Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Todos sabemos por dónde va la cosa. Los rendimientos de los bonos comienzan a aumentar repentinamente en uno de los países más pequeños de la UE y antes que nos demos cuenta se llama a los países grandes para que los rescaten. Hemos visto la misma repetición una y otra vez.
Esta vez Italia y España están en la mira. ILos iversionistas nerviosos han huido de sus mercados de bonos buscando la seguridad del Bund alemán, de bonos del Tesoro de EE.UU. y metales preciosos. La venta ha hecho subir los rendimientos de los bonos italianos a la estratósfera haciendo que el financiamiento de sus operaciones sea más costoso para el gobierno. Por lo tanto las deudas y déficit aumentan y comienza la espiral descendente. Siempre la vieja historia. Por eso el BCE llamó a una reunión de emergencia del Consejo General el domingo con el fin de improvisar otro rescate de última hora antes de que los mercados abrieran el lunes. Si hubiera ignorado el problema, habría sido Lehman Brothers una vez más; mercados bursátiles que se derrumban, corridas bancarias y una crisis financiera global hecha y derecha. Bloomberg lo resume como sigue:
«El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, comenzó hoy a comprar activos italianos y españoles en su intento más arriesgado hasta ahora de domar la crisis de la deuda soberana.
Bonos italianos y españoles subieron cuando el BCE entró al mercado, haciendo bajar los rendimientos a 10 años más de 70 puntos base. El euro subió a 1,4355 dólares a las 10.30 de la mañana en Frankfurt de 1,4277 dólares al cerrar el comercio europeo el viernes.
Como los gobiernos no actuaron con la rapidez necesaria para evitar el contagio de la catástrofe fiscal griega, el BCE ha tenido que combatir una crisis que ahora amenaza la supervivencia del euro. La compra de deuda italiana y española puede necesitar que el BCE expanda masivamente su balance y lo abra a acusaciones de rescatar de naciones derrochadoras, rompiendo un principio clave en el tratado fundacional del euro y debilitando su credibilidad. El Bundesbank alemán se opone a la acción.» (Bloomberg)
Bueno, por lo tanto el mercado de bonos de Italia obtiene un respiro, ¿pero por cuánto tiempo? Después de todo, los inversionistas no son estúpidos. Saben que Italia tiene el tercer mercado de bonos del mundo (2,6 billones [millones de millones] de dólares) y que si el jefe del BCE, Jean Claude Trichet, actúa en serio al rescatarlo, tendrá que convencer a los demás miembros para que tripliquen el tamaño del fondo de emergencia. (El Mecanismo de Estabilidad Financiera Europea tiene actualmente 440.000 millones de euros) No hubo ninguna probabilidad de incorporar rápidamente a Alemania, donde los rescates, vastamente impopulares, ya han afectado a los demócratas cristianos de la canciller Angela Merkel y han cambiado por completo el paisaje político. Por lo tanto, puede carecer de importancia si esta acción calma o no a los mercados, porque la unión monetaria va en todo caso hacia un colapso. Lo que sigue es un pasaje de un artículo en Nasdaq que ayuda a explicarlo:
«El gobierno alemán piensa que Italia es demasiado grande para que el fondo de rescate de Europa la salve, informa la revista Der Spiegel en un avance de un artículo que se publicvará el lunes.
El gobierno duda si incluso de la triplicación del tamaño del fondo de rescate, conocido como Mecanismo de Estabilidad Financiera Europea, posibilitaría salvar a Italia porque las necesidades financieras del país son enormes, informa la revista, sin nombrar la fuente de su información.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, sugirió esta semana el aumento del MEFE, que actualmente tiene una capacidad de préstamos planificada de 440.000 millones de euros (622.900 millones de dólares), para ayudar a frenar las crisis de una deuda europea que se profundiza.
Los expertos en finanzas del gobierno alemán creen que los Estados de la eurozona no podrían garantizar los 1,8 billones de euros de deuda soberana de Italia sin que los mercados consideren que Alemania no da más de sí, informa Der Spiegel.
Por lo tanto el gobierno de Alemania insiste en que Italia imponga ahorros y reformas para ayudarle a salir de la crisis, informa la revista. Piensa que el MEFE solo debe utilizarse para rescatar a países pequeños y medianos, informa la revista.» («German Government Thinks Italy Too Big For EFSF To Save –Spiegel«, Nasdaq)
Así pues, Alemania hace como si quisiera y trata de calmar a los mercados pero, entre bastidores, los responsables políticos piensan que es fútil. El Mecanismo de Estabilidad Financiera Europea (MEFE) tendría que aumentarse en más de 1,5 billones de dólares, e incluso entonces no habría garantías de que los miembros más débiles cumplan con las líneas directrices del déficit o crezcan para salir de su recesión impuesta por el BCE. Por lo tanto, ¿para qué sirve? O los 17 miembros sacrifican parte de su propia soberanía y forman una unión fiscal más fuerte o abandonan por completo el proyecto del euro.
¿Pero qué significa realmente una «unión fiscal más fuerte»? ¿Más poder para los no elegidos, interesados, gángsteres del BCE? No, gracias.
El mejor camino adelante es deshacerse del euro y empezar de cero. Por doloroso y disruptivo que pueda ser, la alternativa es infinitamente peor. Basta con mirar la forma en que se han manejado las crisis financieras. En todo caso, los intereses de los banqueros y de los dueños de bonos han prevalecido sobre los intereses de la gente. Y en todo caso se espera que la gente trabajadora soporte el peso de las pérdidas en términos de medidas de austeridad. Eso ha llevado a la destrucción de la red de seguridad social, a más desempleo y a la privatización de activos públicos. ¿Por qué? Porque el BCE dicta la política y el deber primordial del BCE es garantizar que los bancos no pierdan dinero. El Financial Times lo resume como sigue:
«Italia se puede permitir ignorar durante meses los aumentos de los rendimientos de los bonos. Los bancos de Europa no pueden esperar. Las preocupaciones por los bancos, medidas por la brecha entre los acuerdos de tipos de interés futuros y swap de tasas de interés a un día (OIS, por sus siglas en inglés), son ahora peores que en el clímax del pánico del año pasado respecto a Grecia. Las acciones de los bancos de la eurozona estuvieron por última vez a un nivel tan bajo en abril de 2009, justo después que el mercado cayera a su nivel más bajo.» («Dr Trichet’s medicine leaves bitter after-taste», Financial Times)
Por lo tanto, el programa de compras de bonos de Trichet no tiene nada que ver con Italia. Es solo otro rescate bancario más. Y el motivo por el cual los bancos necesitan otro rescate es porque van a perder toneladas de dinero por los bonos sospechosos que compraron durante los años de la burbuja. Lo siguiente es de The Independent:
«El problema es que todos los bancos europeos se han prestado inmensas cantidades de dinero unos a los otros -Italia prestó a España 31.000 millones de dólares, Alemania prestó 238.000 millones a España e Italia pidió prestados 511.000 millones a Francia. La preocupación es que es como un castillo de naipes, si cae uno caerán todos. Y los bancos temen que si los dirigentes políticos se ponen de acuerdo en un nuevo paquete muchos, de ellos se verán obligados a perder dinero por sus préstamos.» («Worried about the worldwide crisis? Our experts explain what’s going on», The Independent)
Esto solo confirma lo que hemos estado diciendo desde el principio: que todo tiene que ver con los bancos. Si los precios de los bonos caen demasiado, ¿qué importa? Los países afectados tendrán que reestructurar sus deudas, es todo. Seguro, es un proceso doloroso, pero no es el fin del mundo. Al contrario SERÍA el fin del mundo para muchos bancos, porque no tienen suficiente capital. Por eso está interviniendo el BCE, para apuntalar artificialmente los precios de los bonos. Es básicamente un subsidio para los bancos que pagan los contribuyentes. ¿Podéis recordar una época en la cual el BCE o la Reserva Federal hicieron lo mismo por la gente trabajadora de a pie? ¿Como en el caso de la vivienda?
De ninguna manera. Al dueño de casa promedio le faltaron 8 billones de dólares cuando reventó la burbuja de la vivienda eliminando la mayor parte de sus ahorros y dejando a la economía sin salida. Solo los bancos reciben favores.
Si ganan se guardan los beneficios. Y si pierden los rescatan. Y, claro está, todo esto tiene terribles consecuencias para la economía real porque desviar capital hacia instituciones financieras tambaleantes limita el crecimiento y prolonga la ralentización. No es casualidad que los rescates bancarios masivos vayan acompañados de medidas para apretarse el cinturón que han llevado a la economía en general al borde de otra recesión. Apuntalar activos tóxicos es un negocio costoso que lleva a alto desempleo crónico, baja de la demanda y crecimiento lento. Basta con mirar los datos.
Lo que sigue es de un artículo en The Economist:
«Las preocupaciones por el financiamiento de los bancos aumentan, ya que los bancos europeos en particular tienen dificultades para conseguir financiamiento a corto plazo. Los analistas observan atentamente el spread entre Euribor y OIS que, en efecto, mide cuán nerviosos están los bancos europeos cuando se trata de prestarse dinero unos a otros: esa evaluación se está ampliando de nuevo. La cantidad de dinero que los bancos de la zona euro tienen depositado en el Banco Central Europeo (lo que significa, claro está, que no se presta a otros bancos) llegó a un monto máximo en seis meses.
Al otro lado del Atlántico, los inversionistas retiraron 66.000 millones de dólares de los fondos del mercado monetario en la semana que terminó el 3 de agosto, según datos de Lipper, una firma de investigación. Es la segunda salida neta de capital por su tamaño en la historia… los fondos del mercado monetario se han vuelto muy exigentes en cuanto a los vencimientos. Un jefe de banco europeo dijo en privado esta semana que nunca ha visto una aversión al riesgo tan intensa.
Como respuesta, el BCE anunció ayer que está reintroduciendo el financiamiento ilimitado a seis meses para los bancos que lo deseen, un aumento respecto a los préstamos a tres meses actuales.» («High Anxiety», The Economist)
¿Ven lo que pasa? La avaricia de los bancos nos ha vuelto a poner en dificultades. El aparato financiero, infestado de gusanos, comienza a agitarse y a flaquear exactamente como en 2008. Los bancos están acaparando dinero de un día al otro en el BCE, los inversionistas sacan su dinero de los mercados monetarios, los índices de estrés del mercado parpadean en rojo y los préstamos entre bancos comienzan a petardear. Si la liquidez se congela se acabó. El sistema financiero de la UE se paralizará y la economía global se desplomará en caída libre. Por eso Trichet intervino a pesar de las objeciones de los miembros alemanes del consejo general del BCE. Era la única posibilidad de evitar otra catástrofe.
¿Pero qué nos dice eso sobre la condición de la democracia en la eurozona? ¿Quiere en realidad la gente que los estafadores del Banco Central dicten la política económica? Probablemente no.
Por lo tanto, ¿Vale realmente la pena salvar el euro?
Dejemos que el economista Mark Weisbrot responda esa pregunta:
«Parece que buena parte de la izquierda europea no comprende la naturaleza derechista de las instituciones, las autoridades y sobre todo de las políticas macroeconómicas a las que se enfrentan en la zona euro.
El problema es que la unión monetaria, al contrario que la UE misma, es un proyecto inequívocamente de derechas. Si no ha quedado esto claro desde su inicio, debería estar hoy ya dolorosamente claro, a medida que las economías más débiles de la zona euro se ven sometidas a un castigo que anteriormente se había reservado a países de renta baja y media atrapados en las redes del Fondo Monetario Internacional (FMI) y sus gobernadores del G-7. En vez de intentar salir de la recesión por medio de estímulos fiscales y/o monetarios, como hicieron la mayoría de los gobiernos del mundo en 2009, estos gobiernos se ven forzados a hacer lo contrario, con un enorme coste social.
La mofa se ha sumado a la befa: las privatizaciones de Grecia o la «reforma del mercado laboral» en España; los efectos regresivos de las medidas adoptadas sobre la distribución de renta y riqueza y el encogimiento y debilitamiento de del Estado del bienestar, mientras se rescata a los bancos a expensas del contribuyente, todo esto anuncia la nítida agenda derechista de las autoridades europeas, así como su intento de aprovechar la crisis para instituir cambios políticos orientados hacia la derecha. » (En Rebelión «¿Vale la pena salvar el euro», Mark Weisbrot?, CEPR)
Repetid: «…la unión monetaria… es un proyecto inequívocamente de derechas».
Amén. Es hora de sacrificar al euro para que no siga sufriendo y empezar de cero.
Mike Whitney vive en el Estado de Washington en EE.UU. Contacto: [email protected]
Fuente: http://www.
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