Este saludo, con tonada brasileña, es familiar para los argentinos. Viene de los pastores neopentecostales evangélicos de la Iglesia Universal del Reino de Dios, que hoy pregonan en programas de televisión y que congregan en ceremonias, en sus majestuosos templos, a miles de feligreses, como lo hacen en Brasil. Esta vertiente es la expresión de […]
Este saludo, con tonada brasileña, es familiar para los argentinos. Viene de los pastores neopentecostales evangélicos de la Iglesia Universal del Reino de Dios, que hoy pregonan en programas de televisión y que congregan en ceremonias, en sus majestuosos templos, a miles de feligreses, como lo hacen en Brasil.
Esta vertiente es la expresión de una recomprensión de la corriente evangélica Pentecostal, difundida por medio de campañas con el ofrecimiento de curaciones o despojos demoníacos a través de diversos medios de comunicación social. Su red en Brasil llega a 2.000 templos, con más de 10 mil pastores para unos 4 millones de fieles. A partir del módico precio de los diezmos de sus creyentes (incluso con fondos non sanctos, según acusaciones en ámbitos judiciales) esta iglesia devino en un imperio religioso que posee un Banco, dos periódicos, una revista, 30 emisoras de radio y una red televisiva centrada en la TV Récord, que se expande con 25 repetidoras a lo largo de Brasil, convirtiéndose en uno de los grupos evangélicos más importantes de ese país, lo que le permitió colocar a uno de sus miembros como vicepresidente de Lula (José Alencar) y consagrar una bancada de más de 30 diputados federales desde 1994. Esta congregación forma parte de los 24 millones de evangélicos pentecostales en Brasil, que paradójicamente convierte al mayor país católico del mundo, con 138 millones, en el que más seguidores de esa religión tiene.
Junto a la Universal Reino de Dios, iglesias como Asamblea de Dios o Renacer en Cristo están consiguiendo adeptos en Brasil de manera vertiginosa. En las últimas elecciones, los representantes de las 15 organizaciones evangélicas más importantes de Brasil dieron un respaldo clave a la elección de Dilma, aunque algunos pastores manifestaran su disidencia por temas como el aborto o el matrimonio igualitario, que son puntos que quedaron en agenda de la mandataria.
En definitiva, el protestantismo que llegó a Brasil a principios del siglo XVI y que no tuvo gran desarrollo, en parte por la represión católica, ahora se encuentra con un fuerte crecimiento, especialmente de las iglesias pentecostales, que representan el 69 por ciento del total de los evangélicos de Brasil, que ya se estima en unos 37 millones de fieles y que cálculos estadísticos pronostican que para 2045 el 50 por ciento de la población brasileña promulgará con religiones de cuño protestante. ¿Amén?
Ricardo Romero es politólogo UBA/Unsam
Fuente original: http://www.politicabrasileña.blogspot.com/