‘No vaya a ser cosa que nos pase lo que sucedió con algunos independentistas de comienzos del siglo XIX que por sacarse de encima a España articularon alianzas con Inglaterra que era la potencia emergente y así quedamos’, dice la socióloga rosarina Alcira Argumedo al argumentar su preocupación por las hasta ahora ocultas contraprestaciones que […]
‘No vaya a ser cosa que nos pase lo que sucedió con algunos independentistas de comienzos del siglo XIX que por sacarse de encima a España articularon alianzas con Inglaterra que era la potencia emergente y así quedamos’, dice la socióloga rosarina Alcira Argumedo al argumentar su preocupación por las hasta ahora ocultas contraprestaciones que pedirían los chinos a cambio de invertir millones de dólares en la Argentina tal como informaron fuentes del gobierno nacional. La voz de Argumedo es una de las más lúcidas a la hora de pensar el mundo desde la historia latinoamericana, de allí la importancia de reparar en sus análisis. Para la investigadora es crucial que la Argentina defina un proyecto estratégico de integración con los demás pueblos de América del Sur, no solamente para negociar en otras condiciones con una nación de 1.300 millones de habitantes, sino fundamentalmente porque se trata de una ‘necesidad de supervivencia’.
La visión china
-¿Cómo analizás la posibilidad de la llegada de millones de dólares de inversión china?.
-Se ve desde dos perspectivas. Desde la perspectiva China, ellos evidentemente están ampliando este gran polo asiático. No es solo China. Ellos han hecho un gran acuerdo con India, los ex tigres asiáticos, el sudeste asiático y Japón. Es el gran polo de poder más importante que se va a constituir aquí. El otro es la Unión Europea. Ambos se están independizando de Estados Unidos. La deuda de Estados Unidos es equivalente al 70 por ciento del producto bruto interno, es decir que es peor, comparativamente, que la deuda externa argentina y tiene un déficit fiscal de 400 mil millones de dólares anuales y otro en la balanza de pago de la misma magnitud. China, en cambio, tiene un superávit de 340 mil millones de dólares. Desde su perspectiva, China recompone lo que llaman la alianza del Tercer Mundo, Asia, Africa y América latina. En ese sentido hay contactos muy especiales con Sudáfrica que con Mandela está cumpliendo un papel muy importante en la Africa Negra. Y vienen acá. Es una estrategia de rearticulación para independizarse del Banco Mundial y del Fondo Monetario…
-Pensado así es una maravilla…
-No, porque esa es la perspectiva china. El tema es que a diferencia de la Argentina, ellos engarzan todo en una estrategia a largo plazo. En la Argentina no hay una estrategia a largo plazo. Nadie sabe qué tipo de país se quiere hacer. La posibilidad de una integración latinoamericana autónoma que es condición de supervivencia para nosotros, acá no está planteada. Se habla de MERCOSUR pero sin idea de futuro. Hay una iniciativa muy clara de parte de los chinos y desde el gobierno argentino no hay nada claro. Y eso es peligroso.
Los peligros
-¿Y cuál es el mayor peligro que ves?.
-Que ciertas áreas estratégicas que podrían dar una idea de desarrollo latinoamericano como transporte y petróleo queden cercenados por estos nuevos intereses de China. Los acuerdos se tienen que hacer sobre la base de dos proyectos estratégicos. Los chinos los tienen a corto, mediano, largo y larguísimo plazo. En la Argentina esto no existe. Es preocupante. Como también es preocupante el tema de las contrapartidas que no están claras. Lo positivo es que se rompe el default y eso da un fuerte poder de negociación con los bonistas y el FMI si se usa inteligentemente. Pero no hay ningún proyecto de país ni de integración latinoamericana. Un chileno me contaba muy contento el plan económico de ellos y yo le decía que compare los 12 millones de personas de su paisito, como también es un paisito el nuestro, que lo compare con el bloque asiático o la Unión Europea o el mundo musulmán y se dan cuenta que seremos unas mosquitas. En este nuevo escenario mundial la viabilidad da cuenta de la necesidad de una integración. Por ejemplo, flota mercante latinoamericana, con producción de barcos latinoamericanos, líneas aéreas latinoamericanas con producción de aviones latinoamericanos…todo esto supone desarrollo tecnológico. Ni hablar si acá no se hubiera enajenado tan irresponsablemente YPF, se sumaban las petroleras de México, Brasil y Venezuela, esa empresa latinoamericana puede ser más poderosa que la Stándar Oil. Pero si cada país latinoamericano negocia en forma individual con estas potencias, necesariamente van al muere.
-Claro, ¿cómo hacés para sentarte frente a estos gigantes?.
-Es que es así. No vaya a ser cosa que nos pase lo que sucedió con algunos independentistas de comienzos del siglo XIX que por sacarse de encima a España articularon alianzas con Inglaterra que era la potencia emergente y así quedamos. Lo mismo pasó con Estados Unidos. Yo no tengo ningún prejuicio con los chinos. Al contrario, me saco el sombrero. Pero hay que tener cuidado. Porque además todo esto es tan loco que está siendo llevado adelante por el Partido Comunista Chino. Frente a lo que eran los años noventa, esto necesita mayor explicación. Acá no existe un debate serio, profundo, fundamentado sobre cuál es el proyecto estratégico de la Argentina en América latina y en el nuevo escenario mundial y eso me asusta mucho.
El presente chino
-¿Qué es China en la actualidad?.
-Este proceso de modernización que viene como consecuencia de una reunión del Partido Comunista Chino del año 1978 en donde se plantea transformar a China en una potencia mundial y por lo tanto llevar adelante un proceso de profesionalización de cuadros como la modernización del ejército, la industria, desarrollo científico tecnológico y una fuerte política de modernización en determinadas áreas. Ellos van haciendo experiencias pilotos con el 20 por ciento de su población. Hoy China tiene 1.300 millones de habitantes…Desde Alaska a Tierra del Fuego nosotros somos 950 millones de personas. En China hay un 70 por ciento de la población está en economía de autosuficiencia alimentaria, educativa, de vestimenta, de transporte…con una fuerte presencia de la población rural. Se supone que esta modernización iba a funcionar como una especie de mancha de aceite, incorporando como círculos concéntricos a franjas de la población. Por lo que charlé con un chino en una reunión en Malasia y en donde me enteré de estas cosas, ellos tienen el problema que hay una masa de población que ha llegado a las ciudades y no ha encontrado inserción laboral, por lo tanto están en una situación de pobreza grande. Es el 20 por ciento: 350 millones de personas. Este chino estaba muy preocupado y abre un interrogante fuerte. Es una bomba de tiempo, especialmente para Europa…Si se van para allá se van a pegar un susto fuerte. El otro interrogante pasa por Australia donde hay un millón de residentes permanentes como contrapartida no pasa por una descompresión poblacional que suponga una migración importante. Eso también hay que verlo. Y no está claro qué se llevan a cambio. Es poco serio esto de no transparentar los planes, las contrapartidas y las condiciones. Esto no es bueno.