Para situarnos, sólo para situarnos. Pueden usar enciclopedias o buscadores. Dos clases de preguntas. Aapartado A: ¿Por qué diferencia de todos ganó Kennedy a Nixon las elecciones presidenciales usamericanas? ¿Por qué porcentaje de votos? ¿Cuál era cuerpo electoral norteamericano en aquel año? ¿Recuerdan alguna voz, algún articulista, que hablara de elecciones no democráticas? ¿El perdedor […]
Para situarnos, sólo para situarnos. Pueden usar enciclopedias o buscadores. Dos clases de preguntas. Aapartado A: ¿Por qué diferencia de todos ganó Kennedy a Nixon las elecciones presidenciales usamericanas? ¿Por qué porcentaje de votos? ¿Cuál era cuerpo electoral norteamericano en aquel año? ¿Recuerdan alguna voz, algún articulista, que hablara de elecciones no democráticas? ¿El perdedor lanzó a las calles los ciudadanos que le apoyaron? ¿Alguien habló de un país partido en dos? ¿Pasó años más tarde Bush y Al Gore por ejemplo? Apartado B: ¿Qué diario ha escogido el titular «Desconcierto chavista» para uno de sus editoriales del martes? ¿Qué publicación global inicia su editorial con la siguiente sesudísima reflexión: «Esta vez hubo sorpresa. La ajustada victoria de Nicolás Maduro sobre Henrique Capriles en las elecciones del domingo en Venezuela ha provocado el desconcierto en las filas chavistas y abre un panorama inédito en los 14 años de revolución bolivariana?
Era para situarnos. Proseguimos.
El Consejo Nacional Electoral venezolano emitió el primer boletín con el resultado del 99,12% de las mesas de votación. Nicolás Maduro obtuvo el 50,6% del sufragio (en España, el PP neofranquista, con unos 4 puntos menos en las elecciones generales de 2011, gobierna con holgada mayoría absoluta), mientras que el candidato de «oposición» -interina y externa- Henrique Capriles Radonski logró el 49,3% de los votos. Empero, don HCR se ha negado a reconocer los resultados electorales y ha solicitado la auditoría del 100% -¡del cien por cien!- de los votos. El presidente electo Maduro ha realizado un llamamiento a la paz ciudadana y ha solicitado «formalmente al Consejo Nacional Electoral la realización de una auditoría de cara al país». HCR abona otras sendas más incendiarias. Está para eso.
Bien mirado nada tiene de extraño. Estaba cantado, el futuro esta vez era idéntico al pasado. Las advertencias, los excelentes análisis de la profesora Ángeles Díez de la Universidad Complutense estaban cargados de razón y acierto. La autodenominada «oposición venezolana», teledirigida desde la embajada usamericana e instituciones afines y serviles, se ha quitado la careta. Son lo que siempre han sido, dogmáticamente consistentes e inamovibles. ¡A ellos, el populacho, ese conjunto de paletos, vagos, sucios e ignorantes, ni les tose ni tan siquiera alza su voz en su presencia! Por cierto, ahora que caigo, ¿no estuvo el señor Capriles, el candidato HCR, muy cerca del asalto a la embajada cubana durante el golpe fascistoide-empresarial de 2002? Quien tuvo y mantuvo ignomina, retuvo abyección. Idéntico en lo relativo al gobierno español, tan antidemocrático ahora como en aquella ocasión. ¿Recuerdan el posterior «por qué no te callas» borbónico?
El más que prudente vicepresidente de Venezuela, Jorge Arreaza, llamó el lunes pasado a sectores de oposición a recapacitar por el bien de la Patria. En su cuenta en Twitter expresó que «la oposición no ha podido zafarse del sector golpista. Sufren del síndrome de Estocolmo. Ojalá recapacite, por el bien de la Patria». ¡Santa paciencia! ¡Hay almas benditas! ¡No se merecen un vicepresidente así! En el referendo presidencial de 2004 «gritaron fraude» y organizaron acciones violentas para generar reacciones represivas. En 2005 se retiraron de las elecciones parlamentarias. En 2007 la oposición estuvo a punto de no reconocer los resultados del referendo sobre la Reforma Constitucional de Venezuela. Ahora repiten, se repiten, cultivan su golpista tradición antidemocrática.
Por su parte, el presidente de la Unión Interamericana de Organismos Electorales (Uniore), Roberto Rosario, destacó el pasado lunes «la transparencia, eficacia y seguridad del sistema electoral de Venezuela en los comicios presidenciales celebrados la víspera». En conferencia de prensa «felicitó al pueblo venezolano por acudir a las urnas de forma masiva a cumplir con su deber como ciudadano, lo que a su juicio, pone de manifiesto el compromiso con la democracia». Agregó que la alta participación se traduce en la valoración positiva del desempeño del Consejo Nacional Electoral (CNE) «que cumplió la función puesta a su cargo». Resaltó que el acompañamiento a la jornada electoral fue precedido por las misiones técnicas que analizaron la elección presidencial y sus conclusiones. Como aspecto relevante, «acotó la organización del proceso con la constitución de las mesas y distribución del material electoral». La máxima autoridad de la Uniore «subrayó la labor de los miembros de mesa, lo que permitió un desarrollo normal de los comicios». Añadió: «en las elecciones presidenciales del domingo los acompañantes internacionales observaron una adecuada utilización de las mamparas, que garantizan el secreto del voto». ¿Algo que objetar?… Nada democrático que objetar.
Por su parte, España, su gobierno claro está, se comporta como decía con el mismo estilo que en otras ocasiones, como en el golpe de 2002. El ministro Margallo no reconoce el resultado electoral y se alinea con don Capriles y su estrategia antidemocrática. El departamento de Estado USA, como los gobiernos europeos, siguen la misma partitura: rechazar el resultado electoral y buscar la confrontación abierta en la calle, comenta al gran arabista Andrés Martínez Lorca. «Esta música es vieja y peligrosa al mismo tiempo. El enemigo acecha y España está, como siempre, al lado del imperio y en primera línea de la contrarrevolución».
El gran historiador catalán José Luis Martín Ramos, por su parte, recuerda algunos datos de interés. Resultados de Chávez en las sucesivas elecciones presidenciales: 2000: 3.757.773 (abstención: 44%); 2004: 3.989.000 (abstención 30%) es el «referéndum revocatorio»; 2006: 7.309.080 (abstención 25,3%); 2012: 8.185.1209 (abstención 19,5%). Maduro, 2013: 7.505.338 (abstención 21%). Maduro, señala, «ha retrocedido algo respecto a la elección de 2012; ha habido un aumento de la abstención entre el voto popular. Pero sobre todo lo que hubo fue una creciente movilización de la derecha: Capriles ha pasado de 6,6 millones de votos a 7,2». Es algo meritorio, concluye generosamente, pero en absoluto señala ningún descalabro de ningún proceso de transformación social.
¿País dividido, diferencia mínima, legitimidad en cuestión? ¿Vale la afirmación para todos los casos? ¿También, por ejemplo, para USA? ¿Casi todos los candidatos presidenciales de los EEUU de las últimas décadas han dividido el país y su escaso margen de victoria les ha deslegitimado para asumir el poder?.
El laso oscuro de la fuerza actúa y se rompan las máscaras: simpatizantes de Capriles, demostrando sus convicciones «pacíficas y democráticas», incendiaron la noche del lunes varios centros médicos, sedes del Partido Socialista Unido de Venezuela, petrocasas, sedes de Mercal, viviendas de militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela, entre otros actos vandálicos. Nicolás Maduro ha apuntado, esta vez, algunas preguntas pertinentes: «Quemaron la casa del PSUV en el estado Anzoátegui y en Táchira con gente adentro. ¿Esa es la Venezuela que ustedes quieren?, ¿esa es la Venezuela que tú vas a promover candidato perdedor? tú eres responsable de esta quema, te hago responsable de esta quema (…) y si hay heridos o muertos tú eres responsable».
La Venezuela trabajadora no está sola. Tiene tras de ti toda la ciudadanía rebelde del mundo, todos los demócratas. ¡La reacción no pasará! ¡Ni un paso atrás!
Salvador López Arnal es miembro del Frente Cívico Somos Mayoría y del CEMS (Centre d’Estudis sobre els Movimients Socials de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona; director Jordi Mir Garcia)
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