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Empresas de celulosa generan pobreza en el nordeste de Brasil debido al éxodo rural

Fuentes: Agencia Noticias del Planalto

(2´10´´ /510 Kb) – La expansión del monocultivo es responsable por el aumento del éxodo rural en el estado de Bahia, en el nordeste de Brasil. De acuerdo con informaciones del Centro de Estudios e Investigaciones para el Desarrollo del Extremo Sur de Bahia, la región de la ciudad de Eunápolis tiene el mayor índice […]

Haga clic aquí (2´10´´ /510 Kb) – La expansión del monocultivo es responsable por el aumento del éxodo rural en el estado de Bahia, en el nordeste de Brasil. De acuerdo con informaciones del Centro de Estudios e Investigaciones para el Desarrollo del Extremo Sur de Bahia, la región de la ciudad de Eunápolis tiene el mayor índice de éxodo rural del país – casi 60% de los agricultores ya dejaron el área rural, siendo que el índice general de Brasil es de 28%.

A empresa Veracel, que tiene a la multinacional Aracruz Celulose como principal accionista, viene aumentando el plantío de eucalipto en la región. Ya son 43 mil hectáreas plantadas, del tamaño equivalente al mismo número de campos de fútbol. Estas áreas son conocidas como «Desierto Verde», por degradar el medio ambiente y debilitar la tierra, imposibilitando el plantío de otros cultivos.

Según el padre José Koopmans, de la diócesis de Teixeira de Freitas, en el estado de Bahia, el éxodo rural hace aumentar la población de pequeñas ciudades que no tienen infraestructura para acoger ese crecimiento, generando así mucha pobreza.

«Los agricultores venden sus tierras, van a las ciudades, que no tienen infraestructura, no tienen trabajo. Eso crea bolsones de miserables en las ciudades y el campo queda vacío. Y los hijos de los pequeños agricultores que vendieron sus tierras, entran en el camino de vender y negociar drogas para poder sobrevivir.»

La Aracruz en Bahia ya fue multada por el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y de Recursos Naturales Renovables en 1,5 millón de dólares por plantar irregularmente 200 hectáreas de eucalipto. Aun respondiendo judicialmente por diversos crímenes ambientales y sociales, la empresa recibe financiamiento público para continuar su expansión. Sólo en 2005, el órgano financiero brasileño Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social destinó 713 millones de dólares para la Aracruz.