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Entrevista a Rafael Rico, periodista español radicado en Venezuela

«En Venezuela no existen leyes que vulneren la Declaración Universal de los Derechos Humanos»

Fuentes: Rebelión

Rafael Rico es periodista radicado desde hace años en Caracas (Venezuela). Tras las últimas polémicas surgidas entre el gobierno venezolano y el gobierno español, incluso con el dirigente del PSOE, Felipe González, nos gustaría conocer la realidad venezolana desde su punto de vista. -El presidente Maduro ha arremetido contra el gobierno español, ¿cuál ha sido […]


Rafael Rico es periodista radicado desde hace años en Caracas (Venezuela). Tras las últimas polémicas surgidas entre el gobierno venezolano y el gobierno español, incluso con el dirigente del PSOE, Felipe González, nos gustaría conocer la realidad venezolana desde su punto de vista.

-El presidente Maduro ha arremetido contra el gobierno español, ¿cuál ha sido la causa?

-El gobierno español constantemente critica al gobierno venezolano, con cualquier excusa, en este caso, pidiendo el respeto a los Derechos Humanos en Venezuela y la liberación de los llamados «Presos políticos». Hasta el punto que, el pasado mes de abril, el parlamento español exigió la liberación inmediata de los políticos venezolanos Leopoldo López y Antonio Ledezma.

Sin embargo, los llamados «presos políticos»en realidad son políticos presos no por su opinión o posición política, sino por haber cometido delitos que bajo las mismas leyes españolas estarían severamente castigados.

Leopoldo López, líder del partido Voluntad Popular, al igual que Daniel Ceballos, que fue alcalde del municipio San Cristobal, son acusados de organizar y promover los hechos violentos de febrero y marzo del año 2014, cuyo resultado fue 43 muertos en las calles venezolanas.

Esos mismos políticos españoles que ahora se dan golpes de pecho por los derechos humanos en Venezuela, en el Reino de España, las acciones callejeras en las calles españolas, mucho más suaves que las ocurridas en Venezuela, las que llaman «Kale Borroka», las condenan y sancionan enérgicamente, con dureza y dramatismo en los medios.

En Febrero de 2014, cuando el Presidente Maduro comenzó un proceso de diálogo con los sectores más democráticos de la oposición venezolana, Leopolodo López, junto con otros políticos de la ultraderecha venezolana, dictaron un llamado a la violencia en las calles venezolanas, organizando una operación que llamaron «La Salida».

El objetivo de «La Salida» era forzar al Presidente Maduro a que abandonara la presidencia de la República apenas dos meses después de una clara victoria electoral de las fuerzas bolivarianas en las elecciones municipales. No se trataba, por tanto, de una mera protesta callejera, pacífica, democrática y espontánea, consecuencia del malestar ciudadano por las políticas erráticas del gobierno bolivariano, sino que perseguían desestabilizar al gobierno por medio de acciones de calle acompañadas de una fuerte campaña de propaganda en todos los medios comerciales.

Respecto a la posición española de todas estas campañas antidemocráticas de desestabilización, el gobierno bolivariano no tolera el auténtico cinismo al acusarlo en materia de Derechos Humanos con los mismos votos de los diputados españoles que en ese mismo parlamento semanas antes aprobó la Ley de Seguridad Ciudadana que es un auténtico atropello en materia de Derechos Humanos.

Este cinismo pone de manifiesto los verdaderos intereses españoles que hay detrás de esta condena a los «Derechos Humanos»: apropiarse de la mayor reserva de petróleo del mundo apoyando a la oposición venezolana para que tome el poder. Es decir, a los políticos españoles no les interesan los Derechos Humanos, lo que les interesan son los derechos petroleros.

-¿Y que ha sucedido con el ex presidente Felipe González?

-Realmente desconocíamos que a Felipe González también le interesaran tanto los Derechos Humanos en Venezuela, cuando en su propio país nunca ha denunciado las graves acusaciones de organismos internacionales contra el Reino de España en materia de Derechos Humanos o las leyes represoras que una y otra vez ha sacado el gobierno del PP, y su propio partido cuando ha gobernado, en materia ciudadana y medios de comunicación, además, recordemos, que durante los 14 años del gobierno que presidió estuvo involucrado en casos tan siniestros como los GAL, Grupos Antiterroristas de Liberación. Está claro que lo que mueve al señor González son otros intereses.

En 1983 el gobierno de Felipe González expropió Rumasa. Rumasa era propietaria de los grandes almacenes llamados Galerías Preciados que el gobierno de González vendió por unos 9 millones de Euros al magnate venezolano Gustavo Cisneros, una de las mayores fortunas de latinoamercia y del mundo. Cisneros era, y sigue siéndolo, amigo personal de Felipe González, al igual que Carlos Andrés Pérez que era presidente de Venezuela en aquellos años. 3 años después de la venta por 9 millones de euros, Gustavo Cisneros vendió Galerías Preciados por 180 millones de Euros. Multiplicó su valor por 20: un estupendo negocio, un pelotazo que fue el principio de una magnífica amistad que sigue viva hoy en día ahora que González está sumamente preocupado por «los derechos humanos».

El vínculo y la luna de miel de Felipe González con Venezuela fue constante durante varios años hasta que fue interrumpida con la llegada de Hugo Chávez a la presidencia de Venezuela.

Desde los primeros años de su mandato, el gobierno de Chávez puso freno a los abusos de las grandes corporaciones en su país, entre ellos, al Grupo PRISA. El Grupo PRISA, bajo gobiernos del PSOE, hizo grandes negocios en Latinoamérica, a través de Santillana, con Fondos de Ayuda al Desarrollo en un total de 22 países. Con prácticas como la condonación de la deuda de los países empobrecidos a cambio de las inversiones en libros y material educativo. Además, el Grupo PRISA compartió negocios e intereses con el Grupo Cisneros, en conglomerados mediáticos, plataformas audiovisuales, televisiones, radios y prensa.

Cuando Felipe González deja el gobierno español se convierte en asesor (lobista) de distintos grupos económicos internacionales, entre ellos, Carlos Slim, como saben magnate Méxicano, amigo de Cisneros y uno de los hombres más ricos del planeta. Uno de estos Lobbies fue el intento de compra en 2006 de la CanTV, la telefónica venezolana que entonces estaba en manos privadas. Verizon tenía el 30% de las acciones de la telefónica y Carlos Slim quería comprarlas. Felipe González vino a Venezuela, se sentó durante más de 4 horas con Chávez en Miraflores para intentar negociar la compra de ese paquete accionarial de CanTV para Slim, Chávez no aceptó la venta y decidió nacionalizar la CanTV.

Desde entonces Felipe González no ha dejado de dar vueltas entorno a Venezuela y, por supuesto, atacando al gobierno. Los Derechos Humanos pueden ser una buena razón para posicionarse políticamente defendiendo intereses empresariales esperando la salida de las fuerzas bolivarianas del poder.

El inmenso conglomerado de empresas públicas que pudieran ser privatizadas van desde Petróleos Venezuela PDVSA, que sería vendida por partes con la m ayor reserva petrolera del mundo, empresas del gas natural, la telefónica CanTV que Carlos Slim aún tiene en la mira, empresas públicas de producción de papel, vídreo, el sector bancario público que tiene el 60% del mercado bancario, empresas de producción públicas de lácteos, todas las empresas eléctricas, todas las cementeras, productoras de café, productoras de fertilizantes, la inmensa corporación de empresas mineras, siderúrgicas, aluminios, oro, cadenas de supermercados públicos y un impresionante y larguísmo etcétera.

Toda esta inmensa fortuna en empresas públicas, está siendo acechada por m agnates de todos los sectores económicos, políticos, lobistas, oportunistas y personajes internacionales de todos los pelajes que están olisqueando y dando vueltas esperando la gran tómbola privatizadora, mientras inundan la prensa con sus «preocupaciones» por los derechos humanos.

Cuando caiga el actual gobierno, si la derecha tomara el poder, comenzaría la gran ola privatizadora y se lanzarán como rapiñas toda esta fauna que merodea Venezuela. Será interesante ver qué dicen personajes como Felipe González sobre los derechos humanos.

Ya en 1989, bajo el gobierno de Carlos Andrés Pérez, cuando la Venezuela de entonces era complaciente con las corporaciones internacionales, hubo un alzamiento popular en las hambrientas calles venezolanas, por las medidas económicas dictadas por el FMI, llamado «el Caracazo». El entonces Presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez, declaró el estado de excepción, suspendió las garantías y sacó el ejército a las calles con la orden inflexible de disparar y reprimir la protestas. El resultado fue de 3000 asesinados por la brutal represión del gobierno venezolano en solo unos días. Felipe González llamó a Carlos Andrés Pérez y le ofreció 600 millones de dólares para «ayudarle en esos críticos momentos».

-Venezuela también ha sido noticia por la declaración del presidente Obama de ser un peligro para la seguridad estadounidense. ¿Por qué?

-Obama firmó el pasado marzo una orden ejecutiva que declaraba a su país en «emergencia nacional» por considerar a Venezuela una «amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y a la política exterior de Estados Unidos».

Esta orden ejecutiva se trata de una categoría legal que permite «Poderes Económicos de Emergencia». Cuando un país es declarado «amenaza a la Seguridad Nacional» de EEUU, se activan una serie de atribuciones legales para el presidente de Estados Unidos que le permite aplicar sanciones contra personas o países más allá de lo aprobado por el Congreso, establecer restricciones y prohibiciones comerciales, financieras y confiscación de los activos de esos países que se encuentren en jurisdicción estadounidense.

En realidad, es una medida más de presión del gobierno de EEUU para que el gobierno de Maduro abandone el poder y deje paso a un gobierno «amigo» de las políticas norteamericanas.

Es cierto que la declaración de «emergencia nacional» ha precedido a intervenciones militares como las de Irak, Afganistán, Liberia, Libia, Sierra Leona o República Federal Yugoslava, sin embargo, desde 1976 se han declarado 53 «emergencias nacionales» y no todas han terminado en intervenciones militares. Todo apunta a que, en el caso venezolano, lo que pretende el gobierno norteamericano es aplicar medidas económicas de presión, sancionar y perseguir a algunos altos funcionarios del gobierno Bolivariano pero no se contempla, en principio, una intervención militar directa.

-Desde los medios de comunicación se nos informa de un régimen dictatorial. ¿Es cierto?

-Un régimen dictatorial tiene leyes dictatoriales que restringen las libertades convenidas en organismos internacionales o recogidas en convenios como la Declaración Universal de Derechos Humanos. En Venezuela no existen leyes que vulneren estos principios. Lejos de la imagen que tratan de fabricar los medios comerciales, las leyes venezolanas no castigan a nadie por cómo piensa, por su ideología y, ni mucho menos, por razones de raza, sexo, creencias, costumbres o preferencias sexuales. No existe una política de Estado que consista en la exterminación ideológica de la otra parte.

Indudablemente, existe una fuerte confrontación política muy polarizada de las dos partes del país. Es un país fuertemente polarizado políticamente y una sociedad con grandes niveles de violencia.

Venezuela está situada geográficamente en plena ruta del narcotráfico. Estas grandes rutas parten de los países productores de cocaína, Perú y Colombia, hacia los grandes consumidores mundiales de cocaína, Europa y Estados Unidos. Venezuela es la puerta al Caribe y la salida al Atlántico del tráfico de drogas. Eso genera grandes redes organizadas de narcotráfico y, en esos mismos canales de la droga, un fuerte mercado de armas desde EEUU que surte a las bandas de narcotraficantes. El fenómeno del narcotráfico inunda toda la región de Sudamérica, Centroamérica y el Caribe de armas y la convierten en la región más violenta del mundo sin haber conflictos armados declarados, aparte del colombiano.

Venezuela, como todos los países de la región, está fuertemente armado. Además, la sociedad viene arrastrando históricamente graves problemas de marginalidad que se trufan con la falta de oportunidades, violencia y armas. En este contexto, una simple discusión de tráfico puede desembocar en un tiroreto. Esta violencia evidentemente se traslada al ámbito político donde el ambiente, además, está muy caldeado por los medios de comunicación nacionales e internacionales participando y propiciando un clima desestabilizador.

Hay dos visiones de país enfrentadas que tienen que ver con la estructura social venezolana: los sectores más acomodados, A, B y parte del C, que se identifican con la oposición y los sectores más desfavorecidos, D y E, que apoyan mayoritariamente a los gobiernos bolivarianos.

Existe, por tanto, un caldo de cultivo para la violencia en lo político. Es realmente difícil para el gobierno bolivariano, en este ardiente y explosivo entorno político, tratar de controlar las fuerzas de seguridad para que no se excedan cuando tratan de neutralizar acciones muy violentas, extremadamente violentas, de los sectores de la oposición más radicales.

Realmente ha habido atropellos a los DDHH de las fuerzas de seguridad del Estado, es muy difícil controlar estos atropellos en este complejo contexto político, pero no son órdenes del Estado ni se trata de una línea política de represión dictada por el gobierno, como sería en el caso de un gobierno dictatorial, sino consecuencia de este complejo contexto de violencia e inseguridad en un entorno político fuertemente polarizado.

Por supuesto que todos los excesos policiales deben de ser denunciados e investigados, y se están investigando, como corresponde a un gobierno democrático. Además, varios funcionarios de las fuerzas de seguridad del Estado están siendo investigados y algunos están presos por sus excesos en estas acciones represivas que no son parte de la política del gobierno bolivariano.

No es necesario que gobiernos con intereses económicos, organizaciones internacionales financiadas por centros de poder o políticos de dudosas intenciones intervengan. Aunque se agradece que todas estas voces acompañadas de los grandes medios de comunicación ahora tengan tanto interés en el respeto de los Derechos Humanos en Latinoamérica después de décadas de silencio, complicidades e incluso participación activa y directa en atropellos atroces que han padecido los pueblos latinoamericanos.

-Y de la detención de dirigentes opositores como el alcalde de Caracas…

-Antonio Ledezma, el alcalde de Caracas, está siendo investigado por participar en la organización de acciones violentas contra el gobierno. Existen varios vídeos donde grupos armados, que involucran a Ledezma, manifiestan su intención de atentar contra edificaciones públicas y privadas, con el fin de causar alarma y caos en el país.

Ledezma de por sí posee un pasado nada modélico en cuanto a Derechos Humanos: es uno de los funcionarios del Estado que reúne más cargos judiciales por asesinatos y heridos en las calles de Caracas, desde 1992. Por ejemplo, siendo Gobernador del Distrito Federal en 1992, de Caracas, fue acusado formalmente por la represión masiva contra estudiantes y periodistas de la Policía Metropolitana que estaba a su cargo. Además, durante los hechos del Golpe de Estado de abril de 2002 fue uno de los políticos más activos en promover el Golpe. Desde entonces, ha estado involucrado en la organización de distintos planes y acciones violentas de calle contra el gobierno venezolano.

-Los niveles de violencia son de los mas altos en Latinoamérica.

-Venezuela, en 2013, estaba entre los cinco países más violentos del mundo, si utilizamos el indicador de número de homicidios por cada 100 mil habitantes. En 1999, antes de la llegada a la Presidencia de Hugo Chávez, ya estaba entre los 7 primeros más violentos. Si observamos los 20 primeros países más violentos, la mayoría pertenece a la región sudamericana, centroamericana y caribeña.

Venezuela no es el más violento de la región, países de Centroamérica tienen similares e incluso mayores índices de violencia, y, aunque sí es de los más violentos, existe una utilización política y mediática para desprestigiar al gobierno bolivariano. En los medios apenas se habla, por ejemplo, de los niveles de violencia en Honduras, pero es frecuente encontrar reportajes sobre la violencia en Venezuela que se empeñan en relacionarla con su proceso político.

Como apuntaba anteriormente, la violencia es un problema regional consecuencia de las redes de narcotráfico: los grandes productores de cocaína del mundo, Perú y Colombia, surten de cocaína a los grandes consumidores mundiales, EEUU y Europa. Mientras que por esas mismas rutas de narcotráfico, EEUU con su inmensa industria armamentística, surte de armas a las bandas de narcotraficantes e inunda la región de muerte y violencia.

Evidentemente, los gobiernos, dentro de este panorama regional, tienen margen de maniobra para, al menos, bajar los índices de criminalidad. El gobierno venezolano no ha estado acertado en la aplicación de planes de seguridad ciudadana. Han hecho y deshecho decenas de planes fracasados, no han afrontado eficientemente el problema del desarme, de la marginalidad, de la institucionalización de los sectores marginales, con cárceles masificadas, fuerzas de seguridad mal entrenadas, mal pagadas y plagadas de corrupción, sin planes a largo plazo y un largo etcétera de errores que no han permitido atenuar esta gravísima y dolorosa tragedia que azota a toda la región.

-¿Y que hay de cierto en el desabastecimiento de productos básicos de consumo?

-Sí que existe un grave problema de falta de abastecimiento de productos básicos, alimentos y medicinas, acompañados de una fuerte inflación que golpea fuertemente a los sectores populares venezolanos.

Desde la muerte de Hugo Chávez, la población venezolana ha estado sufriendo cada vez más dificultades para encontrar productos básicos, alimentación, higiene y medicinas. Una gran parte de estos productos tienen precios regulados, para tratar de frenar una inflación disparada y que la población más desfavorecida acuse menos la inestabilidad económica, pero los ciudadanos deben soportar largas colas durante horas para adquirir estos productos regulados. Estos productos regulados se revenden en los vendedores ambulantes por 4 o 5 veces el precio regulado.

Este sistema económico distorsionado de productos regulados, falta de producción nacional, exceso de importaciones, control cambiario ineficiente, falta de divisas para la importación y funcionarios corruptos, ha generado una enorme red de contrabando de productos básicos difícil de controlar.

El gobierno lo explica como parte de una guerra económica de la burguesía contra el gobierno revolucionario, la oposición culpa al gobierno por ineficiente y corrupto y los sectores populares fuertemente golpeados son las víctimas de una crisis económica inexplicable. En esta situación, de una «Guerra Económica» que no termina de ganarse y una inseguridad incontrolada e insoportable, el gobierno de Maduro cada vez pierde más apoyos incluso entre los sectores históricamente Chavistas. Están apareciendo, dentro del Chavismo, movimientos políticos que se alejan del actual gobierno venezolano y que probablemente jueguen su papel en el panorama político para los próximos años.

-¿Es cierto que Venezuela es víctima de un acoso por parte de la comunidad internacional como lo fue en su momento Cuba?

-Es evidente que sí pero por razones algo diferentes. Mientras que Cuba fue desacreditada por motivos principalmente ideológicos, por el temor a que el socialismo se extendiera por la región, Venezuela está siendo atacada principalmente para tratar de acabar con un gobierno que impide a las grandes corporaciones apoderarse de sus recursos petroleros. Como sabemos, los grupos mediáticos son tentáculos de las grandes corporaciones económicas y bombean sin descanso propaganda contra gobiernos que no les son favorables a sus intereses empresariales.

-¿Y que piensas del sistema venezolano como vía para alcanzar el socialismo?

-Es una pregunta difícil de contestar en unas pocas líneas pero empezaría por preguntarme cuál es el sistema venezolano y si realmente está siendo acertado en la búsqueda al socialismo. Desde luego, hay mucho que analizar de la experiencia bolivariana, de la lucha de los venezolanos y venezolanas por el socialismo y de la Revolución Bolivariana. El proceso que impulsó Chávez nace en los días más oscuros del socialismo mundial de finales del siglo XX, Chávez volvió a levantar las banderas rojas del socialismo, inundó las calles de rojo y llenó a los pueblos de esperanza. Es una hazaña que ya ha quedado inscrita en la historia de los movimientos revolucionarios, con sus aciertos y desatinos. Pero lo que más preocupa y debería aterrar a la izquierda revolucionaria internacional, viendo la deriva del gobierno venezolano, no es cuándo terminará el proceso bolivariano sino cómo y por qué terminará el proceso bolivariano.

Esta entrevista es una versión ampliada de la realizada para el periódico vecinal «Vicálvaro Distrito 19» de Madrid. http://www.distrito19.org

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.