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El tropel bancario en los EE.UU.

Fuentes: Rebelión

En todo sistema de producción en que toda la trama del proceso de reproducción descansa sobre el crédito cuando este cesa repentinamente y solo se admiten los pagos al contado, tiene que producirse inmediatamente una crisis, una demanda violenta y en tropel de medios de pagos.

Por eso, a primera vista, la crisis aparece como una simple crisis de crédito y de dinero.1

La tropelía por salvar sus fondos por parte de los cuentahabientes en los EE. UU. no cesará, más cuando es una situación advertida desde el mismo momento en que el señor Jerome Powell, presidente de la FED anunciara la tanda de alzar en las tasas de interés, que acaba incluso de subir en un punto, días después del tormentoso atafago del Silicon Valley Bank, Swisse Bank Corporation y Signature Bank.

Estos bancos sintieron los efectos desbastadores delas políticas de la FED, sucumbieron como era previsible ante el ajuste del valor del dinero, acostumbrados a nutrirse de los bonos baratos comprados en la Bolsa de Valores de Nueva York, como de los depósitos bancarios de sus clientes; es decir, las medidas antiinflacionarias o como dicen otros especialistas “las medidas anticiclicas”le pasaron facturas a los más débiles, y se supone que muchas empresas aguardan en silencio la terronera por la escases de dinero.

Como habíamos anticipado, estas medidas por parte de FEB acarrearía los resultados que a la luz han salido: la quiebre de los más débiles, la absorción de los más fuertes, hoy expresada en una modalidad de salvamento por parte de los bancos más fuerteque es una forma de adquisición velada.

La discusión teórica se centra en que las medidas van orientadas a contener la inflación por la vía de la demanda: rebajas esencialmente salariales a la clase trabajadora, otros de corte keynesianos lo adjudican por parte de la oferta: los precios de las mercancías llamadas comoditis, esencialmente la energía y los alimentos.Pero en ambos casos hay un beneficiado que incrementa la acumulación, y es, el gran capital: los monopolios, dueños y amos absoluto del mercado de toda índole, y fundamentalmente del sector financiero.

Dice Mark, que “La extensión del proceso real de acumulación se ve estimulado en ambos casos por el hecho que el tipo de interés, que en el primer caso coincide por los precios bajos y en el segundo con el alza lenta de los precios, aumenta la parte de la ganancia que se convierte en beneficio para el empresario.2En el capitalismo los movimientos financieros se realizan en cualquier dirección siempre favoreciendo al capitalista. Y hoy asistimos, no por casualidad, sino por las mismas condiciones de dificultades que atraviesa el régimen de producción capitalista, desesperados por su supervivencia en la acumulación por fuera de la esfera productiva, destrozando las fuerzas productivas, asimilando y fortaleciendo al sector financiero mediante la especulación, ayudando a la corrupción como forma de apropiarse de la plusvalía arrebatada a los trabajadores, sacando precisamente ese capital de la esfera de la productividad; puede que entre en auge la economía pero ese ciclo se vuelve más corto, induciendo a las recurrentes crisis, más profundas y con períodos más cortos.

Ha insistido la FED, también lo supone el FMI dado los ajustes que impone, que el mal mayor está en la circulación de dinero, producto del alza en los salarios, escondiendo deliberadamente la realidad y, atacar al generador de la plusvalía: la clase obrera, apropiarse el capitalista de esta, e incrementar sus ganancias. En el régimen de producción capitalista la ganancia está de un solo lado, del lado de los capitalistas. La circulación de dinero tiene su mayor expresión en el dinero para préstamo, el crédito comercial. Refiriéndose a ello, nos ilustra Marx, “Sin embargo, la masa de este capital-dinero susceptible de ser prestado es distinta e independiente de la masa del dinero circulante”3

La relación entre los activos del Silicón Valley Bank y el dinero consignado en el, difieren de tal manera que es inexplicable la insolvencia, la explicación reside en que el 96% de los depósitos no estaban protegidos, insólito, en un país tan “garantista” como Estados Unidos. En este país, la mayor potencia económica y militar del planeta, los depósitos bancarios alcanzan a 15.5 billones de dólares, las operaciones semanales superan los 50.000 millones, salvo esta semana que pasó que alcanzó a los 117.000 millones de dólares por el generalizado nerviosismo; que por mucho que la FED se afane en decir que el sistema bancario estadounidense está sólido y consistente, en el fondo no existe confianza.

Lo que tenemos claro es lo siguiente: La clase obrera, o los trabajadores en general, no hacen las leyes; las leyes las dictan los banqueros, ellos se protegen, y aparte de protegerse, sacan provecho de cualquier situación por adversa que parezca. Pierden los capitalistas cuando se les va la mano en la generalización de la pobreza, en el progresivo deterioro de las fuerzas productivas, puesto que banqueros e industriales exacerban su codicia sustrayendo la plusvalía de la fuerza de trabajo.Entonces, sobreviene la crisis. Nos precisa Marx: “… la fuente de acumulación de estos capitalistas monetarios no es sino una deducción de la plusvalía arrancada por los capitalistas reproductivos (y, al mismo tiempo la apropiación de una parte de los intereses producidos por los ahorros de otros).4Podemos deducir sin temor a equivocarnos, que todas las reservas bancarias, no son más que fuerza de trabajo acumulada, atesorada. Trabajo ajeno arrancado por el banquero.

Notas:

1Carlos Marx. El Capital. Tomo III. Fondo de Cultura económica Pag. 460.

2 Idem, pag. 465.

3 Idem, pag. 469

4 Idem, pag. 471

Alberto Palmarrosa Inciarte. Economista.

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