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Escepticismo Monetario Internacional y Déficit Mundial

Fuentes: Rebelión

El socialista francés Dominique Strauss-Kahn al frente del FMI. La renuncia del líder del Banco Mundial (BM), Paul Wolfowitz, por aumentarle arbitrariamente el sueldo a su amante. El alejamiento de Rodrigo Rato, director del Fondo, por motivos desconocidos. Lo dijo Bob Dylan hace más de 40 años y sigue vigente: «Los tiempos están cambiando». Por […]

El socialista francés Dominique Strauss-Kahn al frente del FMI. La renuncia del líder del Banco Mundial (BM), Paul Wolfowitz, por aumentarle arbitrariamente el sueldo a su amante. El alejamiento de Rodrigo Rato, director del Fondo, por motivos desconocidos. Lo dijo Bob Dylan hace más de 40 años y sigue vigente: «Los tiempos están cambiando».

Por el déficit económico, una gran falta de credibilidad, la renovación forzada de sus cúpulas y un casi irreversible desprecio de la sociedad civil, las instituciones gemelas de Bretton Woods atraviesan el peor momento de su historia. «Parecen estar pasando por una crisis porque se enfrentan a sustituciones imprevistas de sus cabezas, con escándalo incluido en el BM que hace pensar que hay lugar para acomodos y otros manejos poco claros en su estructura interna, y porque se pone en duda, en el caso del Fondo Monetario Internacional, la capacidad y efectividad del organismo para cumplir con su objetivo, que se ha desvirtuado», sostuvo un profesor de Macroeconomía de la UBA. El FMI nació después de la segunda guerra mundial con el objetivo de estimular la cooperación monetaria internacional, facilitar el crecimiento equilibrado del comercio e incentivar la estabilidad cambiaria; pero se convirtió en un ente financiero de los países desarrollados que sólo otorga crédito si los gobiernos siguen una serie de medidas ortodoxas, como el ajuste del gasto público y la liberalización económica.

«Todas sus recetas han resultado catastróficas, de ahí su crisis de credibilidad», lanza Diego Kravetz, representante del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas(MNER), asesor legal de la Industria Metalúrgica Plástica Argentina Cooperativa Limitada(IMPA) y presidente en la Legislatura porteña del Frente Para la Victoria.

Como consecuencia de esas desastrosas políticas, los países como Indonesia, Uruguay, Serbia y Filipinas cancelaron por anticipado su deuda con el Fondo. Antes de ellos lo habían hecho Brasil, Argentina y hasta Rusia.

Según el último informe de la Agrupación Global Union -compuesta por la Confederación Sindical Internacional, las Federaciones Sindicales Internacionales y la Comisión Sindical Consultiva -, «la influencia del FMI ha disminuido considerablemente desde que la mayoría de los países de medianos ingresos han tomado medidas para evitar solicitar prestamos a esa organización».

Hace ya varios meses, el departamento de Finanzas del organismo internacional mostró su preocupación y elaboró un informe donde detallaba que el déficit iba a seguir aumentando conforme pasen los años hasta llegar a unos 1055 millones de dólares en 2010. La devolución anticipada de los créditos por parte de los países emergentes fue señalada como la principal causa de la crisis económica y plantearon una serie de propuestas drásticas para solucionarla como la venta de 400 toneladas de oro de sus reservas y hasta cobrar servicios de asistencia técnica.

«Es necesario que alguna institución cumpla con el mandato original del FMI (atender desequilibrios de balance de pagos y tratar de nivelar las cuentas corrientes) porque este no lo está logrando», asegura el docente de la UBA. Sin embargo, el profesor universitario, también economista de una importante consultora, cree que el tema de las renuncias y recientes escándalos en las organizaciones es «circunstancial» y vaticina que eso «dará lugar a más control interno».

Por otro lado, para José Benegas, master en Economía de ESEADE (Escuela Superior de Economía y Administración De Empresas), la culpa de los problemas financieros mundiales es compartida entre estas instituciones y los países que las aceptan. «El error fundamental del Fondo es compartido con los gobiernos y, también, con los dirigentes de la oposición. Consiste en pensar que el Estado debe ser financiado a cualquier costo», argumenta.

«Tanto a estos organismos como a los políticos les da igual si las cuentas cierran con gastos o con ingresos. No hay ninguna diferencia en ese aspecto entre el FMI y los gobiernos que lo critican», analiza Benegas.

Ahora, Strauss-Kahn parece estar enviando algunas señales de reforma. «Tengo conciencia de que el Fondo está en crisis, particularmente su imagen en América del Sur, por eso hay que cambiar», dijo en su reciente visita proselitista a Brasil. Si bien, está claro que el socialista francés no es un político del neoliberalismo como Anne Krueger o el mismo Rato, se cree que tiene ideas similares a sus antecesores. Sin embargo, hay que reconocer que admitió que la intervención del Fondo en los últimos tiempos fue «catastrófica» y parece tener en claro que su objetivo en estos próximos cinco años de mandato – asume en noviembre – es reestablecer la legitimidad de la institución.

Para el legislador Kravetz la crisis «se soluciona con una profunda autocrítica y renovación de técnicos, estructura y, sobre todo, filosofía».

Por su parte, Benegas es más pesimista y afirma: «Ni el BM ni el FMI deberían existir, pero me pregunto si los que critican a estos organismos tendrán la misma opinión».

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