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Elecciones en EE.UU: Su futuro y el nuestro

Fuentes: Rebelión

Traducido para Rebelión por Carlos Sanchís

Aristóteles definió una oligarquía como un sistema político en el que unos pocos eligen las normas para gobernar sobre muchos. Esa fórmula encaja exactamente en la descripción de las elecciones primarias y generales de los Estados Unidos. En el Estado de Nueva York donde sólo 15% de los miembros del partido votaron en las recientes primarias de los Demócratas. Kerry ganó con el 8% de los Demócratas registrados. En las elecciones generales en noviembre, 25 millones de votantes (de 50 millones) pueden decidir quién gobernará a más de 280 millones de ciudadanos. La gran mayoría de negros, hispanos y obreros pobres no votarán porque perciben que ni el Bush Republicano » ni el Kerry Demócrata hablan de los problemas principales que afectan a sus vidas. Como Cason y Brooks escribieran (La Jornada, 4 de marzo de 2004) la campaña electoral está sobre el terreno y la mayoría de los votantes prefiere Kerry porque se percibe capaz de batir a Bush; el reaccionario actual. El odio racional a Bush de muchos votantes americanos tiene, sin embargo, otro lado, una irracional adopción de un Demócrata reaccionario. El senador John Kerry, el hombre más adinerado del Senado americano, tiene lazos con la Gran Banca y un registro de votantes que son la envidia de cualquier conservador. En política extranjera Kerry critica a Bush y Rumsfeld por no enviar suficientes tropas a Irak. Él propone enviar más de 40.000 soldados adicionales para proteger la autoridad de la ocupación colonial americana, su régimen «provisional» títere y los intereses petrolíferos estadounidenses. Kerry apoya incondicionalmente la guerra de Israel contra los palestinos, el Muro del Apartheid de Sharon y la continuación de la ayuda anual a su ejército de 3 mil millones dólares. Kerry ha declarado su apoyo a la mafia de Miami y el bloqueo económico y de viajes a Cuba, a pesar de que grandes empresas, intereses agrícolas y turísticos se oponen a las restricciones de viajes y de comercio impuestas por los Estados Unidos. Kerry ha sido un partidario vehemente del libre comercio, la OMC y el ALCA a lo largo de sus años en el Senado. Ha apoyado la guerra de la Administración Bush en Irak, Afganistán y su hostilidad a Siria e Irán. Kerry nunca ha cuestionado el esfuerzo de Bush por derrocar al Presidente Chávez de Venezuela, ni desafió a Bush/Noriega/Reich en los tres año de asedio a Haití (sólo después de la destitución de Aristide y durante la campaña electoral actual ha requerido una «investigación»). Kerry no ha exigido ningún recorte en el hinchado presupuesto militar, ni ha diferido de la postura belicosa de Bush hacia Corea del Norte, ni de las políticas provocativas hacia Rusia (organizando bases militares en los Balcanes, en el Caucáso y ahora en los países bálticos). Es probable que una Nueva Guerra Fría surgirá, quienquiera que gane las elecciones presidenciales.

En políticas domésticas, John Kerry es conocido como el Senador del ‘Sí ‘. Votó por el represivo Decreto Patriotico de Bush, el recorte de impuestos para los ricos, y la desreglamentación del sector financiero. Kerry se ha negado a apoyar cualquier plan de salud nacional progresista, la legalización de residentes mexicanos, el control del capital especulativo, sustantivos programas económicos para la población negra, fondos públicos para programas de empleo, legislación laboral progresista, o cualquier protección del trabajo. La única propuesta de Kerry en «la reforma laboral » es obligar a la patronal que notifique con tres meses de antelación a los trabajadores que van a ser despedidos. El remedio propuesto de Kerry para la pérdida de los 3 millones de empleos bajo el mandato de Bush es dar incentivos en materia de impuestos a las grandes empresas para que empleen a trabajadores americanos.

El anterior registro de votantes y el programa electoral actual de John Kerry sugieren fuertemente que él también será un «Presidente de Guerra», quizás con diplomáticos menos abrasivos y consultas más formales con los regímenes europeos. Continuará con el libre mercado, dejando que goteen las políticas económicas promovidas por Clinton, y radicalizadas por Bush.

¿Dónde están los progresistas y la izquierda de los Estados Unidos?

La mayoría aplastante de los que han pasado por los progresistas americanos e incluso por la izquierda, ha tomado la posición » cualquiera menos Bush.» La política del «mal menor » que lleva a la del » mal mayor» es una política familiar promovida por los «progresistas» de los Estados Unidos.» Apoyaron a Kennedy en 1960 y consiguieron la Guerra de Vietnam y casi hacen la III Guerra Mundial (con la crisis de los misiles). Apoyaron a Lyndon Johnson (como mal menor) y consiguieron que 500.000 soldados fueran enviados a Indochina donde 58.000 murieron. Apoyaron a James Carter y consiguieron la Segunda Guerra Fría. Apoyaron a Clinton y consiguieron las invasiones balcánicas y el bombardeo de Belgrado. La historia se repite, primero como una tragedia y después como una farsa. En contraste con los Demócratas del pasado, Kerry no promete Paz, una Gran Sociedad o Cuidar de la Salud Nacional como los Demócratas del pasado, como Kennedy, Johnson y Clinton y traicionar después a los votantes. No ofrece nada nuevo e innovador; sólo perogrulladas vacías, oposición a Bush y su archivo personal de guerra. El principal consejero de política exterior de Kerry, Rand Beer, estaba en el Consejo de Seguridad Nacional del presidente Bush hasta hace bien poco.

El apoyo progresista para Kerry eliminará virtualmente a la izquierda como cualquier opción significante en estas elecciones. Aun peor, debilitará si no elimina protesta de masa alguna como la de Seattle (1999) de la agenda política. El lema «cualquiera menos Bush» pondrá a los progresistas en el lado de la guerra, el ALCA y en el campo de la exclusión social. Habrán, por supuesto, las manifestaciones por la paz del 20 de marzo, qué Kerry ignorará. Y habrá debate de progresistas sobre el programa en la Convención Demócrata de Boston, pero eso será la ventana cosmética. Kerry no responderá a la pequeña minoría de delegados disidentes sino a los 1000 contribuyentes adinerados que le proporcionarán los millones para financiar su campaña electrónica para conseguir el 25% del electorado necesario ganar.

¿Dónde nos deja eso a los movimientos populares en los Estados Unidos y en América Latina? En lo que concierne a los EE.UU, una minoría pequeña del electorado votará por los candidatos progresistas (como Ralph Nader), la mayoría del electorado no votará y una pluralidad capitulará y apoyará a Kerry abandonando la lucha por la paz y la justicia. En el año electoral 2004, el testamento de la Izquierda americana está vagando por el desierto.

Sin embargo, en América Latina el 2004 ha empezado como un año de grandes confrontaciones; la exitosa invasión americana y el derrocamiento de Presidente haitiano Aristide y la intensa campaña de desestabilización contra el Presidente Chávez. La ofensiva militar del 2004 de Washington, sin embargo, está siendo desafiada seriamente desde «fuera» no desde » dentro». En Irak, Cuba y Venezuela, la Guerra del Presidente Bush está sufriendo derrotas profundas. La «coalición» de la ocupación colonial en Irak hoy ha perdido el control de todas las principales ciudades: sólo la policía mercenaria iraquí patrulla las calles por la noche, sufriendo enormes bajas. Los soldados americanos están en la periferia, por el miedo al 90% de los iraquíes que violentamente oponen sus esfuerzos a fomentar ‘choques internos ‘. Políticamente si no militarmente, los EE.UU. están perdiendo la guerra: el títere que el régimen provisional se derrumbará inmediatamente a la retirada de las tropas americanas.

Cuba ha desarticulado con éxito la oposición interna substituta estadounidense, ha diversificado su comercio con compañías de los EE.UU. y ha preparado su sistema de seguridad contra las provocaciones venideras de la banda de Bush/Noriega/Reich.

En Venezuela, el Presidente Chávez tiene el apoyo de millones de activistas y la lealtad de las fuerzas armadas y ha acelerado su agenda de la reforma social. Los grupos paramilitares violentos fundados por los EE.UU han sido rechazados pero no se han eliminado todavía. A pesar de tres esfuerzos fallidos por echar fuera a Chávez los EE.UU. están siguiendo todavía una estrategia de violencia interior, guerra civil e invasión militar con consecuencias imprevisibles para toda América Latina.

Para los movimientos populares en América Latina y en los EE.UU., en su búsqueda por la libre determinación, justicia social y la paz, las elecciones oligárquicas americanas son un espectáculo ruidoso de los medios de comunicación de masas que ofrece poca esperanza o inspiración. Para mejor o para peor, el conflicto real no está entre Bush y Kerry, sino entre Bush/Kerry contra Chávez, Castro y la población iraquí. El futuro de los oligarcas del mundo depende del resultado electoral americano. El futuro del resto de la humanidad de la resistencia exitosa en Irak, Cuba y Venezuela y del resto de los movimientos populares en el Tercer Mundo, contra cualquiera de los dos candidatos que gane en Noviembre.

4 de marzo de 2004