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Empresas que socavan la democracia

Fuentes: ituc-csi.org/

En un año histórico para la democracia, en el que aproximadamente 4.000 millones de personas acudirán a las urnas para elegir nuevos gobiernos, los sindicatos están haciendo campaña Por la democracia en el trabajo, en la sociedad y en las instituciones internacionales.

La lucha por la democracia en las instituciones internacionales

Millones de trabajadores y trabajadoras ya se han movilizado para conseguir cambios políticos en vísperas de las elecciones, organizándose para ampliar el poder de los trabajadores, o emprendiendo huelgas militantes en el trabajo. Están luchando en todo el planeta por “una democracia sólida y receptiva con la que trabajadores y trabajadoras marquemos juntos el rumbo en nuestras comunidades, lugares de trabajo, países e instituciones internacionales”.

Esta campaña de gran alcance centra ahora su atención en las instituciones internacionales de alto nivel, donde las delegaciones estatales negocian normas, tratados y objetivos clave que configuran eficazmente el mundo del trabajo y, por ende, el conjunto de la sociedad.

Cuando los gobiernos se reúnen en Nueva York (Estados Unidos) para asistir a la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) y a la Cumbre del Futuro (SOTF), cuando se reúnen en Washington (Estados Unidos) para las Reuniones Anuales del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), y cuando se reúnen en Bakú (Azerbaiyán) para la Conferencia de las Partes (COP 29) que se celebra anualmente, se encuentran con sindicatos democráticos que reclaman un Nuevo Contrato Social que constituye el plan del movimiento sindical por “un mundo en el que la economía esté al servicio de la humanidad, en el que se protejan los derechos y se preserve el planeta para las generaciones futuras”.

Pero existe otra fuerza, que en realidad nadie ha elegido, que pretende controlar los asuntos mundiales. Una fuerza que fomenta una visión competitiva del mundo que preserva las desigualdades y la impunidad de actores malintencionados, financia a actores políticos de extrema derecha y otorga mayor valor al beneficio privado que al bien público y planetario. Esa fuerza es el poder corporativo.

En consulta con aliados sociales, federaciones sindicales internacionales e investigadores, la CSI está examinando estudios de dominio público para identificar a los principales actores del mundo corporativo que se benefician socavando la democracia a todos los niveles.

La CSI ha elaborado una lista de empresas que socavan la democracia, a saber, de empresas emblemáticas que se benefician económicamente a costa de vulnerar persistentemente los derechos humanos y sindicales, de monopolizar los medios de comunicación y la tecnología, de exacerbar la catástrofe climática y de privatizar los servicios públicos. Representan un amplio mundo corporativo que protege y expande sus propios beneficios socavando la democracia.

Estas empresas llevan a cabo complejas actividades de lobby para socavar la voluntad popular y desbaratar políticas globales existentes o incipientes que podrían exigirles responsabilidades. Están siempre dirigidas por individuos extremadamente pudientes que apoyan y financian a políticos y partidos de extrema derecha para favorecer sus propios intereses. Cuando se hace con el poder, la extrema derecha desacredita y priva de fondos a instituciones internacionales democráticas; baja los impuestos a los ricos y a las corporaciones; recorta los salarios vitales; favorece la financiación bilateral de la ayuda en detrimento del multilateralismo; y reprime los derechos humanos, sindicales y democráticos, como deja patente el Índice Global de los Derechos de la CSI.

Conseguir una agenda de los trabajadores en las instituciones internacionales

En su 5º Congreso Mundial de 2022, la CSI anticipó esta convergencia del capital y la extrema derecha: “Aunque el llamamiento a favor de un Nuevo Contrato Social está ganando impulso, únicamente podrá tener un impacto duradero (…) si consigue resistir la inevitable oposición de las fuerzas políticas regresivas y del poder corporativo”. La CSI también advirtió de que “los propios procesos e instituciones internacionales, que pueden y deben sentar las bases para la inclusión, la prosperidad compartida y un futuro sostenible, se han visto severamente debilitados” y “requieren una reforma fundamental para que puedan cumplir el papel que les corresponde a la hora de implementar el Nuevo Contrato Social”.

Efectivamente, para que las instituciones internacionales reflejen la voluntad democrática de los trabajadores, deben someterse a reformas para protegerse de las empresas que socavan la democracia y de las fuerzas antidemocráticas a las que estas financian. Por eso la CSI está haciendo campaña Por la Democracia en las instituciones internacionales:

–  Solicitando a los gobiernos que adopten un tratado internacional vinculante que aborde el poder y el impacto de las corporaciones transnacionales sobre los derechos humanos de millones de trabajadores y trabajadoras.

– Reclamando una reforma exhaustiva de las estructuras económicas internacionales para allanar el camino a procesos de toma de decisiones más democráticos e inclusivos, que den más prioridad al bienestar público y a los derechos humanos y las normas internacionales del trabajo que al beneficio privado.

Protegiendo y promoviendo el multilateralismo democrático para que nuestras instituciones reflejen la voluntad de los trabajadores de todos los países.

–  Acelerando el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible y una Agenda 2030 que beneficie a los trabajadores y las trabajadoras, en particular la adopción urgente de salarios mínimos vitales.

–  Concibiendo y avanzando en la adopción de una arquitectura fiscal justa, nuevos instrumentos financieros, impuestos justos y el alivio de la deuda, para trasladar los costes del progreso mundial a quienes más pueden permitírselo, en lugar de a quienes más sufren en la actualidad.

Empresas que socavan la democracia 2024

Empresas que socavan la democracia es un proyecto en curso que seguirá identificando a empresas líderes del mercado que contribuyen a las repercusiones adversas del poder corporativo en la democracia en el trabajo, en la sociedad y en las instituciones internacionales. Estas empresas han servido de plataforma o han financiado a fuerzas políticas autoritarias y de extrema derecha, y son objeto de denuncias y campañas activas por parte de sindicatos y movimientos sociales de todo el mundo. La lista se ha elaborado sobre la base de noticias, informes y estudios de dominio público, así como de consultas con diversos asociados, a saber:

– Para identificar la relación que existe entre el poder corporativo y los políticos de extrema derecha, la CSI colabora con la Internacional Reaccionaria y con The Autonomy Institute.

– Para hacer un seguimiento de la cooperación que mantienen las empresas con las organizaciones de trabajadores, la CSI consulta a sus asociados de la Agrupación Global Unions.

– Para conocer las violaciones de las empresas y las respuestas a las solicitudes de reparación, la CSI examina la información pública del Comité sobre el Capital de los Trabajadores, el rastreador de infracciones Good Jobs First Violations Tracker y las páginas sobre empresas del Business and Human Rights Resource Center.

Para comprender la influencia de los grupos de presión que utilizan las empresas, la CSI recurre, entre otros recursos, a los estudios del Transnational Institute.

1. Amazon.com, Inc.

2. Grupo Blackstone

3.  ExxonMobil

4.  Glencore

5.  Meta

6.  Tesla

7.  The Vanguard Group

Solo el principio

Aunque estas siete empresas figuran entre las que más atentan contra la democracia, no son en absoluto las únicas. Ya se trate de empresas estatales de China, Rusia o Arabia Saudí, de contratistas militares del sector privado o de empresas tecnológicas emergentes que incumplen la normativa, la CSI y sus socios seguirán identificando y rastreando a las empresas que socavan la democracia, así como los vínculos que mantienen con la extrema derecha.

La CSI considera que la causa fundamental de la crisis a la que se enfrenta la democracia es “la imperante economía mundial neoliberal controlada por corporaciones”. Esta tara fundamental se traduce en el bloqueo de políticas progresistas y en la consolidación de desigualdades en todo el mundo. Sin embargo, la reforma de las instituciones internacionales puede desempeñar un papel transformador en el desarrollo de un nuevo modelo económico que ofrezca un Nuevo Contrato Social para los trabajadores y las trabajadoras, en el que se garanticen empleos decentes, protección social, inclusión, igualdad, derechos laborales y salarios decentes. Esperamos que en el futuro las personas y el planeta resulten más importantes que los beneficios derivados de prácticas perversas. Pero esto solo se hará realidad si ganamos la lucha por la democracia en el trabajo, en la sociedad y en el seno de esas mismas instituciones internacionales.

Descubre cómo unirte hoy a la campaña Por la democracia.

Fuente: https://www.ituc-csi.org/corporate-underminers-of-democracy-es?lang=en