España necesitaría entre doce y catorce millones de inmigrantes más para mantener hasta el año 2050 el nivel de crecimiento económico de los últimos años, sostuvo hoy el catedrático de Economía de la Universidad de Valladolid Zenón Jiménez Ridruejo.El catedrático, que intervino en el cuarto Encuentro Salamanca sobre «Políticas de la tierra», auspiciado por la […]
España necesitaría entre doce y catorce millones de inmigrantes más para mantener hasta el año 2050 el nivel de crecimiento económico de los últimos años, sostuvo hoy el catedrático de Economía de la Universidad de Valladolid Zenón Jiménez Ridruejo.
El catedrático, que intervino en el cuarto Encuentro Salamanca sobre «Políticas de la tierra», auspiciado por la Fundación Sistema y Caja Duero, afirmó que la población inmigrante va a permitir sostener el crecimiento español a largo plazo de una forma más fácil y dinámica que sin este colectivo.
«Por tanto la inmigración no sólo no es una mala noticia desde el punto de vista económico, sino que es una noticia especialmente esperanzadora para mantener nuestro nivel de vida, y no sólo un fenómeno de orden social y solidaridad, sino de capacidad económica fundamental», aseveró.
Jiménez Ridruejo destacó que aun cuando es población que llega con menor nivel de formación académica y profesional que la española, «lo cierto es que al contrario de lo que se podría esperar no sólo tienen menor nivel de paro, sino que tienen niveles de empleo notablemente superiores».
Esto se debe a que se ajustan mejor al mercado de trabajo, se sacrifican más y están dispuestos a asumir trabajos «que ya no queremos desempeñar los españoles», lo que supone que «vienen a cubrir una necesidad productiva objetiva».
Además, recordó que para la sostenibilidad del sistema de pensiones en España es necesario recuperar la tasa de crecimiento de la población y la de fecundidad, «y en este aspecto la presencia de los inmigrantes es un factor decisivo».
Junto con este aspecto, aseguró que el sistema de pensiones gravita también sobre el crecimiento de la productividad de la economía española, ya que sólo si se incrementa el ritmo de productividad el sistema tendrá una viabilidad futura.
Según el catedrático, el tercer punto fundamental sería la revisión de las condiciones de prestación de los sistemas de jubilación, y en concreto las exigencias institucionales sobre el número de años que se ha trabajado para conseguir la pensión.
En las jornadas también participó hoy el director del Departamento de Población y Desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Francoise Farah, quien señaló que «la buena noticia es que la fertilidad ha disminuido y el crecimiento de la población en el mundo también lo ha hecho», con menos de dos hijos por mujer en los países de la OCDE, donde la tasa de fertilidad ha descendido muy por debajo del nivel de mortalidad.
Sin embargo, en zonas del planeta «la fertilidad sigue siendo relativamente alta, en especial en el Africa subsahariana, donde hay 4 o 5 hijos por mujer», refirió.
Subrayó Farah que la fertilidad está muy asociada a la pobreza, que a su vez está vinculada no sólo con la falta de desarrollo económico, sino de las personas y en particular las mujeres.
Por ello es preciso el acceso a los servicios sanitarios, y en especial a los de salud reproductiva en el caso de las mujeres, a lo que se suma la necesidad de dar a este género oportunidades de educación y laborales para «estar en una posición de alcanzar oportunidades por sí mismas».
Para el responsable de la ONU esta situación es mucho más complicada en los países en vías de desarrollo por las dificultades económicas y algunas de las prácticas sociales, acostumbradas a la desigualdad entre géneros, en especial en los hogares más pobres.