La descalificación de Rebelión como fuente autorizada por parte de los bibliotecarios de Wikipedia en español viene a envenenar aún más la lucha ideológica global. Yo uso Rebelión desde los primeros años de su aparición y la trato como a cualquier otra fuente, es decir, críticamente. Una fuente no es por definición «confiable» o «no-confiable» […]
La descalificación de Rebelión como fuente autorizada por parte de los bibliotecarios de Wikipedia en español viene a envenenar aún más la lucha ideológica global. Yo uso Rebelión desde los primeros años de su aparición y la trato como a cualquier otra fuente, es decir, críticamente. Una fuente no es por definición «confiable» o «no-confiable» si no en relación con lo que el que hace uso de la fuente (el autor del texto) quiere probar o ilustrar.
Una de las funciones de Rebelión a lo largo de los años ha sido la de servir de archivo y sistematizador del pensamiento alternativo, revolucionario y de izquierdas en el universo del habla hispana, tanto en cuanto a la producción original en esta lengua como en la traducción de materiales que se consideran importantes para un análisis del desarrollo político desde la perspectiva antes mencionada. Inclusive, hay muchos materiales que ya habrían desaparecido de la Red de no haber sido por la existencia de Rebelión. Sin embargo, esa función no es la única.
El argumento del usuario Drini <http://es.wikipedia.org/wiki/
La mala fé de Drini es evidente cuando se explaya en una crítica acerca de formas más o menos estrictas en el manejo de las fuentes haciéndola pasar como una crítica a Rebelión como fuente: Si encuentro en Rebelión un artículo de Salim Lamrani publicado por Granma en el que menciona declaraciones de Posada Carriles al Miami Herald, entonces iré a buscar el artículo del Granma y, si quiero fundamentar que lo que Lamrani escribe tiene base, entonces buscaré las declaraciones originales de Carriles. Ese es mi deber como periodista y no tiene nada que ver con la fiabilidad de Rebelión. De no haber sido por Rebelión en primer lugar, tal vez me habría sido imposible conocer lo que Salim Lamrani había escrito acerca de Posada Carriles debido a que dicha web funciona como uno de los registros más completos acerca de ese tipo de temas. En el caso de que la fuente original haya desaparecido – lo que ocurre a menudo en la Internet – todavía podré seguir citando el artículo de Lamrani publicado por Rebelión basado en la experiencia de varios años de que los materiales publicados allí 1) Existen, no son falsificaciones, y 2) han sido seleccionados para su publicación en base a ciertos estándares de calidad más o menos compartidos pero discernibles.
A Drini no le será difícil encontrar algún «pelo en la sopa», sobre todo teniendo en cuenta su tiempo disponible para hurgar en los archivos de la publicación. Siempre podrá mostrar algún artículo que no tiene el nivel acostumbrado o alguna traducción con deficiencias más o menos graves – esto no es extraño en una publicación que cubre el acontecer de todo el planeta con decenas de textos cada día. Sin embargo, lo que le va a ser difícil (por no decir imposible) es encontrar campañas sistemáticas de desinformación y ocultamiento de la realidad como por ejemplo las que realiza El País de España con respecto a Venezuela, Cuba, Bolivia, etcétera. A menudo podrá encontrar textos con posiciones divergentes entre sí e incluso ásperos debates sobre temas diversos. Da la impresión que según Drini, para clasificarse como fuente «respetable», Rebelión debería publicar textos que fuesen una versión «neutral» de una Wikipedia abstracta e idealizada. Ese el universo cognoscitivo de Drini: Una wikipedia que se nutre de sus propios textos, todos debidamente desinfectados de ideas «parcializadas» de izquierda. Aparte de lo insulso y aberrante de semejante imagen del universo, cabría preguntarse por la utilidad práctica de una enciclopedia virtual de ese tipo. Con semejante brújula, mejor guiarse por las estrellas…
Yo hago uso de Wikipedia, como todo el mundo. Pero, consciente de los intereses que existen y de los recursos que se invierten para influir en su orientación, soy aún más crítico con sus fuentes. De ser posible, comparo sus entradas en diversos idiomas, y jamás cito una información importante o juicio de valor basado en la autoridad de esa enciclopedia.
Jorge Capelán es periodista radicado en Suecia.