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Entrevista a Nicolás González Varela sobre Friedrich Engels y la edición de Engels antes de Marx (I)

«Engels fue un precoz y genial filósofo autodidacta»

Fuentes: El viejo topo

Nicolás González Varela estudió Filosofía en la Universidad de Buenos Aires, donde ejerció como Profesor en Ciencias Políticas y de Extensión Universitaria.

Ensayista en revistas como Babel, Crisis, El Viejo Topo, Polvo, en los diarios Perfil y La Nación de  Buenos Aires. Asimismo fue editor en editoriales como Folios, EUDEBA y Manantial, tradujo un amplio campo de autores (Heidegger, Graves, Engels, Marx, Pessoa, entre otros). Muchos de sus materiales circulan gratuitamente por la red, desde temas filosóficos, políticos e históricos a ensayos sobre cine y fútbol. Entre sus publicaciones destacadas, tenemos dos extensos libros, Nietzsche contra la democracia. El pensamiento político de Friedrich Nietzsche (1862-1872) y Heidegger. Nazismo y política del ser, ambos publicados por Montesinos. También tradujo y estuvo a cargo del cuidado de edición del Cuaderno Spinoza y Cuaderno sobre el suicidio ambos inéditos de Marx en español y una antología de textos políticos inéditos de Fernando Pessoa Fernando Pessoa: Política y Profecía. Escritos políticos 1919-1935.

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Revolucionario, amigo de Marx, escritor, filósofo, coautor del Manifiesto Comunista, periodista en ocasiones, fundador de la I Internacional, empresario e hijo de empresarios… ¿Quién fue Engels?

Tenemos un expediente criminal lombrosiano de la atenta Polizei de Colonia: “Nombre: Friedrich Engels. Profesión: comerciante. Lugar de nacimiento: Barmen. Religión: luterano. Estatura: 1,70 m. Cabello y cejas: rubio oscuro. Frente: normal. Ojos: grises. Nariz y boca: proporcionados. Dentadura: buena. Barba: castaña. Mentón y cara ovalados. Tez sana. Constitución: esbelta”. Si Marx nos es parcialmente desconocido, recién estamos descubriendo muchos inéditos y datos oscuros de su biografía, el caso de Engels es quizá mucho peor: es considerado como un mero “segundo violín” de manera supersticiosa por cierta parte de la marxología oficial y por él mismo desde la muerte de Marx, en un caso extremo de autosacrificio; además, irónicamente, es considerado como actor indispensable, pero fatalmente secundario, por muchos de sus detractores y oponentes filosóficos-políticos. Por ello el conocimiento de su obra fue asumida como no decisiva, marginal e ilustrativa, y esta violencia interpretativa se plasmó en la misma política editorial. La autoinmolación espiritual y física de Engels (exigió la cremación de su cuerpo y el esparcimiento de sus cenizas en el mar) terminó encarnándose en la propia recepción. Tanto su biografía como sus “primeros materiales” quedaron condenados de antemano al vuelo de pájaro o la curiosidad del archivista. No sabemos bien todavía, en el momento de su bicentenario, “quién” era Engels. Y este volumen de textos inéditos, previos al encuentro mítico con Marx en París en 1844, nos permitirá, con plena justicia hermenéutica, recomponer su figura. Si queremos saber “quién” era el auténtico Engels, para entender el venidero que tú señalas, un Engels autónomo y sin el ensombrecimiento de Marx, debemos encontrarlo entre los años 1838 y 1844, incluso lo extendería hasta el año 1846, en su práctica y en su teoría. Le estamos dando la posibilidad de una resurrección, que Engels vuelva a ser Engels. Estos escritos, la mayoría desconocidos para el público de lengua española, perfilan un Engels atípico a la leyenda historiográfica: un precoz y genial filósofo autodidacta, de gran intuición teórica, políglota asombroso y un militante revolucionario convencido desde muy joven, que quema etapas ideológicas de decenios en meses.

Políglota asombroso… ¿Qué idiomas llegó a conocer Engels a lo largo de su vida?

En esta altura de su vida, Engels maneja, como puede verse en sus textos y en su correspondencia, al menos tres idiomas “vivos” (¡español!, francés e inglés) y dos “muertos” (griego y latín), de los que adoraba exhibir y usar.

Si no ando errado, llegó a manejarse también en catalán (entre otros idiomas que hay que sumar a los anteriores). Aunque ya lo has comentado en parte, permíteme insistir: ¿ha sido la izquierda suficientemente justa con Engels? ¿No se han subvalorado un poco o un mucho sus aportaciones ante la obra descomunal de su amigo Marx?

La leyenda del Gran Hombre acompañado de su fiel escudero, el junior partner Friedrich, se impuso negativamente, como una losa hermenéutica, sobre su propia obra desde 1895. Y finalmente se sumó a esta hipoteca la grosera codificación del Dia Mat en fórmulas jesuíticas. Aquí podrá el lector comprobar, leyéndolo sin intermediarios, la perversidad de la teleología en lo biográfico. Este volumen así lo atestigua. Engels es más precoz y brillante que Marx: ya publicaba en 1838, con 19 años. Marx recién pudo publicar en 1841, a los 23 años. A esa edad Engels ya era un columnista habitual de la revista de la izquierda progresista más importante en lengua alemana, colaborador de diarios locales y regionales, y había llegado a conclusiones casi comunistas rápidamente. Engels tiene la capacidad de enfrentarse con el filósofo vivo más importante de la época, hablo nada menos que del amigo de Hegel, creador del concepto de Absoluto, Schelling, sin haber podido siquiera terminar la escuela secundaria por decisión de su familia. En esa época, 1841, Marx está apenas escribiendo su tesis doctoral y cuadernos de resúmenes, como el de Spinoza que pudimos editar en español. Otro ejemplo: Engels llegaría a la idea del proletariado, como sujeto central revolucionario a partir de las condiciones del Capitalismo moderno, casi un año antes que Marx. Y a esto hay que sumarle −por eso hay que hablar de una autodidacta genial− su escaso capital cultural familiar inicial, en comparación con Marx, por lo que su propio proceso de formación fue más tortuoso e indirecto. Estoy de acuerdo contigo en esta cuestión.   

Sin haber podido siquiera terminar la escuela secundaria, decías. ¿No tuvo Engels títulos universitarios?

No, en absoluto. No pudo ingresar a la universidad, pese a las recomendaciones de sus profesores. Aquí podemos ver el instinto del genio: su familia lo retiró de la escuela secundaria un año antes de finalizar, para formarlo “empresarialmente” en Bremen.

De sus ensayos y artículos, ¿qué aconsejarías para iniciar el estudio de su obra?

De esta etapa poco conocida, recomendaría al lector sus vívidas “Cartas de Wuppertal”, jovencísima mirada de crítica social y de la vida cotidiana sobre su propia patria chica, su artículo plenamente anti-nacionalista sobre Ernst Moritz Arndt, cualquiera de sus folletos contra Schelling, el divertido poema satírico sobre la represión de la izquierda hegeliana, escrito con Bauer y, finalmente, el genial esbozo de crítica de la Economía política, que tanta impresión causaron a Marx e incluso a… ¡Lenin!

Se ha criticado en ocasiones el trabajo que hizo Engels en la edición de los libros II y III de El Capital, ¿compartes esa línea crítica?

Y con razón. El mismo Marxismo nació, se desarrolló, se profesionalizó en escuela (y en ideología oficial de un estado) cuando la obra de Marx no era aún accesible en su totalidad, e incluso cuando importantes partes de su “corpus” estaban inéditas. El éxito del Marxismo como ideología de partido (“una Teoría que ha podido unir en un solo ejército a casi todos los socialistas de Europa y América”), bandera unificadora y ortodoxia de estado ha precedido en décadas a la divulgación científica y exhaustiva de los escritos completos de sus fundadores. Engels no solo se sentía responsable casi exclusivo de que cada partido obrero o federación socialista se adueñase de una “Teoría científica” comunista, sino también de cooptar y promover militantes con pensamiento crítico, autónomo, calificados intelectualmente, capacitados para “mediar” y aplicar creativamente la Kritik marxiana a todos los ámbitos de la sociedad. Fue al mismo tiempo en orden de prioridad editor involuntario de Marx, asesor-consejero partidario (como bien lo identificó Lenin), conciencia teórica indiscutida y bulldog de la ortodoxia. Das Kapital es un libro incompleto, como otros clásicos, pensemos en Sein und Zeit de Heidegger o, en la literatura, en el Faust de Goethe. No tiene nada de malo o contradictorio. A la muerte de Marx, Engels se enfrentó con este gigantesco filón de manuscritos, codificados en la minúscula letra característica de su amigo, y con cuidado trató de salir del problema, preparando la edición de los tomos restantes de El Capital.

Aunque actualmente se está analizando críticamente su tratamiento editorial e incluso su tándem teórico-práctico con el mismo Marx. Mientras los trabajos de pre-edición y editoriales de Engels al segundo tomo alcanzaron escasamente las diez páginas, en el tomo tercero tuvo que recomponer capítulos y secciones enteras. Engels da la apariencia de obras terminadas a páginas a menudo informes y mal redactadas, materiales de un trabajo del que el propio Marx decía que era necesario completarlo y aún escribirlo. Los tomos II y III son eso: bosquejos, tanteos, a veces desesperados, materiales para los futuros “libros” y nada más. Así que Engels asumió la tarea de divulgar, concluir y presentar como sistema concluso una teoría en realidad abierta e inconclusa. Un torso, como precisó la intuitiva Rosa Luxemburg. Mucha de estas presiones por presentar un Marx científico se debieron al propio rol de Engels en la lucha y consolidación de la socialdemocracia alemana. El “ismo” en Marx nació en la época de Engels como timonel, en las revistas de partido dirigidas por los futuros centristas, revisionistas y socialistas de derecha, Kautsky, Bernstein; nació en la correspondencia de Engels con Bebel; nació en la Vulgata de los textos y prólogos de Engels y de las polémicas del propio Engels con fracciones, escuelas, críticos, socialistas de cátedra, populistas, e incluso con el renacimiento del Materialismo vulgar a fines del siglo XIX. Hasta tal punto que la historiografía define esta fase “paulina” con la misma fecha, la periodización coincide con los doce años en que Engels desarrolló su actividad de editor, difusor y sistematizador de un pensamiento inacabado. La urgencia de la forma de la mediación entre teoría marxista y praxis, el Umsetzungsproblem, subsumió el trabajo crítico de edición. Por suerte tendremos los tomos tal como los dejó Marx en su Nachlass en la edición MEGA 2.

Estás preparando, como decías, la edición de “Engels antes de Marx”. ¿Qué materiales contiene la obra?

Hemos decidido, por criterios editoriales, publicar todo el material de Engels desde su primera publicación, en 1838, hasta finalizar 1843. Son 68 artículos previos a su encuentro definitivo con Marx, que incluyen artículos de prensa, poemas, textos satíricos, folletos independientes y ensayos de largo aliento; hemos excluido materiales previos así como la correspondencia de la época, extremadamente interesante, por razones de espacio. Un continente desconocido, los lectores en español apenas conocían un 20% publicado de todo este material. Es un meritorio esfuerzo en los tiempos actuales y un indispensable aporte literario de la editorial Montesinos.

¿Se habían editado antes en castellano? ¿Se habían recogido en las MEW?

No, hubo que esperar a la edición de los MEGA 1 y 2 para poder apreciar todo este material.Puede encontrarse algo de estos materiales en la edición inglesa de las Werke, los Complete Works. Pero la mayor parte de su obra de juventud −no solo en español− previa a su legendario reencuentro con el Marx de 26 años en París, en otoño de 1844, se mantuvo cansinamente inédita hasta entrados los años 1980’s, para nunca más renacer. La primera edición incompleta en alemán de los escritos juveniles recién apareció en el año 1920, gracias al esfuerzo de su gran biógrafo, el socialdemócrata Gustav Mayer. En español tenemos la particular edición de Roces de las Werke de 1980; la edición tiene ausencias importantes, faltan alrededor de las tres cuartas partes de su producción literaria del período, un 80% del material se encontraba inédito en español, algo increíble. Roces publica un total de 180 páginas del período 1838-1843, mientras que nuestro volumen llega a las 600; además su traducción es poco precisa (a veces indirecta del alemán, de la versión italiana o inglesa), y muy pobre su aparato histórico-crítico.

En la edición de Roces se repite el prejuicio sobre Engels. Es irónico y sintomático que, aunque Engels sea cronológicamente más precoz en la producción literaria que Marx, puesto que ya publicaba en 1838, el joven Marx recién se inicia con trabajos preparatorios de su tesis a finales de 1840. Es decir que Marx todavía no había editado ni publicado nada en absoluto hasta 1841. Es sintomático, como te decía, quela obra de Engels siempre  aparece como el volumen “2”, siendo eternamente segundo en todas las versiones de obras escogidas del tándem, sea cual sea el idioma en que se publiquen.

Lexicográficamente también sucede la misma violación: es Karl Marx y Friedrich Engels, en ese orden. Una vez más la violencia de la teleología interpretativa practica una inexplicable injusticia. Este volumen viene a reparar esa perspectiva deformada y a salvar un enorme déficit en el conocimiento de Engels en particular y del propio origen del Marxismo en general.

Tomemos un descanso si te parece.

De acuerdo.

Fuente: El Viejo Topo, noviembre de 2020