La Revolución Bolivariana está viviendo su hora menguada. En todos los rincones del país se oye el inmenso rechazo que este proceso ha cosechado en los últimos meses. La crítica situación económica del país se erige como la variable estratégica que explica semejante desmadre, sin embargo, errores de otro orden han venido a sumarse a […]
La Revolución Bolivariana está viviendo su hora menguada. En todos los rincones del país se oye el inmenso rechazo que este proceso ha cosechado en los últimos meses. La crítica situación económica del país se erige como la variable estratégica que explica semejante desmadre, sin embargo, errores de otro orden han venido a sumarse a este deslave. Lo más dramático de esta caída es que son los sectores populares los que han pasado a liderizar este rechazo a la Revolución, lo que sentencia a muerte este proceso de cambios en el 2016, cuando la oposición convoque a un revocatorio del mandato del presidente Maduro. Con la intención de entender lo que ha pasado, a fin de impedir la solución de continuidad que amenaza a la Revolución, en lo que sigue intentaremos reseñar lo que a nuestro juicio han sido los errores estratégicos cometidos por la dirigencia bolivariana que le han dado carácter de reversibilidad a lo conquistado en estos últimos catorce años de cambios sociales, a saber:
1.-Aceptar la idea de que era posible construir el socialismo sin tocarle un pelo a la burguesía.
Por razones de inocencia política o de ignorancia teórica, El Comandante se propuso construir un nuevo modo de producción echando mano de la renta petrolera sin tocarle un pelo a las astronómicas tasas de guanacias obtenidas por el capital en Venezuela. Es más, se creyó que la burguesía aceptaría la pérdida del poder político en la medida que amasara inmensas tasas de plus valor. Este fue un error estratégico por cuanto la burguesía necesita controlar el poder político para garantizar la reproducción del capital como su interés de mayor alcance. Jamás burguesía alguna ha renunciado a esta conquista y si lo hace es en momentos álgidos de la lucha de clases (bonapartismos), pero rápidamente toma el control una vez superada la situación crítica. Este fue uno de los errores que llevó a la muerte al Comandante Gadafi. Las consecuencias de este error no podían ser más provechosas para el capital y más desastrosas para la Revolución, por cuanto la burguesía envalentonada con semejante tratamiento obtuvo una triple plusvalía: a) Plusvalía económica: Las tasas de ganancia logradas por el capital en los años de la revolución oscilan entre un 150 y 300 pro ciento, caso singular en la historia del capital. b) Plusvalía política: El caudal electoral de la derecha ha venido creciendo de forma sostenida desde que se perdió el Referendo por la Reforma de la Constitución, acicateada por la situación económica y por la inseguridad reinante, al punto que ya hoy amenaza con ser mayoría. Plusvalía ideológica: El Comandante Chávez rescato del cementerio de la historia la idea del socialismo, enterrada por la caída del Socialismo Real. Sin embargo, hoy con el rechazo que está cosechando la Revolución Bolivariana, la burguesía venezolana está a punto de volver a enterrar el socialismo como proyecto de cambio histórico a favor de las clases humildes. Si lo logra, pasaran generaciones para volverle a plantear al pueblo venezolano un proyecto parecido: el capitalismo aquí reclamará eternidad. Aceptémoslo: hoy el país es más rentista, más capitalista y más explotador. Esta hibridación política se profundizó cuando el Comandante tuvo que buscar apoyo de las burguesía latinoamericanas y del Caribe a través de UNASUR, MERCOSUR, ALBA y CELAC. En consecuencia, la burguesía criolla y sus congéneres externos se erigieron como una muralla china a la hora de profundizar la revolución socialista en estas tierras.
2.-Tratar a su masa electoral como clientela política y no como potenciales revolucionarios
La política de utilizar la renta petrolera para saldar la inmensa deuda social que se tenía con las clases humildes del país, fue uno de los grandes logros de la Revolución que suscitó al mismo tiempo las furias de la oligarquía y del imperialismo. Sin embargo esta tarea quedó a medio camino. Se pensó que con satisfacer necesidades materiales de la población a través de las misiones estaría garantizada de por vida la fidelidad política de estos sectores; olvidándose que estamos en una sociedad capitalista atravesada por el morbo del consumismo. Los beneficiarios de las misiones al ver aumentada su capacidad de consumo exigieron más y al no dárseles volcaron su apoyo político hacia el candidato de la derecha que demagógicamente ofrecía lo que la Revolución no podía dar. Cándidamente se creyó que la conciencia revolucionaria iba dentro de los objetos materiales ofrecidos por el asistencialismo social y se descuido fatalmente la formación teórico-revolucionara a nivel popular. Por eso hoy el antichavismo ha conseguido carta de ciudadanía en los sectores sociales menos favorecidos. Este error determinó que las masas populares vieran los proyectos políticos en juego como parte de un continuum, donde las diferencias eran cuantitativas y no cualitativas. En otras palabras, para las masas el juego político en la Venezuela bolivariana seguía los linderos del viejo Puntofijismo.
3.-Confundir estatización con socialismo
Si bien es cierto que la Constitución Bolivariana contempla varios tipos de propiedad sobre los medios de producción, lo que se impuso en la práctica fue la convivencia de la propiedad privada con la propiedad estatal. La Revolución se embarco en un proceso de renacionalización y expropiaciones que fortalecieron sin duda al sector público de la economía nacional. Hoy el 29% del PIB es ofertado por este sector. De todo este proceso, sólo PDVSA acusa números positivos, las demás empresas públicas son un total desastre por decir los menos. Las empresa públicas continuaron la praxis corruptiva de la cuarta república y su rentabilidad tiende a cero; sólo las mantiene vivar la enorme renta petrolera de la que desfruta el país. De esta manera, al capitalismo privado se le unió el capitalismo de estado, lo que a venido a concretizar en estas latitudes un KEYNESIANISMO RENTISTA al se le ha denominada socialismo del siglo XXI. Los intentos por crear una verdadera economía socialista a través de las comunas, ha sido fuertemente bloqueado por el funcionariado chavista al frente del estado. El presidente Chávez comprendió tardíamente esta situación cuando en sus últimos gabinetes llamó a darle a la revolución un Golpe de Timón. La apropiación de los medios de producción por parte de los trabajadores sigue siendo materia pendiente de esta revolución.
4.-Desdeñar a la clase trabajadora como rectora de la revolución
La Revolución Bolivariana ha crecido de una verdadera política hacia la clase trabajadora venezolana con todo y las misiones sociales y la reciente Ley del Trabajo. En muchos ámbitos de la administración estatal se ha implementado un verdadero régimen neoliberal del salario, donde encontramos trabajadores percibiendo honorarios muy por debajo del salario mínimo. El caso de los profesores universitarios a quienes no se les aumenta el sueldo desde el 2008 es emblemático de esta situación, situación que contrasta con los ingresos del sector militar. Pero asimismo se ha omitido la formación política y la organización de las clases trabajadoras como principal fuerzas de choque del proceso. En las empresas estatales reina sin rival alguna la división del trabajo y su expresión jerárquica; aquí los trabajadores están lejos de considerarse dueños delos medios de producción, al contrario, lo que respiran es el más rancio capitalismo. Afincarse en los sectores medios ha conducido al proceso hacia un brutal reformismo con un costo social astronómico para la revolución.
5.-Omitir la producción teórica como palanca de la Revolución
Dese los inicios de la Revolución se observa que su cotidianidad se concretó en el Tareismo y en el Electoralismo, sus funcionarios se dedicaron exclusivamente a las tareas burocráticas y a poner el empeño en ganar el caudal de lecciones que se dieron durante el periodo. El conocimiento de la realidad que se quería transformar y las orientaciones de como llegar al socialismo fueron siendo postergadas, al punto de que transcurrido catorce años, son pocos los científicos sociales que asumen el proyecto revolucionario. Este proceso carece de intelectuales orgánicos. Por supuesto, la consecuencia más inmediata no podía ser otra que una tremenda confusión teórica donde se acepta ideas como la de «Capitalismo bueno» vs «Capitalismo malo»; «empresarios apátridas» vs «empresarios patriotas»; «empresarios socialistas», etc. En consecuencia, no es de extrañar ver que un comunicador del proceso como Pérez Pírela suplica agónicamente por la formación teórica de los cuadros de la Revolución en esta hora de compromiso. Esta debilidad teórica de la Revolución hizo de la palabra del comandante una directriz infalible igual a la del Papa. Lo teórico se redujo a lo que el Comandante opinaba en solitario. Y lo que resultó más grave fue que muchos de sus ministros hacían caso omiso de lo que el comandante ordenaba; esto se evidenció cuando Chávez regañó a sus ministros por no haber construido ninguna Comuna, llegando al extremo de proponer la eliminación del Ministerio de Comunas por ineficiente. La formación teórica resulta hoy de una urgencia lapidaria y ojala tengamos el tiempo necesario para concretarla.
6.-Insistir con un equipo económico derrotado
Una vez que la burguesía y el imperialismo fracasaron en su intento de expulsar a Chávez del poder a través del Paro y del golpe de estado, afinaron su puntería y comenzaron a implementar el expediente de la guerra económica, que tan excelentes resultados les dio en Chile para sepultar el gobierno de Allende. Esta nueva estrategia de la derecha llegó al paroxismo con la desaparición física del Comandante, potenciándose con la parálisis política que sufrió el país entre octubre 2012 y abril 2013. El Vicepresidente encargado no supo dar respuesta a los procesos de inflación, desabastecimiento, acaparamiento y para colmo, en plena campaña electoral del 14-A, se decretó una devaluación que le dio a la derecha infinitas alegrías. El resultado político de esta parálisis fue desbastador para las filas chavistas: millones de votos migraron hacia el candidato de la derecha. La economía sigue siendo la fuerza que mueve a las sociedades humanas y de nada valió el desfile de multitudes frente al ataúd del comandante. El ser humano primero es fiel a sus necesidades materiales, lo demás es broza.
Ahora bien, este vaivén entre no hacer nada y hacer las cosas menos recomendadas en el terreno económico fue obra del equipo que venía acompañando al Comandante y que luego fue ratificado por el Presidente Maduro, o sea, Giordani, Merentes, Meléndez cuyo «éxito» más grande es haber conducido al país a d la situación económica en la que hoy nos encontramos. Este equipo ha sido derrotado por la guerra económica de la derecha y por los desastrosos resultados de sus concepciones económicas. Frente al desmadre económico que se está viviendo, el Presidente Maduro ha llamado a los capitanes de empresa de la burguesía a negociar un acuerdo económico que indiscutiblemente de concretarse, alejará de estas latitudes el proyecto socialista. De seguir en funciones este equipo económico, Nicolás Maduro puede desempeñar en esta hora el rol que le tocó jugar a Mijaíl Gorbachov.
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