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Entre los dos ríos, la falta de agua mata

Fuentes: IPS

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

La destrucción de las infraestructuras de Iraq ha creado una cada vez peor crisis de agua que está matando a una cantidad incalculable de iraquíes.

Iraq, con sus famosos ríos Tigris y Éufrates que atraviesan todo el país, ahora es incapaz de suministrar agua potable a la mayoría de su pueblo.

«Ambos ríos siguen ahí y continúan fluyendo durante todo el año», declaró a IPS el ingeniero jefe Ahmad Salman del Servicio de Aguas de Bagdad. «Sin embargo, los iraquíes tienen sed y nosotros estamos avergonzados de ser ingenieros en servicio. Simplemente hemos fracasado en proporcionar a nuestro pueblo la mitad del agua potable que necesitan».

Gran parte del país sufre una grave falta de agua y las pequeñas cantidades que se suministran no son aptas para el consumo humano.

«He analizado el agua suministrada por las autoridades y los resultados son impactantes», dijo a IPS el Dr. Ibrahim Ali, dueño de un laboratorio en Bagdad. «Rotundamente no es buena para el consumo humano y cada vez que la analizamos encontramos algo nuevo que con el tiempo puede causar la muerte».

El doctor añadió: «Varios tipos de contaminación bacteriana y de gérmenes que estamos encontrando pueden ser tan peligrosos como las armas biológicas».

Los hospitales iraquíes están repletos de personas con enfermedades debidas al agua no segura. Médicos de varios hospitales confirmaron a IPS que el agua es una de las peores causas de enfermedades, especialmente entre los niños, y que algunos niños han muerto de enfermedades transmitidas por el agua, a lo que se une la grave falta de medicinas.

Estos problemas se exacerban durante el verano cuando tanto la calidad como la cantidad de agua están en su punto mínimo.

«Una de las razones de esta falta de agua es la falta de energía eléctrica y de combustible para los generadores», declaró a IPS un miembro del ayuntamiento de Bagdad que hablaba a condición de permanecer en el anonimato. «Estamos cansados de plantear nuestra necesidad de estaciones de agua porque nuestros ministros y sus jefes están ocupados peleando por las poltronas para hacer la mayor cantidad posible de dinero antes de que los echen».

El 19 de julio el embajador estadounidense en Iraq, Ryan Crocker, reconoció a los periodistas que los residentes en Bagdad estaban recibiendo una media de una hora de electricidad al día. Antes de la invasión dirigida por Estados Unidos, los residentes en Bagdad recibían de 16 a 24 horas de electricidad diarias. Sin electricidad no se puede bombear el agua a las casas.

Un informe publicado el 30 de julio por la agencia internacional Oxfam y NCCI, una red de organizaciones de ayuda que trabaja en Iraq, afirmaba que ocho millones de iraquíes, casi uno de cada tres, tenían una necesidad extrema de ayuda de emergencia.

El informe ‘Alzarse contra el desafío humanitario en Iraq’ afirmaba que el 70% de los iraquíes carecen de un suministro de agua adecuado, comparado con el 50% que había en 2003, el año en que se emprendió la invasión dirigida por Estados Unidos. El informe afirma que en torno al 80% de los iraquíes carecen de una atención sanitaria eficiente.

Según el informe de Oxfam, «los índices de malnutrición infantil han ascendido del 19% antes de la invasión dirigida por Estados Unidos en 2003 al 28% ahora». La falta de agua potable es la causa originaria de la mayoría de estas condiciones.

«Más que nada es una cuestión de corrupción», dijo a IPS un ingeniero de Servicio de Aguas de Bagdad que no quiso dar su nombre. «Las autoridades están repletas de corrupción, desde lo más alto a lo más bajo, y no hay manera de mejorar la situación a menos que la situación política mejore quitando a estos cargos corruptos».

Un corresponsal de IPS fue advertido de que no fuera al ministerio iraquí de Recursos Acuíferos ante en peligro de ser secuestrado por los hombres que se encargan de la seguridad del ministerio.

«Se trata de otro arma que con la que los estadounidenses nos están matando», dijo a IPS Abu Mahmood, de 62 años, un carpintero de Bagdad. «La falta de agua significa enfermedades que llevan a una muerte lenta pero segura. Nos hicieron esto en la época de las sanciones y ahora tienen la oportunidad de hacerlo otra vez sin disparar balas ni montar escándalos».

Bajo el gobierno actual pocos iraquíes tienen esperanza. «El problema es que no tenemos un gobierno como cualquier otro país», dijo a IPS el bagdadí Nabhan Mukhlis. «Debemos dejar de quejarnos y rendirnos ante la pena de muerte decretada el día en que los estadounidenses decidieron invadir nuestro país».

(*Ali, nuestro corresponsal en Bagdad, trabaja en estrecha colaboración con Dahr Jamail, nuestro especialista en Iraq residente en Estados Unidos que viaja abundantemente a la zona).

Enlace con el original: http://www.ipsnews.net/news.asp?idnews=38928