L os presidentes centroamericanos se encuentran hoy en Estados Unidos para promover un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre la región y ese país, pese al creciente rechazo popular contra el convenio.Los gobernantes de Costa Rica (Abel Pacheco), Guatemala (Oscar Berger), Honduras (Ricardo Maduro), Nicaragua (Enrique Bolaños), El Salvador (Elías Antonio Saca) y República Dominicana […]
L os presidentes centroamericanos se encuentran hoy en Estados Unidos para promover un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre la región y ese país, pese al creciente rechazo popular contra el convenio.
Los gobernantes de Costa Rica (Abel Pacheco), Guatemala (Oscar Berger), Honduras (Ricardo Maduro), Nicaragua (Enrique Bolaños), El Salvador (Elías Antonio Saca) y República Dominicana (Leonel Fernández), fueron convocados a una reunión el jueves próximo por el presidente norteamericano, George W.Bush.
Este lunes y mañana los dignatarios centroamericanos realizarán una gira por 10 ciudades de Estados Unidos, en tanto el miércoles venidero sostendrán encuentros con miembros del Congreso de ese país.
En tanto, grupos de manifestantes norteamericanos realizarán en las próximas horas marchas contra ese tratado en Florida, California y otras importantes ciudades estadounidenses, anunciaron medios de comunicación aquí.
De acuerdo con AFL-CIO, principal sindicato de trabajadores en Estados Unidos, las protestas para evitar la aprobación del convenio tendrán como escenario principal el edificio del Congreso Federal en Washington, la capital.
El convenio fue ratificado sólo por los parlamentos de El Salvador, Honduras y Guatemala, sin contemplarse que arruinará a los pequeños y medianos productores del área al carecer éstos de subsidios estatales y tecnologías de punta para competir.
La temperatura social se elevó en Costa Rica, luego de que sindicalistas anunciaran para el 16 de este mes una huelga en esa nación contra el Tratado, apuntó el presidente del sindicato de Talleres Integrales, Eddy González.
Fuentes humanitarias dijeron en un foro internacional celebrado en los últimos días en ese país que los trabajadores centroamericanos serán los más afectados al entrar en vigencia el acuerdo.
Tal criterio fue suscrito por el Presidente del Consejo Centroamericano de Derechos Humanos, Ramón Custodio, quien consideró que el TLC beneficiará a grupos poderosos desde el punto de vista económico y político, en detrimento de vastos sectores sociales.
Custodio manifestó que en las negociaciones gubernamentales para implementar el convenio no se le ha dado voz ni voto a los pueblos centroamericanos, ni «a los más afectados, que son los trabajadores», lo que a su juicio demuestra falta de democracia.
Los gobernantes que toman decisiones a espaldas de las masas son malos líderes, dijo en alusión directa a presidentes de la región que abogan por poner en marcha el TLC, sin medir sus posibles consecuencias.
Custodio, también Comisionado de Derechos Humanos en Honduras, señaló que los gobiernos que aprobaron el tratado lo hicieron con la mira puesta en los intereses de grandes empresas.
Las entidades manufactureras se beneficiarán con ese mecanismo en perjuicio de sus empleados, debido a que las jornadas laborales se prolongarán y los empresarios buscarán mano de obra más barata.
Estados Unidos exporta anualmente a Centroamérica más de 15 mil millones de dólares, lo que convierte a esta área en el décimo tercer mercado de bienes y servicios más importante para Norteamérica, en una relación de intercambio comercial muy desigual.
Otro elemento esgrimido en su contra es que luego de concertarse en 1991 el TLC entre Estados Unidos, Canadá y México, en el campo de este último país aumentó el número de pobres y explotados debido al saqueo de las riquezas nacionales.
Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, en los últimos años el TLC generó en México la pérdida de más de 750 mil empleos, situación que tiende a agravarse aún más.
Analistas afirman que Washington insiste en llevar adelante ese acuerdo con Centroamérica, como parte de su estrategia global para imponer en Latinoamérica el Area de Libre Comercio, proyecto de dominación estancado en la actualidad.