Según el economista John Cassidy cree que España tiene las manos atadas para luchar contra la crisis porque el Gobierno no puede introducir estímulos fiscales ni tampoco inyectar liquidez.
El economista y periodista John Cassidy cree que España tiene las manos atadas para luchar contra la crisis porque el Gobierno no puede introducir estímulos fiscales en la economía, ni tampoco inyectar liquidez, las dos recetas con las que Estados Unidos siempre se enfrenta a las recesiones.
En una entrevista con motivo de la publicación de su nuevo libro ¿Por qué quiebran los mercados? La lógica de los desastres financieros, Cassidy ha explicado que hay un «gran problema» en la estructura de la Unión Económica y Monetaria (UEM) porque, a falta de una política fiscal europea, todo depende del Banco Central Europeo (BCE).
Un BCE que, ha lamentado, está «obsesionado» con preservar su credibilidad como luchador contra la inflación. Esto hace que los países de la zona del euro, y en particular los más pequeños, no tengan en su opinión las herramientas necesarias para enfrentarse a la crisis.
«Las burbujas no se pueden eliminar por completo»
Para Cassidy, las medidas de austeridad no son el camino para la recuperación económica, aunque admitió que si en España el Congreso hubiese echado atrás las políticas de ajuste el mercado de deuda se habría puesto «como una fiera» y España habría sufrido una crisis similar a la de Grecia.
En su libro, Cassidy, que escribe para la revista The New Yorker, sostiene que en los últimos cuarenta años el mundo ha vivido hasta 124 crisis bancarias sistémicas y que entre 1997 y 2007 hubo tres burbujas especulativas diferentes: la de los valores tecnológicos, la del sector inmobiliario y la del petróleo. «Las burbujas no se pueden eliminar por completo» porque son «un producto de la naturaleza humana», ha apuntado.
Sin embargo, ha considerado que las burbujas se pueden «hacer estallar» antes de que hagan demasiado daño, con medidas como, por ejemplo, una subida de tipos de interés para evitar el «frenesí especulativo» con un exceso de liquidez.
Ha admitido que la subida de tipos en Europa es más difícil porque el BCE tiene que tener en cuenta la situación de todos los países que componen la zona del euro, y por eso sugirió como alternativa que los gobiernos restrinjan el crédito forzando a los bancos a endurecer las condiciones en la concesión de los préstamos hipotecarios.
«No se puede culpar a unos pocos de la crisis»
Ha recordado en este sentido que el crédito fácil es un «síntoma clásico» de una burbuja. En su análisis de la crisis, John Cassidy lamenta que una de sus mayores consecuencias es que mucha gente perdió su empleo sin haber tenido nada que ver con las conductas irresponsables que la generaron.
Ha considerado que no se puede culpar a unos pocos de la crisis, aunque admitió que la responsabilidad principal está en los reguladores y en la clase política que permitieron que la burbuja continuara por creer que el sistema capitalista podía regularse a sí mismo y que el mercado podía ocuparse de casi todo.
Para este analista, los esfuerzos ahora deben centrarse en la recuperación del empleo y en evitar recaídas, y en este sentido advirtió de que si las economías más grandes del mundo como Japón, Alemania o los Estados Unidos entran en una espiral deflacionaria podría ocurrir otra gran depresión como la que se originó tras el «crack» del 29.
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