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Especulación alimentaria contra seres humanos

Fuentes: Rebelión

Todo se encarece en este mundo globalizado y neoliberal. Más de 1 000 millones de personas padecen hambre extrema en el mundo, otros 1 500 millones sobreviven con solo dos dólares al día y muchos se preguntan ¿Cómo podrán solventar la enorme subida en los precios de los alimentos? Un desalentador aviso de la Organización […]


Todo se encarece en este mundo globalizado y neoliberal. Más de 1 000 millones de personas padecen hambre extrema en el mundo, otros 1 500 millones sobreviven con solo dos dólares al día y muchos se preguntan ¿Cómo podrán solventar la enorme subida en los precios de los alimentos?

Un desalentador aviso de la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO) subrayó a principios de marzo que los precios internacionales de los cereales han sufrido un aumento de cerca del 70% comparados con los de hace un año.

Alan Bojanic, funcionario de la FAO para América Latina y el Caribe señaló que son alrededor de 250 puntos por encima de los niveles de los precios del año 2000 y la situación podría agravarse más como consecuencia del encarecimiento del petróleo.

Esa alarma se reforzó con las declaraciones realizadas por uno de los máximos propagandistas del neoliberalismo, el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, quien calificó la situación de «peligrosa».

Zoellick informó que cerca de 44 millones de personas han sido arrastradas bajo el umbral de pobreza en los últimos ocho meses por el incremento de los precios de los alimentos.

En ese sentido puntualizó que la situación esta empujando a millones de personas a la pobreza, especialmente en los países vulnerables, que gastan más de la mitad de sus ingresos en comida, lo cual puede convertir el tema alimentario en un «gran problema».

Entre los alimentos que han mostrado un incremento especial se hallan el trigo, que se ha duplicado en los últimos seis meses; el maíz, que se ha disparado un 73 %; lácteos, 83 %; aceites vegetales 60 %; el azúcar, más del 20 %.

Entre los factores que inciden en estos encarecimientos, la FAO señala el alza en los precios del combustible y fertilizantes; los costos de producción y transporte de los bienes agrícolas; los cambios climáticos; la creciente demanda de materias primas proveniente de Asia y la expansión del mercado de biocombustibles, (etanol) que se basa en la cosecha de maíz, trigo, cebada o caña de azúcar para producir energía en vez de alimentos.

Un estudio del Instituto Internacional de Investigación de Política Alimentaria de Estados Unidos, señala que de mantenerse la expansión actual de biocombustibles el valor del maíz ascendería hasta 72 % para el 2020. Estados Unidos dedica más de un cuarto de su cosecha cerealera a la fabricación a la fabricación de etanol.

El economista de la FAO, José Luis Cordeu, indicó que otro factor influyente en el encarecimiento de los alimentos es la devaluación del dólar, pues muchos inversionistas han compensado la pérdida de valor de la divisa estadounidense colocando sus capitales en el oro, los cereales, granos y aceites.

En varias ocasiones, la FAO ha subrayado que se producen suficientes alimentos en el mundo para suministrar más de 2800 calorías por día a todos sus habitantes, es decir, más que el mínimo necesario para una buena salud, y cerca de un 18 % de más calorías por persona que en los años sesenta, a pesar del aumento significativo en la población.

Si esto es así, pese a todos los inconvenientes habidos y por haber, ¿entonces por qué ocurre esta alza incontenible en los precios de los alimentos?

La respuesta se halla en la especulación financiera que realizan los Hegde Funds (fondos de alto riesgo), grandes bancos de inversiones y Fondos de Pensiones que actúan en los grandes mercados para comprar y acumular producciones alimenticias para después venderlas a precios muy superiores.

La producción y comercialización de los alimentos se encuentran en manos de un reducido número de transnacionales que distorsionan los precios para sus beneficios.

Entre las principales aparecen Cargill y Bunge en la producción y comercialización; Monsanto, DuPont y Syngenta, en la producción de semillas; Mosaic Corporation (propiedad de Cargill) y Potash Corp. en la industria de fertilizantes químicos; Nestlé y Unilever, en el procesamiento de alimentos; Wal-Mart, Tesco y Carrefour, grandes distribuidoras, entre otras

La especialista Belén Carreño, quien recogió declaraciones

de un antiguo intermediario del Chicago Board, el mayor mercado de materias primas del mundo, indicó «hay tres tipos de actores en el mercado financiero: los intermediarios de derivados, los índices que siguen a las materias primas y los hedge funds. Entre un 12 % y un 16 % de los actores que influyen en el precio de las materias primas no comercian realmente con ellas. El volumen de Chicago ha superado los 300 000 millones de dólares y en tres años se ha triplicado. El 80 % de los que participan en este mercado son bancos de inversión».

Entre todos los participantes, el más poderoso es el indestructible (por ser uno de los pocos supervivientes de la hecatombe financiera en Estados Unidos) banco de inversión Goldman Sachs

El índice Goldman Sachs Commodity Index pasó de una inversión de 8 000 millones de dólares en el año 2000 a 100 000 millones de dólares en la actualidad, que invierte contra la evolución de las materias primas (incluido el petróleo). Solo en 2010, el índice se revalorizó un 50 %. En los dos primeros meses de 2011, el ascenso roza el 14 %.

El economista de la FAO, Abdolreza Abbassian, explicó que esos miles de millones que fluyen hacia la inversión en materias primas provocan una alta inestabilidad en el precio de las materias primas pues cuanto más volumen se negocia, mayor es la volatilidad.

Estos especuladores estudian el clima, la demanda y las cosechas y deciden qué producto es susceptible de escasear y subir su precio.

Adquieren opciones de compra con varios meses de anticipación a un precio determinado (bajo). Algunos de estos fondos tienen capacidad para adquirir miles de toneladas de un producto para disparar los precios.

De esa forma, venden a precio de mercado en ese momento, muy superior al que pagaron con anterioridad y se embolsan una enorme ganancia.

Un solo ejemplo que ilustra esa ambición de lucrar en detrimento del hambre en el mundo: El fondo Armajaro (hegde fund) tiene controlado hace meses a todos los productores de chocolate del orbe pues compró en una sola transacción, en julio del pasado año, 240 000 toneladas de cacao, equivalente al 7 % de la producción mundial.

La compra, que se hizo en el mercado Euronext, donde no hay límites sobre este tipo de materia, disparó el precio del cacao hasta sus máximos desde 1977. Las miles de toneladas de ese producto siguen acumuladas en los almacenes de Hamburgo, Amberes y Ámsterdam. Armajaro ha apostado por el cacao, ya que uno de sus principales cosechadores, Costa de Marfil, esta en guerra civil, y por tanto el producto escaseará.

El mundo esta al borde de un colapso social como se ha puesto de manifiesto en los últimos días en varias regiones del planeta. James Wolfensohn, ex presidente del Banco Mundial, tuvo una gran claridad cuando en una reunión del Grupo de los 8 (G-8) subrayó: «si no se resuelve el problema de la pobreza, nadie tendrá paz pues 5 000 millones de los 6 000 millones de habitantes del planeta viven en países del Tercer Mundo».

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.