La asunción de riesgos macroeconómicos, regulatorios e institucionales en América Latina y el Caribe es «inherente» a la actividad empresarial y las compañías descartan abandonar la región, según recoge un estudio presentado hoy por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).A pesar de los riesgos de inestabilidad en la región, las empresas tienen intención de permanecer […]
La asunción de riesgos macroeconómicos, regulatorios e institucionales en América Latina y el Caribe es «inherente» a la actividad empresarial y las compañías descartan abandonar la región, según recoge un estudio presentado hoy por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
A pesar de los riesgos de inestabilidad en la región, las empresas tienen intención de permanecer en ella, ya que consideran que esta incertidumbre no es incompatible con la rentabilidad y con el valor estratégico que atribuyen a la región.
El informe describe la percepción que tienen las principales empresas europeas inversoras de los riesgos y obstáculos macroeconómicos, regulatorios e institucionales que tuvieron sus proyectos en América Latina y esta elaborado con entrevistas hechas a directivos de 72 empresas europeas con intereses en Latinoamérica.
Según el estudio, la percepción de las empresas varía según los motivos por los que se decide invertir, el sector, el destino de la inversión y el país de origen.
Las empresas destacan como principales elementos de análisis para sus inversiones los riesgos de inestabilidad macroeconómica, la inseguridad jurídica y la ineficiencia del sistema judicial, y la debilidad institucional.
Además, la mayoría de las empresas descartan inversiones en países con grandes problemas de seguridad ciudadana o inestabilidad política, aunque las que ya están presentes en dichos países afirman que pueden asumir este riesgo y prever nuevas inversiones.
Este sentimiento varía en función de los sectores, ya que mientras el sector de manufacturas se muestra especialmente sensible al riesgo macroeconómico, al sector de servicios públicos e infraestructuras le afectan más los riesgos regulatorios e institucionales, al ser un sector muy expuesto a posibles cambios en los contratos que afecten al equilibrio de la inversión.
En cuanto a los riesgos específicos, las empresas de servicios públicos e infraestructuras insisten en la existencia de casos de competencia desleal y en la escasa cultura de pago.
Por su parte, las empresas manufactureras destacan los problemas aduaneros y arancelarios, una inadecuada protección de la propiedad intelectual, la burocracia y las barreras fiscales, un factor éste último que también destacan las empresas del sector hotelero y turismo.
En general, los inversores europeos no perciben ningún tipo de discriminación, aunque algunas compañías españolas creen que los ciudadanos y los dirigentes políticos de América Latina tienen una mala imagen de algunos inversores extranjeros.
El informe también destaca que las principales quejas de las empresas por cuestiones regulatorias e institucionales se centran en Argentina y Venezuela, mientras que en el resto de la región la percepción es más favorable.
Las empresas consultadas también condicionan su inversión en función del tamaño de mercado y manifiestan un especial interés por una mayor integración regional, que es especialmente necesaria para los países con economías de limitado tamaño.
Los avances en el proceso de liberalización comercial de América Latina son bien recibidos por las empresas, principalmente en el sector de las manufacturas, aunque la mayoría coincide en la necesidad de dar un impulso a esta liberalización.
También las empresas coinciden en señalar la mejora del entorno macroeconómico de Latinoamérica en los dos últimos años y su indudable repercusión positiva para las inversiones de la región.
En este sentido, las compañías destacan los altos crecimientos del producto interior bruto, la menor volatilidad cambiaria y una mayor estabilidad macroeconómica, que se refleja en reducidas tasas de inflación.
Sin embargo, esta mejora se debe principalmente a factores coyunturales, como la subida del precio de las materias primas en los mercados internacionales y la caída de las tasas de interés hasta mínimos históricos, que contribuye a mejorar el saldo exterior y las finanzas públicas de la región.
Además, las empresas incidieron en que América Latina tiene debilidades que fragilizan la sostenibilidad del crecimiento y que condicionan una mayor inestabilidad de la región, lo que influye negativamente en la consolidación de su desarrollo y en el fortalecimiento de su atractivo inversor.
La presentación del informe se hizo por el representante especial en Europa del BID Carlo Binetti y por el consejero delegado de Analistas Financieros Internacionales Emilio Ontiveros, quienes coincidieron en señalar el entorno más estable que existe en América Latina, sobre todo en los dos últimos años, que ha influido positivamente en la percepción de las empresas inversoras europeas.