Miguel Zuluaga es un señor de bigote que suele aparecer junto a los jugadores y el técnico de la selección uruguaya en cuanta competencia haya. En Sudáfrica 2010 se fotografió junto a unos cachorros de león durante una visita de la delegación a una reserva ecológica. En este Mundial se lo ve en las zonas […]
Miguel Zuluaga es un señor de bigote que suele aparecer junto a los jugadores y el técnico de la selección uruguaya en cuanta competencia haya. En Sudáfrica 2010 se fotografió junto a unos cachorros de león durante una visita de la delegación a una reserva ecológica. En este Mundial se lo ve en las zonas mixtas de los estadios bromeando con algún notero que explora el costado humorístico del campeonato. Zuluaga es un funcionario contratado por la auf en 2000 para encargarse de la seguridad de la selección. Pasó por las eras de Daniel Passarella, Víctor Púa, Juan Ramón Carrasco, Jorge Fossati y Óscar Tabárez. «Los jugadores dicen que es ‘buena persona’ y que es ‘un gran compañero de truco’. Ellos saben que los cuida, que los protege, y que intenta que esa locura de los hinchas no los afecte», dice una crónica del suplemento Ovación de El País.
A Zuluaga también le decían «Zulu» en plena dictadura, cuando revistaba como subcomisario en la Dirección Nacional de Información de Inteligencia (dnii) y presionaba a los detenidos antes de los interrogatorios y las torturas, contó a Brecha Luis Libschitz, un ex militante de la Unión de Juventudes Comunistas (ujc) que fue testigo de los hechos. En 1975 la dictadura desató la represión final contra el Partido Comunista y Libschitz cayó en abril de 1976. Hasta agosto de ese año estuvo detenido en el edificio de Paraguay y Maldonado donde hasta hoy funciona la dnii. Libschitz fue interceptado por el Departamento V de esa dependencia y conducido al segundo piso de esa sede policial. Todavía recuerda el lugar: no había calabozo sino que los detenidos eran dejados de «plantón» en un salón enorme en donde convergían varias habitaciones.
En el edificio, además del Departamento V funcionaba el Departamento IV, encargado de reprimir a la Regional 1 de la ujc, que abarcaba los barrios Palermo, Ciudad Vieja y Cordón. En ese departamento revistaba Zulu. Los presos de ambas reparticiones convivían mezclados en el mismo salón y fue así que Libschitz notó la presencia asidua del hoy encargado de seguridad de la selección.
El ex militante de la ujc estuvo encapuchado cinco meses en la dnii. «Con el paso de los días, sobre todo en la noche, iba viendo el movimiento y escuchando los nombres de los policías y fui identificando a alguno.» Acostado, con un sutil movimiento de cabeza, podía ver las caras de los policías a través de un resquicio debajo de la capucha.
«Había gente de plantón a los que les pegaban, los pateaban, y los llevaban a hacerles submarino en una habitación contigua», narra. «A Zuluaga lo vi con la gente que estaba de plantón en el salón grande. Estaba entre los policías que venían a buscar gente. Yo no tuve contacto con él pero sí lo vi a los gritos, a los empujones. Hasta donde yo vi, venía a presionar a la gente que estaba parada previo al interrogatorio: ‘Che, aflojá que está todo el pescado vendido, no te hagas lastimar, que te van a matar’, bien de patotero», recuerda Libschitz.
«Es notorio y hace muchos meses que lo comento, y me consta que otra gente que participa en Crysol lo ha visto», cuenta Libschitz, que colgó su relato a las redes sociales. «Era parecido a como está ahora pero sin canas.» Brecha pudo confirmar que Zuluaga aparece en las denuncias presentadas por el abogado Pablo Chargoñia contra varios policías de la dnii en 2011 en el Juzgado Penal de 17º Turno a cargo del juez Carlos García Guaraglia. Las denuncias reúnen a varios ex integrantes de la ujc. El hoy custodio celeste también aparece nombrado en los trabajos del historiador Álvaro Rico, firmando documentos vinculados a operativos de represión contra las juventudes comunistas. Hasta ahora la causa no ha avanzado más allá de una inspección ocular realizada en el edifico.