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En busca de la verdad

Fuentes: ALAI

Traducción para Rebelión por S. Seguí

Es el momento de establecer una Comisión de la Verdad que documente de una vez por todas las violaciones de los derechos humanos cometidas durante el período de la dictadura cívico-militar que asoló Brasil a partir del 1 de abril de 1964.

La Cámara de Diputados está tramitando un proyecto en esta dirección, pero dependerá de la movilización de la sociedad brasileña que llegue a ser realidad y no una simple farsa que a fin de cuentas no aclare realmente los hechos ocurridos durante la dictadura y que atentan contra la Humanidad.

Los sectores conservadores, con espacio reservado en el mercado de los medios de comunicación, como el diario O Globo, ya están tratando de todas las maneras posibles de inculcar en la opinión pública la idea de que también se debe investigar lo que hizo la izquierda desde 1964 a 1985. He ahí un argumento falso, que sólo sirve para desviar la atención de lo que se pide, es decir, la clarificación de todo lo que sucedió en el campo de la violación de los derechos humanos por parte del Estado de Brasil y que luego fue escondido bajo la alfombra.

La izquierda ya fue debidamente investigada, incluso por los sectores que hoy están tratando por todos los medios posibles de impedir que se conozca la verdad. Fue asimismo castigada, con asesinatos, detenciones, torturas y cancelaciones de mandatos de los representantes del pueblo que no contemporizaban con el poder.

Lo que queremos es también que en esta Comisión de la Verdad que está siendo valorada por los diputados haya espacio para la Memoria y la Justicia. Hay casos específicos, con testigos vivos, de hechos importantes que ayudarán a alcanzar la Verdad, con mayúscula.

Si funciona como se espera, la Comisión, aunque tarde, ayudará a desvelar muchos secretos, entre otros la participación de los servicios de inteligencia de países como Estados Unidos, en especial la CIA. Si alguien tiene dudas en este sentido, debe recordar la participación del agente estadounidense Dan Mitrione en la policía de Minas Gerais.

Para aquellos con poca memoria, diremos que Mitrione fue invitado a dar formación a la policía mineira por el entonces gobernador civil de ese estado, Magalhães Pinto. El agente de EE.UU. enseñó la práctica de la tortura a los represores brasileños. Con tanto éxito que llegó conseguir una medalla por los servicios prestados a la Policía de Minas Gerais.

Mitrione fue asesinado o ajusticiado -en función del punto de vista del hecho- en Montevideo, tras ser juzgado por el grupo armado uruguayo Tupamaros. Con esta ocasión, se pudo comprobar también la obtención por Mitrione de la medalla por los servicios prestados, otorgada por la policía mineira. Este hecho, relatado en la película Estado de Sitio, de Costa Gravas, un clásico del cine, sirvió a este grupo armado que lo descubrió para formarse un juicio sobre el agente.

Es muy importante recordar la presencia de Mitrione en Brasil ya que remite a la participación de la CIA aquí, un hecho que debe ser correctamente investigado y que también ayudará a aclarar al esclarecimiento oficial de las violaciónes de derechos humanos.

Por si hay dudas sobre la presencia de Mitrione en Belo Horizonte, una consulta a los diarios de la época mostrará cómo el agente de la CIA fue recibido con honores por la alta sociedad de dicha ciudad.

También hay testigos de que en los interrogatorios efectuados en el Cenimar (Servicio de Inteligencia de la Armada) estaban presentes agentes de habla inglesa, que podrían ser observadores o asesores de la tortura. Sea cual sea la participación de estos agentes, correspondería a una Comisión de la Verdad el esclarecimiento de estos hechos.

Varios ciudadanos brasileños, víctimas de la dictadura, que pasaron por el citado servicio de inteligencia, entre otros el profesor Luiz Alberto Moniz Bandeira, ahora residente en Alemania, pueden proporcionar información sobre los hechos vivenciados.

En el prefacio a la cuarta edición del libro Presença dos Estados Unidos no Brasil, publicado hace dos años, Moniz Bandeira confirma la presencia de dos agentes de la CIA cuando se encontraba detenido en la dependencia de la Armada. «En el pelotón del Cenimar que me detuvo en mi granja había un extranjero que afirmaba ser checo, pero en realidad era un estadounidense miembro la CIA. Esto me fue confirmado más tarde por un oficial de la Marina.»

Y Moniz Bandeira añade: «Cuando fui llevado preso al Cenimar vi a dos hombres que hablaban en inglés. No sé si eran oficiales. Estaban vestidos de civil, con camisa de manga corta como las que utilizan los americanos, y sólo podían pertenecer a la CIA. El Cenimar fue el único órgano de inteligencia que aceptó la colaboración de la CIA, durante el gobierno de Jango.(1)»

Moniz Bandeira es un destacado investigador y conoce a fondo las relaciones entre Brasil y Estados Unidos. Su testimonio en una Comisión de la Verdad sería de suma importancia y ayudaría a los brasileños a conocer con mayor precisión la participación de la CIA en la represión de los movimientos de oposición.

Esto es importante y, por supuesto, está en el contexto de la Comisión Nacional de la Verdad, a la que habría que añadir: Memoria y Justicia. Y para que eso suceda, permítanme repetirlo, es esencial que también la opinión pública exija que la verdad salga oficialmente a la luz, y se evite un acuerdo que impida ir al meollo de la cuestión. Además, ¿quién puede garantizar que la CIA no sigue activa por aquí y sigue incluso cooptando colaboradores?

(1) Jango era el apodo por el que se conocía al presidente electo João Goulart, depuesto por el golpe militar de 1964. (N. del t.)

Fuente original: http://alainet.org/active/48239