Recomiendo:
0

España: Salarios y competitividad

Fuentes: Rebelión

Veo en la TV la noticia de que los costes laborales de España triplican a los de los nuevos países incorporados a la UE. Claro, me digo, es lo normal, España converge hacia las «alturas» europeas y sus salarios deben ser más altos que los de los nuevos países, entre otras cosas porque el nivel […]

Veo en la TV la noticia de que los costes laborales de España triplican a los de los nuevos países incorporados a la UE. Claro, me digo, es lo normal, España converge hacia las «alturas» europeas y sus salarios deben ser más altos que los de los nuevos países, entre otras cosas porque el nivel de vida (o mejor dicho, el coste de la vida) es mayor. Nada nuevo bajo el sol.

Pero no queda todo ahí: acudo a ampliar la noticia en algún medio y la encuentro en El Mundo (http://www.elmundo.es/mundodinero/2005/04/11/economia/1113217507.html).

Y nos encontramos con que la OCDE y el BM están preocupados por este tema, ya que los costes laborales en España crecen más que la media europea, un 1,4% en el pasado 2004 (recuerdo que la inflación supera el 3%, pero eso lo callan). Esto, según dicen, nos hace perder competitividad. O sea, nuestros salarios son muy altos y eso es malo. Siempre los ajustes se deben realizar sobre los salarios. Se nos presenta el salario en abstracto, como si detrás no hubiera una persona, o una familia, así se puede abordar la cuestión de forma más distante y aséptica. Otros tipo de renta, como los alquileres, parecen que siempre están a niveles adecuados.

La realidad es que en España, con la entrada del euro, el coste de la vida se ha disparado mientras que los salarios permanecen semi estancados. De hecho, según las estadísticas del Banco de España, la mayoría no llegamos a fin de mes, principalmente agobiados por la vivienda. Nuestros complacientes sindicatos firman una nueva moderación salarial y, pese a todo, la OCDE y el Banco Mundial se quejan de que nuestros salarios se disparan.

¿Pero es esto cierto? ¿Perdemos competitividad? Pues puede ser. Pero eso no es culpa de los salarios altos (llamarlos altos es simplemente utilizar la jerga de estos organismos). Es algo mucho más profundo, paso a analizarlo.

La pérdida de competitividad no es culpa de los salarios, es culpa de la poca o nula capacidad de adaptación de nuestra economía. Nuestra economía se basa, principalmente en los servicios (turismo, transporte, servicios públicos, etc.) que suponen casi un 62% del PIB en el 2003 (empleando a un porcentaje similar de trabajadores en activo). El resto se reparte entre agricultura y pesca (menos de un 4% del PIB), industria (principalmente automóviles producidos con capital extranjero, un 17% del PIB) y construcción (8% del PIB).

Nuestro sector exterior es deficitario en mercancías y tiene superávit en servicios, (debido principalmente al turismo). Nuestra balanza comercial es deficitaria desde hace doscientos años (dicen que herencia del «glorioso» imperio español). Eso hace que la única manera de compensar el déficit en nuestra Balanza de Pagos sea atrayendo inversión extranjera, algo que con estos costes salariales tan «elevados» se puede complicar. O atrayendo ayudas europeas, que se van a ir acabando (no hay nada más que ver la nueva oferta presupuestaria europea, que pretende reducir las ayudas de 48.000 millones de euros a sólo 5.000 -http://www.elmundo.es/mundodinero/2005/04/12/economia/1113309528.html-).
El caso es que necesitamos financiación en este mundo global cada vez más competitivo, y sin nadie a quien robar o colonizar, que triste.

¿No somos competitivos? Pues no, pero no por los «altos» salarios, sino porque nuestra economía esta estancada en sectores y ramas que no son competitivas (o que solo son competitivas mientras son baratas). A saber, el automóvil (que ser irá tarde o temprano al este en busca de menores costes), el turismo (fluctuante y que pierde interés respecto a otros destinos más exóticos y más baratos) y, si queremos, la agricultura (solo es competitiva por ser subvencionada por la PAC, y esto se acaba). Quizás en los servicios si haya cierta ventaja, como en la energía y los servicios bancarios (no hay que ver nada mas que las expansiones de Iberdrola, BCH y BBVA por Sudamérica), pero en sector industrial lo tenemos negro. Y es en el sector industrial donde se crea más empleo y hace que la riqueza se distribuya de manera más equitativa, porque las inversiones en el extranjero (Iberdrola, Telefónica, BSCH, BBVA, etc.) benefician a unos cuantos con capital suficiente, no a la mayoría.

En fin, que no somos competitivos por la estructura económica que hemos desarrollado. Hemos estado aprovechando la ventaja en costes para crecer, y no hemos aprovechado ese crecimiento para la investigación, la especialización y desarrollar nuevas capacidades, apostando por la calidad y el valor añadido en vez por lo bajos costes (llevando hasta el agotamiento un sistema básicamente heredado del franquismo).

Y ahora, quizás por eso, la OCDE y el BM se preocupan. ¿Por qué? Pues básicamente porque consideran a la economía española una economía de segunda, de aprovechamiento de inversión extranjera para producir barato; sino, no tiene sentido esa preocupación. Es triste, pero es así. Y si queremos seguir esa senda (de esta senda no se sale a corto, sino a largo plazo) tendremos que crecer a costa de los salarios. Parece ser esta la única salida, crecer a costa de empobrecer a la mayor parte de la población. Cruel pero es lo que pretenden decirnos.

Si a estas alturas vemos como competidores económicos al este de Europa es para echarse a llorar, y es para que nuestros políticos (todos, izquierda y derecha) se murieran de la vergüenza, por no haber sabido llevar a este país por una trayectoria económica adecuada. Y eso que España iba bien, menos mal. El triunfalismo no les ha dejado ver la realidad.

¡Con la cantidad de dinero que ha entrado en este país (y que dejara de entrar en breve) de la UE, del Banco Mundial (España dejo de ser país en vías de desarrollo en 1980 según la clasificación de este organismo), y de otras fuentes internacionales! ¿No es una vergüenza que no hayamos desarrollado otras capacidades que las que ya teníamos? Porque los costes laborales de otros países superan ampliamente los nuestros (véase Alemania, Bélgica o Francia), y tendrán sus problemas, pero no éste, no se nos compara con ellos. La preocupación de la OCDE y el BM seguramente será utilizada por la patronal para pedir más austeridad salarial.

Otra reflexión podría ser cuestionar este orden de cosas, y afirmar que el capitalismo global, tal y como esta desarrollado, solo puede generar riqueza generando pobreza en otro sitio, que es incapaz de generar bienestar a escala global, o que la receta neoliberal (privatización, estabilización, apertura comercial) no da los resultados que sus defensores profetizan. Y un buen campo de investigación sería ver a quien han beneficiado realmente las ayudas. Estas y otras reflexiones las dejare para otra ocasión.

Una vez superadas las políticas de «empobrecer al vecino» que surgieron de la Gran Depresión de los años 30, tendremos que aplicar estas políticas de nuevo cuño consistentes en «empobrecerse a uno mismo». Nuevos tiempos, nuevas tendencias.