir con el proceso pacífico que impulsa el presidente Chávez?
Fuente: http://tercerainformacion.es/spip.php?article16014
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