El banco central de Rusia permitió el viernes la octava «minidevaluación» del rublo en el mes, un día después de que el precio local del petróleo, la principal exportación del país, se acercara a los 30 dólares por barril, mínimo desde 2004.

La coincidencia del colapso de los precios del petróleo y de otras materias primas con la desaceleración económica global y una fuga de capitales de los mercados emergentes convirtió al rublo en una apuesta segura a la depreciación. Hace sólo seis meses, los mercados apostaban a su apreciación.

El banco central ya ha gastado más de 100 mil millones de dólares para defender a la moneda en los últimos cuatro meses y medio, con el objetivo de impedir una fuga bancaria y la propagación del pánico entre la población, que todavía recuerda amargamente las pérdidas de ahorros en la década de 1990.

Enfrentado a una economía que aparentemente se dirige a la primera recesión en una década, el Gobierno de Rusia emprendió un sendero de depreciaciones graduales hace seis meses para preservar las reservas que serían necesarias para respaldar a la economía real.