Organizaciones sociales estadounidenses aseguran que con las políticas fiscales establecidas desde que George W. Bush arribó a la Casa Blanca, la pobreza y las diferencias en esa sociedad se han incrementado abruptamente. Esas afirmaciones han sido corroboradas por instituciones oficiales como el Centro sobre Prioridades Presupuestales y Políticas (CBPP) y el Instituto de Políticas Económicas […]
Organizaciones sociales estadounidenses aseguran que con las políticas fiscales establecidas desde que George W. Bush arribó a la Casa Blanca, la pobreza y las diferencias en esa sociedad se han incrementado abruptamente.
Esas afirmaciones han sido corroboradas por instituciones oficiales como el Centro sobre Prioridades Presupuestales y Políticas (CBPP) y el Instituto de Políticas Económicas (EPI) los cuales aseguran que la concentración de la riqueza ha sido el resultado más notable del último lustro y las personas adineradas fueron los únicos beneficiados económicamente.
Asimismo, la Oficina del Censo de Población, ratificó que 36,6 millones de personas, o sea 12,6 % de los casi 300 millones de habitantes en Estados Unidos están considerados como pobres.
La cadena de periódicos McClatchy, en un reciente análisis divulgado a finales de febrero, explicó que 16 millones de personas en el país más poderoso económicamente del mundo, sobreviven debatiéndose en la extrema pobreza, situación que se advierte tanto en áreas urbanas como rurales.
Aunque parezca inconcebible, el número de norteamericanos en la miseria creció el 28 % entre los años 2000 y 2006, sobre todo en 66 Condados de los 215 que integran la nación.
A la cabeza de ese negativo índice entre los 50 estados de la unión, aparece Washington D.C, la capital, con el 10.8 % de los residentes en extrema miseria.
Las agresivas políticas neoliberales y antisociales puestas en marcha por la administración Bush, han provocado que 46,6 millones de habitantes estadounidenses carezcan de seguro de salud por lo que muchos analistas consideran que resulta risible que el presidente norteamericano anuncie programas de ayuda a Latinoamérica cuando no ha sido capaz de arreglar los problemas existente dentro de su propio país.
Ron Pollack, director ejecutivo del grupo Families USA significó que el 22 % de los niños hispanos en Estados Unidos, y especialmente los de Texas, Florida y Nuevo México, carece de seguro médico, aunque sus padres tengan trabajo.
El problema de los niños sin seguro médico lastima el corazón de las familias en Estados Unidos. Hay en el país nueve millones de menores hispanos, la mayoría de ellos en familias donde trabajan el padre y la madre, que no tienen seguro médico porque les resulta imposible pagarlo, dijo Pollack.
El costo del seguro médico para un grupo familiar ha subido desde unos 5,900 dólares al año en 1999 a 11,480 dólares en 2006, con un incremento más alto que la inflación en ese período.
Si un empleado logra que el patrón asuma parte del costo de un plan de cobertura de salud, el empleador paga 8,508 dólares, y el trabajador contribuye con 2,973 dólares anuales.
Pero en extensos sectores de la economía los empleadores no ofrecen seguro médico, o los asalariados realizan labores a tiempo parcial, como contratistas independientes, como pequeños empresarios o jornaleros sin amparo de un plan de asistencia de la salud.
Indica Pollack que para esos nueve millones de niños sin seguro, el daño resulta enorme pues se les priva de la asistencia para la salud, y tienen disminuidas también las posibilidades de educación y de desarrollo personal. Families USA, puntualiza que uno de cada nueve niños en Estados Unidos carece de seguro médico, y los cinco Estados con las cifras más altas en ese negativo rubro son California (1.3 millones), Texas (1.3 millones), Florida (718,600), Nueva York (441,400) e Illinois (376,300).
Pese a que las cifras de desempleo disminuyeron a 4,6 %, en 2006, la mayoría de los nuevos puestos de trabajo son mal remunerado y las personas deben buscar dos o más empleos y laborar hasta 18 horas al día para poder resolver sus mínimas necesidades. La reforma fiscal diseñada en los últimos años por el equipo de Bush para detener la crisis económica que se avecinaba, benefició a los sectores más ricos de la sociedad al reducírseles los grandes impuestos que debían abonar, lo cual profundizó la desigualdad característica del sistema. Esa política provocó que de 2000 a 2005 la cifra de pobres aumentaran en otros cinco millones. Al referirse al incremento de las desigualdades, el EPI señaló que el 20 % de los hogares más ricos recibe el 50,5 % del ingreso nacional, mientras que el 20 % de los más pobres solo recibió el 3,4 %. El llamado gurú de la economía norteamericana, el ex presidente de la Reserva (FED), Alan Greenspan, en una comparecencia en la Comisión Bancaria del Senado antes de dejar el cargo, afirmó que la recuperación del país benefició solo a los más ricos…pero, agregó Greenspan, para mantener el crecimiento económico «deben tomarse medidas urgentes para recortar las ventajas de la Seguridad Social y del seguro médico de los jubilados, prometidos a los futuros pensionistas».
Si las desigualdades continúan creciendo dentro de poco se podrá decir que en vez de tener 50 Estados en la Unión, el gigante del norte solo tendrá dos: uno para los ricos y otro para dos pobres.