La Ronda de Doha entró en una fase de negociaciones consumadas, describió una fuente de ese ámbito al resumir el estado de las discusiones sostenidas durante las últimas semanas en la Organización Mundial del Comercio (OMC). La interpretación de sectores allegados a la secretaría general de la OMC explica que, después de la brusca suspensión […]
La Ronda de Doha entró en una fase de negociaciones consumadas, describió una fuente de ese ámbito al resumir el estado de las discusiones sostenidas durante las últimas semanas en la Organización Mundial del Comercio (OMC).
La interpretación de sectores allegados a la secretaría general de la OMC explica que, después de la brusca suspensión de las negociaciones acaecida a fines de julio y luego de un período de inactividad, el proceso ha ingresado en una etapa más acabada de las tratativas multilaterales.
En apoyo de esa visión, el director general de la OMC, Pascal Lamy, sostuvo este miércoles que las condiciones políticas son ahora más favorables para la conclusión de la ronda de lo que han sido durante mucho tiempo.
Sin embargo, negociadores de países en desarrollo consultados por IPS dijeron que el estado de las discusiones no ha variado prácticamente desde el fracaso de julio.
Las fuentes de países del Sur destacaron que el único suceso último registrado en la Ronda de Doha ha sido la manifestación política en favor de la reanudación de las negociaciones que formularon el 8 de este mes los presidentes George W. Bush, de Estados Unidos, y José Manuel Durao Barroso, de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la Unión Europea (UE).
En esa fecha, Bush y Durao Barroso encomendaron a sus funcionarios especializados, la representante comercial de Estados Unidos, Susan Schwab, y el comisario de Comercio de la UE, Peter Mandelson, que revivificaran las alicaídas negociaciones.
Las afanosas diligencias de Schwab y Mandelson, como también de Lamy, crearon en las últimas semanas la idea de que algo estaba ocurriendo en las negociaciones, comentaron las fuentes.
Esa impresión se fortaleció con la reunión de ministros de 24 de los 150 miembros de la OMC. Los funcionarios se congregaron el último fin de semana en Davos, la estación invernal suiza donde sesiona cada año el Foro Económico Mundial, que reúne a la elite financiera y gobernante mundial.
Pero de la reunión de Davos, convocada por el gobierno de Suiza, surgió un documento de apoyo a la Ronda de Doha con un texto que en nada difiere de las declaraciones oficiales emitidas por las reuniones similares de ministros realizadas en el mismo lugar en los últimos tres años, aseguraron los negociadores.
En consecuencia, el único rasgo saliente de esta etapa ha sido la voluntad política de reanimar las negociaciones expresadas por las dos potencias comerciales, insistieron.
Pero, al mismo tiempo, persiste la ausencia de iniciativas precisas, los números, que pueden sacar las negociaciones del estancamiento, dijeron.
En las últimas semanas, distintas fuentes divulgaron presuntas ofertas concretas de las dos potencias negociadoras para destrabar las discusiones. Pero Schwab ha negado que su país esté negociando cifras de la disminución de su proteccionismo comercial.
De todos modos, las actividades se reanudarán en la OMC a partir de la próxima semana, cuando la institución examine de manera formal el llamado que Lamy dirigió este miércoles a los jefes de misión de los países miembros para que retornen de lleno a las negociaciones.
Tanto Lamy como el resto de los negociadores que respaldaron la reanudación de las conversaciones evitaron mencionar plazos para la culminación del proceso.
La Ronda de Doha ha dejado atrás numerosos términos incumplidos, como ocurrió con la fracasada quinta conferencia ministerial de la OMC, realizada en septiembre de 2003 en el sudoriental balneario mexicano de Cancún.
Los negociadores eluden los plazos, pero no pueden impedir que las negociaciones dependan de las fechas y el orden de otros sucesos, como por ejemplo el vencimiento de la Autoridad de Promoción Comercial, la disposición legislativa que en Estados Unidos autoriza al gobierno a refrendar tratados comerciales sin aprobación detallada del Congreso.
El presidente Bush solicitó de manera formal este miércoles al Congreso, donde ahora predomina una mayoría del opositor Partido Demócrata, una prorroga de esa facultad para concertar acuerdos comerciales pues la autorización vigente vence a fines de junio.
Otro evento determinante que puede influir en la marcha de las negociaciones serán las elecciones presidenciales en Francia, que se realizarán el 29 de abril, que de ser necesario se complementarán en una segunda vuelta el 13 de mayo.
La consulta en Francia adquiere trascendencia porque ese país es uno de los más irreductibles opositores a toda concesión de la UE en la apertura de sus mercados agrícolas.
Y también penden sobre la marcha de la Ronda de Doha las elecciones presidenciales estadounidenses, que se celebrarán en noviembre de 2008.
Por lo pronto, la delegación estadounidense explicó de manera pormenorizada a los jefes de de misiones ante la OMC, cómo se desarrolla el proceso de aprobación de la Autoridad de Promoción Comercial.
Un negociador latinoamericano comentó a IPS que esa exposición de Estados Unidos «insinuó entrelíneas que para obtener la tal autorización del Congreso necesita saber cuáles serán los números de la negociación de Doha».
La Ronda de Doha fue lanzada, en la capital de Qatar, en noviembre de 2001, con el objetivo de profundizar la apertura de los mercados de varios sectores comerciales, como la agricultura, los servicios y los bienes industriales.
En apoyo de esa visión, el director general de la OMC, Pascal Lamy, sostuvo este miércoles que las condiciones políticas son ahora más favorables para la conclusión de la ronda de lo que han sido durante mucho tiempo.
Sin embargo, negociadores de países en desarrollo consultados por IPS dijeron que el estado de las discusiones no ha variado prácticamente desde el fracaso de julio.
Las fuentes de países del Sur destacaron que el único suceso último registrado en la Ronda de Doha ha sido la manifestación política en favor de la reanudación de las negociaciones que formularon el 8 de este mes los presidentes George W. Bush, de Estados Unidos, y José Manuel Durao Barroso, de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la Unión Europea (UE).
En esa fecha, Bush y Durao Barroso encomendaron a sus funcionarios especializados, la representante comercial de Estados Unidos, Susan Schwab, y el comisario de Comercio de la UE, Peter Mandelson, que revivificaran las alicaídas negociaciones.
Las afanosas diligencias de Schwab y Mandelson, como también de Lamy, crearon en las últimas semanas la idea de que algo estaba ocurriendo en las negociaciones, comentaron las fuentes.
Esa impresión se fortaleció con la reunión de ministros de 24 de los 150 miembros de la OMC. Los funcionarios se congregaron el último fin de semana en Davos, la estación invernal suiza donde sesiona cada año el Foro Económico Mundial, que reúne a la elite financiera y gobernante mundial.
Pero de la reunión de Davos, convocada por el gobierno de Suiza, surgió un documento de apoyo a la Ronda de Doha con un texto que en nada difiere de las declaraciones oficiales emitidas por las reuniones similares de ministros realizadas en el mismo lugar en los últimos tres años, aseguraron los negociadores.
En consecuencia, el único rasgo saliente de esta etapa ha sido la voluntad política de reanimar las negociaciones expresadas por las dos potencias comerciales, insistieron.
Pero, al mismo tiempo, persiste la ausencia de iniciativas precisas, los números, que pueden sacar las negociaciones del estancamiento, dijeron.
En las últimas semanas, distintas fuentes divulgaron presuntas ofertas concretas de las dos potencias negociadoras para destrabar las discusiones. Pero Schwab ha negado que su país esté negociando cifras de la disminución de su proteccionismo comercial.
De todos modos, las actividades se reanudarán en la OMC a partir de la próxima semana, cuando la institución examine de manera formal el llamado que Lamy dirigió este miércoles a los jefes de misión de los países miembros para que retornen de lleno a las negociaciones.
Tanto Lamy como el resto de los negociadores que respaldaron la reanudación de las conversaciones evitaron mencionar plazos para la culminación del proceso.
La Ronda de Doha ha dejado atrás numerosos términos incumplidos, como ocurrió con la fracasada quinta conferencia ministerial de la OMC, realizada en septiembre de 2003 en el sudoriental balneario mexicano de Cancún.
Los negociadores eluden los plazos, pero no pueden impedir que las negociaciones dependan de las fechas y el orden de otros sucesos, como por ejemplo el vencimiento de la Autoridad de Promoción Comercial, la disposición legislativa que en Estados Unidos autoriza al gobierno a refrendar tratados comerciales sin aprobación detallada del Congreso.
El presidente Bush solicitó de manera formal este miércoles al Congreso, donde ahora predomina una mayoría del opositor Partido Demócrata, una prorroga de esa facultad para concertar acuerdos comerciales pues la autorización vigente vence a fines de junio.
Otro evento determinante que puede influir en la marcha de las negociaciones serán las elecciones presidenciales en Francia, que se realizarán el 29 de abril, que de ser necesario se complementarán en una segunda vuelta el 13 de mayo.
La consulta en Francia adquiere trascendencia porque ese país es uno de los más irreductibles opositores a toda concesión de la UE en la apertura de sus mercados agrícolas.
Y también penden sobre la marcha de la Ronda de Doha las elecciones presidenciales estadounidenses, que se celebrarán en noviembre de 2008.
Por lo pronto, la delegación estadounidense explicó de manera pormenorizada a los jefes de de misiones ante la OMC, cómo se desarrolla el proceso de aprobación de la Autoridad de Promoción Comercial.
Un negociador latinoamericano comentó a IPS que esa exposición de Estados Unidos «insinuó entrelíneas que para obtener la tal autorización del Congreso necesita saber cuáles serán los números de la negociación de Doha».
La Ronda de Doha fue lanzada, en la capital de Qatar, en noviembre de 2001, con el objetivo de profundizar la apertura de los mercados de varios sectores comerciales, como la agricultura, los servicios y los bienes industriales.